Los republicanos recuperaron el control del Senado de Estados Unidos el martes al acaparar escaños en Virginia Occidental y Ohio, con una inesperada victoria en el campo de batalla de Nebraska que empujó al Partido Republicano a la cima. Es la primera vez en cuatro años que el Partido Republicano obtiene la mayoría en el Senado.

Dos grandes derrotas empezaron a cambiar el poder de los demócratas en Washington: pierden la Presidencia y la pequeña mayoría que ostentaban en el Senado. Además, aún está por definirse si los republicanos mantendrán el control de la Cámara de Representantes.

De definirse esta última, Donald Trump tendrá todas las vías legislativas abiertas para ejecutar su agenda política.

Y es que aunque las miradas giraban principalmente hacia la pugna entre Kamala Harris y Donald Trump por la Presidencia, simultáneamente en las urnas estaba en juego la renovación del congreso: la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Comicios cruciales que determinarán el margen de maniobra del líder republicano en su próximo y segundo mandato.

Según el más reciente conteo de AP, los republicanos obtienen 52 escaños en el Senado, frene a 42 de los demócratas.

En este sentido, el primer cambio provino del gobernador republicano Jim Justice, de Virginia Occidental, que ganó la vacante abierta por la jubilación del senador Joe Manchin, que sirvió al Senado como demócrata antes de convertirse en independiente a principios de este año.

El segundo se trata del vendedor de carros de lujo Bernie Moreno, quien derrotó al senador Sherrod Brown, el demócrata de Ohio que los líderes del partido esperaban que pudiera superar la fuerza republicana en su estado que es sólidamente rojo.

La carrera de Ohio entre Brown y Moreno, que contó con el respaldo de Donald Trump, es la más cara del ciclo, con unos 400 millones de dólares.

Sus victorias contra los demócratas en Virginia Occidental y Ohio garantizan al partido de Donald Trump controlar al menos una de las dos cámaras del Congreso el próximo año y recuperar la mayoría senatorial perdida en 2020.

Luego vino el punto de inflexión: Nebraska, donde la senadora republicana Deb Fischer, se quedó con el escaño del recién llegado independiente Dan Osborn.

El senador John Barrasso, el republicano número tres, que fue reelegido en su propia carrera en Wyoming, le dijo al New York Times  que “como nueva mayoría republicana en el Senado, nuestro enfoque será asumir una agenda que refleje las prioridades de Estados Unidos: precios más bajos, menos gasto, fronteras seguras y dominio energético estadounidense”.

Mantener una mayoría demócrata en estados con muchos escaños rojos e indecisos era el reto para los azules, que tenían la esperanza de que podrían imponerse al defender sus titulares en otros estados o derrocar a un titular republicano. Sin embargo, han sido decepcionantes pérdidas como la del senador Chuck Schumer, demócrata de Nueva York.

En los estados péndulo de Wisconsin, Pensilvania y Michigan los republicanos podrían ganar más escaños, algo de lo que estaban convencidos, según dijo el senador John Thune, de Dakota del Sur , a primera hora del martes en Fox News.

"Sería estupendo si pudiéramos ganar algunos de estos escaños que están en juego (…) Creo que estamos en posición de hacerlo", subrayó previamente el republicano número dos del Senado.

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El control de la Cámara de Representantes aún está por definirse

En cuanto al control de la Cámara de Representantes, la competencia está demasiado reñida para declarar a un partido como ganador. Los demócratas lograron la victoria con un par de escaños en Nueva York, pero no es suficiente para arrebatar el control al Partido Republicano, que actualmente tiene una mayoría de cuatro escaños. 

Aún faltan 55 escaños por definirse y el conteo provisional otorga 199 escaños para los republicanos en la Cámara Baja y 181 para los demócratas.

Al final, solo un puñado de escaños, o tan solo uno, podrían inclinar la balanza en cualquiera de las cámaras. Con un Senado 50-50, el partido en la Casa Blanca determina la mayoría, ya que el vicepresidente es quien desempata.

Por otro lado, el Senado cuenta por primera vez con dos mujeres negras, ambas demócratas. En Maryland, la primera mujer negra en representar ese estado en el Senado, la ejecutiva del condado de Prince George, Angela Alsobrooks, que derrotó al exgobernador republicano Larry Hogan. En Delaware, otra afrodescendiente electa es la representante demócrata Lisa Blunt Rochester. Sólo tres mujeres negras han servido en el Senado, y nunca antes dos habían servido al mismo tiempo.

Y una legisladora estatal demócrata de Delaware, cercana a la familia Biden, la candidata a la Cámara de Representantes, Sarah McBride, ganó su carrera, convirtiéndose en la primera persona abiertamente transgénero elegida para el Congreso.

Ohio y Montana, dos estados demócratas ganados por el expresidente Donald Trump en 2016 y 2020, fueron el centro de atención.

En Ohio fracasaron los demócratas. Ayudado por la popularidad de Trump, pero además con mensajes relacionaos con inmigración y derechos de los transexuales, se mantiene Bernie Moreno, un inmigrante colombiano que amasó una fortuna como comerciante de autos de lujo y empresario de blockchain, y le quitó la oportunidad a Sherrod Brown, demócrata progresista con fuertes vínculos sindicales, cuya campaña se basó en el derecho al aborto y la ayuda federal que ayudó a asegurar para su estado.

En Montana, un estado en el que se esperaba que Trump ganara ampliamente, el senador demócrata Jon Tester no tuvo chance, lideró su oponente republicano Tim Sheehy, un hombre de negocios y exintegrante de la armada de los Estados Unidos condecorado.

En Indiana, el representante Jim Banks, republicano y antiguo líder de una facción conservadora de la Cámara de Representantes, cubrió la vacante dejada por el senador Mike Braun, republicano que se presentó a gobernador y ganó.

El senador Rick Scott de Florida, que aspira a convertirse en el líder republicano del Senado, fue reelegido, superando un desafío demócrata.

En Nueva Jersey, Andy Kim se convirtió en el primer coreano-estadounidense elegido para el Senado, derrotando al empresario republicano Curtis Bashaw. El puesto quedó vacante cuando Bob Menéndez renunció este año después de su condena federal por cargos de soborno.

En Texas, que no ha elegido a un demócrata en todo el estado en casi 30 años, se impuso el senador Ted Cruz, el republicano al que las encuestas daban en una reñida carrera con el representante demócrata Colin Allred, quien se posicionó como moderado y se inclinó por su apoyo a los derechos reproductivos en medio de la prohibición del aborto. 

En Vermont, entra a su cuarto mandato el senador independiente Bernie Sanders, de 83 años y excandidato presidencial alineado con los demócratas.

En Virginia Occidental, el gobernador Jim Justice, exdemócrata y ahora republicano, considerado favorito desde el momento en que decidió lanzarse, no tuvo una clara competencia, ya que el demócrata Joe Manchin no se presentó a las elecciones.

La cámara alta del Congreso, el Senado, vota las leyes federales, al igual que la Cámara de Representantes, pero también tiene poderes exclusivos muy importantes, en particular en el nombramiento o destitución de figuras clave del ejecutivo, o en la confirmación de magistrados federales.

Los 435 escaños de la Cámara de Representantes también debían renovarse el 5 de noviembre, pero el recuento podría tardar días.

Por ahora, los senadores republicanos tienen previsto elegir a sus nuevos líderes la próxima semana, mientras se preparan para asumir la presidencia de los comités que han estado dirigidos por demócratas desde 2021.

Con AP y medios locales