Desde la llegada del primer gobierno laborista en 14 años, pasando por los disturbios violentos que se tomaron las calles de Inglaterra por una semana, el escándalo de abuso a menores encubierto por la iglesia anglicana y el diagnóstico de cáncer del rey Carlos III y Kate Middleton, el año que termina ha sido uno de los más tumultuosos en la agenda noticiosa de Reino Unido.  

 

La elección de Keir Starmer y el laborismo

El triunfo del laborismo en el 2024 estaba más que asegurado. Tras más de una década de crisis en gobiernos conservadores y varios indicadores de calidad de vida en rojo.

El margen por la que ganó fue aplastante. De 650 sillas en la Cámara de los Comunes, consiguió 411, lo que significaba un camino político despejado.

Sin embargo, Starmer fue elegido primer ministro por una mezcla de la promesa de cambio, pero en gran medida por el voto castigo para los Conservadores.

Su llegada creó gran expectativa entre la población por el cambio que traería. Sin embargo, salvo el tono y manejo del gobierno, todavía ese cambio prometido no se ha materializado. Es normal, resaltan los expertos.

“Creo que aún no tiene una maquinaria gubernamental plenamente funcional en materia de política interior. Y es por eso que hemos visto recientemente estos intentos, no descritos por el gobierno como reinicios, relanzamientos, para tratar de dar un poco más de definición”, Jill Rutter del Instituto for Government.

Starmer ha modificado las prioridades del gobierno varias veces: impulsar el crecimiento económico, aliviar la crisis del costo de vida, construir viviendas, mejorar la seguridad ciudadana, sacudir y mejorar el sistema nacional de salud y frenar la inmigración.

Y ha pasado estos primeros meses ordenando el país, afirma, ya que las finanzas públicas tienen un agujero negro de 29.000 millones de dólares.

Van a tener que hacer mucho más

Por ello, la presentación del presupuesto nacional, la hoja de ruta de su Gobierno, que subió los impuestos y recortó beneficios, era urgente.

“Han tomado algunas medidas necesarias en términos generales, pero van a tener que hacer mucho más si realmente quieren restablecer el crecimiento y mejorar los servicios públicos”, remarca a France 24 el profesor de economía y política pública del King’s College London.

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Mientras atiende la convulsa situación británica, el premier ha priorizado afianzar la posición del Reino Unido como potencia en el escenario internacional.

Apoyando irrestrictamente a Ucrania, tomando distancia de Israel y acercándose tanto con brazos abiertos a Europa y con un poco más de distancia a China.

“Creo que el año que viene veremos cómo gran parte de la estabilidad que hemos visto en los últimos meses empieza a fragmentarse, a resquebrajarse y a desmoronarse. Y esto, sí, es la calma que precede a la tormenta eléctrica”, afirma Sophie Strowers de UK in a Changing Europe.

De la mano del laborismo, también llegó, después de tres intentos, al Parlamento británico la cara de la derecha, Nigel Farage y cinco diputados pro-Gaza.

Diagnóstico de cáncer del rey Carlos III

Días después de que se anunciara, en un hecho sin precedentes, que el rey se sometería a una cirugía por agrandamiento de próstata, el Palacio de Buckingham reveló que el monarca padecía cáncer, sin dar más detalles.

Luego, vino la conmoción ante la posibilidad de una ausencia del jefe de Estado.

Constitucionalistas explicaron que, si el rey debía ausentarse temporalmente, un grupo de cinco consejeros, liderados por el príncipe William, el heredero al trono, podría sustituirle en funciones.

Aun no sé conocen detalles ni el tipo de tratamiento que recibe, pero el rey sigue cumpliendo su agenda. Incluso cumplió su primer tour transatlántico, en Australia y Samoa.

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Hacer público su diagnóstico, marca una diferencia significativa con su mamá, la reina Isabel, cuyo certificado de defunción en 2022, afirma que murió de vieja.

Pero, en sus memorias, el ex primer ministro Boris Johnson afirmó que Isabel padecía de un tipo de cáncer de huesos.

Este 2024, tumultuoso y crítico en asuntos de salud para los ‘royals’, también dejó el diagnóstico de cáncer de Kate Middleton quien ya finalizó su tratamiento de quimioterapia y poco a poco, se está reintegrando a sus actividades públicas.

Un verano marcado por disturbios en el norte de Inglaterra e Irlanda del Norte

Fue la primera prueba de fuego para el gobierno Starmer. Miles de personas se tomaron las calles de al menos 20 ciudades para protestar, inicialmente, por la inmigración.

Fue tanta la violencia contra los inmigrantes que dos hoteles en Rotherham y Tamworth, donde residen solicitantes de asilo, fueron destrozados por un grupo enardecido.

Estos desórdenes violentos arrancaron en Southport, con un rumor que se viralizó en minutos.

Tras el asesinato a cuchillazos de tres niñas menores de 10 años que participaban en un club de vacaciones con la temática de Taylor Swift en Southport, en las redes sociales se afirmaba, entre otras, que el autor era musulmán y que había llegado en un barco por el Canal de la Mancha.

Fue tanta la presión, que un juez levantó la restricción legal para revelar que Axel Rudakubana, nacido en Gales, de padres ruandeses, de casi 18 años, era el autor.

Rudakubana está acusado de homicidio y de terrorismo luego de que la policía encontrara en su casa una sustancia tóxica biológica y un manual de entrenamiento de Al-Qaeda.

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La calma a las calles solo llegó tras una semana de violencia, con capturas masivas y la exposición pública de quienes las protagonizaron. Estos disturbios dejaron cientos de condenados, incluso menores de 18 años. 

Niveles históricos de inmigración

Casi un millón de personas llegó al Reino Unido de manera legal e irregular, hasta junio de 2023, la cifra más alta en su historia.

Esta aumenta la presión para Keir Starmer que ganó con la promesa de bajar las cifras de inmigración.

La disyuntiva que persigue al primer ministro no es sencilla. Debe tanto frenar la llegada de barcos ilegales por el Canal de la Mancha, como bajar las cifras de quienes llegan por vías legales con visa.

Parte de la necesidad de resetear las relaciones con la Unión Europea es implementar una estrategia continental para frenar la llegada de inmigrantes que ingresan a Europa.

Parte fundamental de esta es Francia. Starmer, como pocos primeros ministros, se ha mostrado cercano tanto políticamente como personalmente a Macron, sabiendo que parte del éxito de su política está en las manos del presidente francés.

Esa cercanía con Francia, permitió crear el Comando de Seguridad Fronteriza cuyo objetivo central es “acabar” con las bandas delincuenciales que cada día facilitan la llegada de personas a Inglaterra a través del Canal de la Mancha.  

Según el canal 'GB News', más de 7.000 personas llegaron al Reino Unido en pequeñas embarcaciones en las primeras ocho semanas del gobierno Starmer. 

“La inmigración ha experimentado una montaña rusa extraordinaria en los últimos años. Ahora va a caer de forma bastante pronunciada, lo que es natural después de los niveles muy altos de los últimos años”, sostiene Portes.

Escándalo en la iglesia anglicana

Al menos cien jóvenes hombres en Inglaterra, Zimbabue y Suráfrica fueron víctimas del prolífico abusador y abogado John Smyth, cercano a los lideres de la Iglesia Anglicana, durante 40 años.

Los relatos de las víctimas son escalofriantes no solo por la sevicia del abuso físico, sexual y emocional, sino por la cadena de omisión y silencio dentro de la iglesia para que estos casos no salieran a la luz ni llegaran a la Justicia a tiempo.

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El informe que desveló ese encubrimiento de los líderes de la iglesia en este escándalo, calificó a Smyth como “un atroz abusador de niños y jóvenes”.

Según los testimonios de las víctimas, el modus operandi de Smyth fue el mismo en los tres países en los que delinquió.

Invitaba jóvenes a campamentos religiosos donde los abusaba y golpeaba con un palo con tanta violencia hasta que sangraban. Estos incluían jornadas de natación al desnudo.

Este encubrimiento, revelado en un informe independiente, le costó el cargo al arzobispo de Canterbury, Justin Welby, quien, informado formalmente en 2013 sobre las denuncias contra Smyth, no comprobó que sí denuncias habían sido presentadas a la justicia. 

Welby fue voluntario en los dormitorios de estos campamentos y según la prensa británica, mantuvo una relación, con intercambio de tarjetas de navidad, con Smyth por años.

 

Los escándalos de abusos dentro de la iglesia anglicana siguen saliendo a la luz.

Mientras se elige al nuevo arzobispo de Canterbury, se pide la renuncia del arzobispo de York, Stephen Cottrell, quien reemplazará temporalmente a Welby, por permitir, en un caso aparte, que un sacerdote asociado con abuso sexual a menores, siguiera ejerciendo, pese a estar vetado por la propia iglesia.