Un tribunal de París inició este martes 21 de mayo un proceso penal contra tres altos mandos del Ejército sirio, en ausencia, por crímenes de lesa humanidad. El primer juicio en la historia contra funcionarios del régimen de Bashar al-Assad en territorio francés busca determinar la responsabilidad de los señalados en la presunta tortura y asesinato de un padre y un hijo franco-sirios. Los hechos tuvieron lugar en 2013.

Es "la mayor responsabilidad del régimen sirio jamás juzgada", aseguró Clémence Bectarte, la abogada de la familia de Mazen y Patrick Dabbagh, padre e hijo con doble nacionalidad, siria y francesa, tras su captura y posterior asesinato.

El Tribunal Penal de París dio inicio este martes 21 de mayo a un juicio que se extenderá por cuatro días contra tres altos mandos del Ejército de Siria, en ausencia, por su presunto papel en los crímenes.

Esta es la primera vez que un juicio de tal envergadura tiene lugar en territorio francés. Aunque se han llevado a cabo procesos penales sobre los abusos del régimen sirio en otras partes de Europa, especialmente en Alemania, han sido casos en los cuales los procesados ​​tenían rangos inferiores y estuvieron presentes en las audiencias.

"Por primera vez, los tribunales franceses abordarán los crímenes de las autoridades sirias y juzgarán a los miembros más altos de las autoridades que jamás hayan sido procesados ​​desde el estallido de la revolución siria en marzo de 2011″, subrayó la Federación Internacional de Derechos Humanos. (FIDH).

El juicio en París se produce en momentos en que el presidente sirio, Bashar al-Assad intenta recuperar un estatus de respeto internacional, comenzando a deshacerse de su relagado lugar de paria, que surgió de la violencia desatada contra sus oponentes tras el inicio de la guerra en su país en 2011. Más de una década de sangre y destrucción en la que el mandatario ha seguido aferrado al poder.

Los grupos de Derechos Humanos que participan en el caso francés esperan que vuelva a centrar la atención sobre las atrocidades de las que son acusados a al-Assad y su régimen.

¿Quiénes son los acusados?

Uno de los agentes señalados ​​de complicidad en sus desapariciones y torturas, Ali Mamlouk, continúa en el aparato de seguridad sirio, como asesor de seguridad del presidente Bashar al-Assad. Ahora tiene más de 70 años.

Los otros dos son: Jamil Hassan, exdirector del servicio de inteligencia de la Fuerza Aérea,y Abdel Salam Mahmoud, exjefe de investigaciones del servicio en Damasco.

Sobre Hassan, supervivientes del régimen que testifican en el caso afirman haberlo visto en un centro de detención en Damasco, donde se cree que estuvieron recluidos los Dabbagh. El hombre también ahora alrededor de 70 años de edad.

Sobre Mahmoud, de unos 60 años, se alega que expropió la casa de los Dabbagh después de que se los llevaran detenidos.

Los tres hombres están acusados ​​de causar crímenes contra la humanidad, dar instrucciones para cometerlos y permitir que sus subordinados los cometieran mediante el presunto arresto, tortura y asesinato de las víctimas.

 “Las tres personas acusadas son funcionarios de muy alto rango del sistema sirio de represión y tortura. Esto le da un tono particular a este juicio. No son peces pequeños”, afirmó Patrick Baudouin, abogado de grupos de Derechos Humanos involucrados en el caso.

¿Qué ocurrió en noviembre de 2013 contra Mazen y Patrick Dabbagh?

Alrededor de las 11 de la noche del 3 de noviembre de 2013, un grupo de entre tres y cuatro soldados sirios acudió a la vivienda de Patrick Dabbagh, entonces de 20 años y estudiante de sicología en la Universidad de Damasco.

Los militares se identificaron como miembros de una rama de inteligencia de la Fuerza Aérea Siria y aseguraron que lo llevarían con ellos para interrogarlo, según la acusación del juicio, citada por la agencia de noticias AP.

Pero los uniformados regresaron una noche después al domicilio para llevar a su padre, Mazen, de 54 años, y quien trabajaba como consejero en una escuela secundaria francesa en Damasco. También se llevaron su auto nuevo, teléfonos celulares, computadoras y dinero, describió su hermano.

La investigación de su desaparición comenzó en 2015, cuando Obeida Dabbagh, hermano de Mazen, testificó ante investigadores que ya indagaban sobre crímenes de guerra en Siria.

Cinco años después de la última vez que fueron vistos con vida, en 2018, los certificados de defunción de las autoridades sirias confirmaron a la familia Dabbagh que el padre y el hijo franco-sirios nunca volverían a casa.

Sus certificados de defunción indicaron que Patrick murió el 21 de enero de 2014 y Mazen el 25 de noviembre de 2017, pero no señalaron cómo ni dónde.

Sin embargo, "el expediente legal es muy detallado, lleno de evidencia de prácticas de tortura sistemáticas, muy diversas y absolutamente monstruosas", aseguró el abogado Baudouin.

Se espera que el juicio exponga la tortura a la que habrían sido sometidos padre e hijo.

Los tres funcionarios sirios también están acusados de confiscar la vivienda de las víctimas y de poner los servicios de inteligencia de la Fuerza Aérea a disposición de quienes supuestamente los mataron.

Los hechos se registraron durante el auge de las protestas antigubernamentales inspiradas en la Primavera Árabe que fueron respondidas con una brutal represión pro el régimen de al-Assad.

Según las indagaciones, las víctimas no ocultaban su incompatibilidad con el régimen sirio, aunque no habían participado en las protestas de marzo de 2011, que desataron movilizaciones contra la corrupción política y la violación de Derechos Humanos en el país.

Ahora, el juicio puede llevarse a cabo en Francia gracias a que las víctimas también tenían nacionalidad de ese país. Sobre los tres acusados pesan órdenes de arresto internacionales desde octubre de 2018, emitidas por los magistrados franceses, pese a reconocer pocas probabilidades de que sean extraditados al país europeo.

 

Con Reuters, AP y EFE