Solo dos países latinoamericanos estuvieron entre los 20 primeros de los pasados Juegos Olímpicos: Brasil y Cuba. Pero para varios de ellos, la justa nipona resultó inusitadamente productiva. Ecuador, República Dominicana y Venezuela, por ejemplo, vivieron las mejores cosechas de su historia. En París 2024, salvo el gigante Brasil, las expectativas son modestas para la región, pero eso no quiere decir que no haya figuras consagradas que están listas para ser protagonistas en el firmamento olímpico. Esta es la selección de France 24. 

La mayoría de los atletas latinos que brillaron en Tokio siguen vigentes, con excepciones tan importantes como la baja de la venezolana Yulimar Rojas, que sufrió una rotura del tendón de Aquiles que le impedirá tratar de reeditar su oro con récord mundial en el salto triple, o la ausencia de Richard Carapaz, que no fue seleccionado por Ecuador para el ciclismo de ruta.

En París también se suman nombres nuevos y se fraguan hazañas, como el desafío de Mijaín López de lograr una quinta dorada en fila, o de Rebeca Andrade de volver a ganar en un escenario que incluye a Simone Biles.

Estas son las 10 figuras latinoamericanas a tener en el radar una vez empiecen los Juegos de París 2024:

Marileidy Paulino: por un oro inédito

Una escena relata claramente el talante competitivo de Marileidy Paulino. En la final del Mundial de Relevos de Bahamas recibía en quinto lugar el testigo para el remate del 4×400 mixto, y remontaba tres posiciones en los últimos 100 metros para conseguir un segundo puesto que le aseguró a República Dominicana el cupo olímpico.

Ahora su desafío es repetir el oro que ya consiguió el año pasado en los 400 m planos del Mundial de Budapest 2023 y convertirse de esa forma en la primera mujer medallista de oro olímpica de la historia para su país, luego de su plata en Tokio 2020.

Su victoria en Budapest en 48,76 segundos le permitió entrar en un club muy selecto: el de las apenas 15 mujeres que han podido correr por debajo de 49 segundos la vuelta completa a la pista. Cuatro compañeras en ese listado estarán en acción en París, pero de ellas solo dos están seguras de correr la prueba: la jamaiquina Nickisha Pryce, dueña de la mejor marca mundial del año (48.57), y la polaca Natalia Kaczmarek (48.90), a quien Paulino acaba de dominar en la válida de París de la Liga de Diamante.

 

Y si a eso se suma que no estará presente la campeona en funciones Shaunae Miller-Uibo, por lesión, y que es muy probable que Paulino no dispute el relevo 4×400 mixto, por sus diferencias con los integrantes masculinos de ese equipo (Alex Ogando y Lidio Feliz), sus opciones de correr hacia el podio se disparan.

Kevin Quintero: campeón consolidado

Kevin Quintero estaba ubicado en la cola de los seis finalistas cuando la motocicleta abandonó la pista en el Mundial de Glasgow el año pasado y comenzó el remate del keirin. Aun así, no solo remontó hasta quedarse con el liderato, sino que terminó sacándole cuatro metros de ventaja al australiano Matthew Richardson.

De esta forma, el colombiano mostró su evolución desde que logró el bronce del Mundial de Pista un año antes en Saint-Quentin-en-Yvelines, el mismo escenario del ciclismo olímpico.

Hoy Quintero es, junto a la jabalinista Flor Denis Ruiz, uno de los abanderados de Colombia, y el que está decidido a seguir manteniendo al país entre los dominadores del ciclismo.

Su hegemonía en el keirin parece ya consolidada. Ha sido campeón de la clasificación general de esta prueba en las últimas tres Copas de Naciones.

Pero en la pista de París, un escenario donde se siente particularmente cómodo, tendrá que hacer diferencias de nuevo ante Richardson, pero sobre todo ante el neerlandés Harrie Lavreysen, que llevaba tres títulos consecutivos en el keirin cuando Quintero le cortó la racha en Glasgow.

Rebeca Andrade: brillar con luz propia

La brasileña Rebeca Andrade fue la gran revelación de Tokio 2020, con su victoria en el salto al potro y su segundo lugar en el concurso individual, pero en aquella oportunidad su extraordinaria actuación fue vista por el mundo de la gimnasia como una concesión por la ausencia de Simone Biles, que se retiró de las finales por la crisis de salud mental que arreció en plena justa olímpica.

Al año siguiente en Liverpool, Andrade se convirtió en la primera brasileña campeona mundial de concurso completo, pero persistía la duda de lo que sería capaz de hacer con Biles en acción.

La respuesta llegó al año siguiente en Amberes, el escenario del retorno mundialista de la estadounidense. Y fue una nueva corona de salto al potro, incluso superando a una Biles que en la ronda inicial había impresionado al convertirse en la primera mujer de la historia que completaba un Yurchenko doble carpado, un salto de tanta dificultad que otorga una ventaja enorme a quien lo ejecuta correctamente.

Biles la superó luego en el concurso completo, pero no faltaron apreciaciones de que los jueces habían sido demasiado benevolentes para evaluarla en los ejercicios de suelo y no le cobraron con suficiente severidad un error que pudo haberle costado el título. Este evento demostró que en París Rebeca podrá mirar a Simone Biles cara a cara.

Julio La Cruz: herencia dorada

Primero fue Teófilo Stevens con sus tres doradas entre los 70 y los 80. Luego Félix Savón con su seguidilla desde Barcelona 92 hasta Sydney 2000. Ahora es Julio La Cruz el que va por un tercer oro entre los pesados de los Juegos Olímpicos.

Su primera corona no fue precisamente en la división de los completos, sino en la categoría semipesada de Río 2016, que hoy ya no se disputa, pero en Tokio reclamó la corona de los 91 kgs para la tradición cubana, la que también incluye a Odlanier Solís y su victoria en Atenas 2004.

Desde Múnich 72, siete de las 13 doradas de los pesos completos han sido para atletas cubanos y Julio La Cruz quiere extender el dominio de la isla.

Llega respaldado por cinco títulos mundiales, aunque sólo uno de ellos, el de Belgrado 2021, en los 91 kgs, y por su récord panamericano de cuatro doradas en fila, algo que ningún otro boxeador ha conseguido en los Juegos del continente.

Sus actuaciones en torneos del orbe después de eso no han sido particularmente auspiciosas, pero para La Cruz el desafío con la historia tiene un valor adicional: será su último baile, como confesó recientemente en una entrevista con un medio de la isla.

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Neisi Dajomes: sin rivales

El Comité Olímpico Ecuatoriano designó a Neisi Dajomes abanderada para la ceremonia inaugural de París 2024. En la práctica, lo ha sido desde hace muchos años, porque es, después del marchista Jefferson Pérez, la atleta ecuatoriana más constante en los primeros planos mundialistas.

Neisi comenzó el ciclo olímpico con muchas dudas. Ella había ganado el oro de los 76 kgs del levantamiento de pesas en Tokio 2020, pero en París 2024 esa categoría dejó de existir, y a Dajomes le tocaba un difícil ajuste: o bajar a 71 kgs, con la consecuente pérdida de masa muscular y por lo tanto de potencia, o subir a 81 kgs, que era el terreno de la otra pesista ecuatoriana que ganó medalla en Tokio 2020, Tamara Salazar.

Finalmente, le tocó chocar con Salazar por el cupo de la categoría, y ganó el duelo, gracias a su actuación en el Mundial de Phuket, Tailandia, celebrado en abril pasado.

París 2024 le propone una motivación extra: brillar en familia, porque a la justa también clasificó su hermana Angie Palacios, que ya ha comenzado a ganar espacio en los podios mundialistas. De hecho, ya suma una plata y un bronce, aunque todavía le falta un tercer lugar más para igualar la cosecha de Neisi.

Osmar Olvera: repetir la hazaña

Difícilmente los deportes acuáticos de México hayan vivido un peor momento histórico que el presente. Una disputa entre la World Aquatics (la federación internacional) y la Comisión Nacional del Deporte (Conade) ha dejado a los atletas sin acceso a los recursos asignados desde la entidad rectora mundial.

Aún en este escenario, un clavadista ha logrado escalar a la cima del mundo.

Osmar Olvera era uno más de los muy talentosos y promisorios saltadores de México, un país que ya conoce muy bien los podios olímpicos en esta especialidad, en la que ha ganado una medalla de oro, seis de plata y siete de bronce.

Pero en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, Olvera dio el paso decisivo hacia los primeros planos, con sus tres medallas de oro: en los dos trampolines (1 m y 3 m) y en el sincronizado de 3 m.

 

Venía precedido de una plata y un bronce en el Mundial de Fukuoka, pero ha sido este año que ha alcanzado sus mejores resultados globales, con un oro en Doha en el trampolín de 1 m, que no es olímpico, y un bronce en el de 3 m, que sí lo es.

Aunque tiene apenas 19 años, ya ha pasado por el bautizo de fuego de los Juegos Olímpicos porque asistió a Tokio y se quedó a un paso de la final.

París será su oportunidad de emular a los grandes, como Paola Espinosa, Jesús Mena o Fernando Platas.

Mijaín López: el gladiador eterno

Hace muchos años que Cuba no tiene que elegir a su abanderado para las citas de ciclo olímpico. El tricolor va siempre en las mismas manos, las de un hombre que en París tratará de seguir agigantando un dominio ya legendario: Mijaín López.

El luchador de la categoría de 130 kgs del estilo grecorromano, un gigante de casi dos metros, forma parte de una cofradía de difícil acceso: es uno de los apenas cinco atletas que han ganado cuatro oros olímpicos en la misma prueba individual.

La diferencia es que los otros, Carl Lewis (salto largo), Michael Phelps (200 m estilos), Al Oerter (lanzamiento de disco) y Paul Elvstrom (clase Finn de vela) ya no están activos, y Mijaín está, a sus 41 años, a un paso de colocarse en solitario en la cima del Olimpo, en sus últimos Juegos.

Le ha tocado una carrera contra el reloj, el cronológico y el biológico, para preparar el desafío, porque después de Tokio pasó dos años sin entrenar, sopesando si continuar o no en el alto rendimiento. Una vez tomó la decisión, comenzó su batalla por reconectar con la élite.

Ahora debe enfrentarse a un escenario que ha controlado en el pasado. En sus cuentas hay cinco títulos mundiales y cinco doradas en Juegos Panamericanos. En París, tendrá la oportunidad de consagrarse como el atleta olímpico más dominante de la historia.

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Julián Álvarez: por la medalla que falta

Julián Álvarez tiene apenas 24 años, pero en los últimos tres ha conseguido todos los objetivos que un jugador puede plantearse. Estuvo en los dos títulos de Argentina en la Copa América, anotó cuatro goles en la ruta al triunfo en el Mundial de Qatar, tiene dos títulos de la Premier League con el Manchester City y fue también campeón de la UEFA Champions League en 2023, una temporada en la que el equipo ciudadano logró el triplete: liga, Champions y FA League.

Pero sí falta algo: el oro olímpico, y es el objetivo que la “Araña” tiene para este verano. Integra un equipo liderado por un hombre que ya se ha coronado en el Olimpo, Javier Mascherano, campeón con la albiceleste en Atenas 2004.

A su lado hay dos refuerzos de lujo mayores de 23 años: el portero del Ajax Gerónimo Rulli y el defensa del Benfica Nicolás Otamendi, para el que el torneo de París 2024 podría ser una de las últimas veces vestido de albiceleste.

Pero la plantilla de Mascherano incluye a otro campeón mundial en Qatar, Thiago Almada, que todavía es sub23, al reciente subcampeón de la Conference League con la Fiorentina, Lucas Beltrán, y a dos jugadores que disputaron la final de la Libertadores con el Boca Juniors: Ezequiel Fernández y Cristian Medina.

Kimberly García: camino despejado

Kimberly García irrumpió con fuerza en el escenario mundial cuando se convirtió en la primera mujer con dos doradas en la marcha de un torneo del orbe: en los 20 km y los 35 km de Eugene 2022.

Al año siguiente en Budapest, la peruana fue cuarta en la distancia olímpica y escoltó en los 35 km a la española María Pérez, que repitió en la capital húngara la hazaña de la peruana en Oregon.

Pero de cara a París, es García la que luce con el camino más despejado. Tiene la quinta mejor marca mundial del año, el 1:26:41 con el que se impuso en el Gran Premio Cantones de la Coruña en mayo, y dos de las que la anteceden en el escalafón de la temporada son atletas rusas, y por lo tanto no elegibles para participar en París.

De las otras dos, las chinas Zhenxia Ma y Jiayu Yang, la separan apenas unos segundos, y las cosas lucen cuesta arriba para Pérez, que sufrió una fractura del sacro por estrés de entrenamiento a finales del año pasado, y todavía intenta ganar forma para volver a ser competitiva.

Alison dos Santos: escenario nivelado

El dominio de los 400 m con vallas no ha cambiado desde Tokio 2020. Se ha matizado con ausencias (las de Karsten Warholm y Alison Dos Santos por lesión) que han permitido una que otra insurrección entre los escoltas, pero el estadounidense Rai Benjamin, el noruego Warholm y el brasileño Dos Santos siguen siendo los nombres en juego para el podio olímpico.

Esta vez es Benjamin quien lidera la lista de las mejores marcas del año, con el 46,46 que corrió en el selectivo olímpico de Estados Unidos, todavía lejos de su récord personal de 46.17 en Tokio 2020, pero muy cerca está Dos Santos, un exjudoca devenido en uno de los mejores corredores de la historia en su prueba.

Dos Santos es segundo del mundo este año, con el 46.63 que le dio la victoria sobre Warholm en la válida de Oslo de la Liga Diamante, pero ha sido capaz de correr 46.29 en el pasado, para ganar el Mundial de Eugene en 2022.

Warholm todavía no se ha mostrado cerca de su récord del mundo de 45.94, pero siempre será una amenaza en su prueba.

Entre estos tres hombres, los mejores de todos los tiempos en su prueba, tres de los apenas cinco en la historia que han corrido por debajo de 47 segundos, se repartirán casi seguramente las medallas en París.