Este domingo 14 de julio, la selección argentina tiene otra cita con la historia. El conjunto de Lionel Scaloni buscará el cuarto título del ciclo ante la dura Colombia de Néstor Lorenzo. El partido marcará la despedida definitiva de Ángel Di María con la camiseta albiceleste, mientras crece la incertidumbre sobre cuál será el futuro de Lionel Messi. Ambos son los líderes en el campo de este equipo que ya se ganó el corazón de todos los argentinos y que siempre quiere más. Cómo nació ‘La Scaloneta’, la consagración mundial en Qatar y el lugar que ocupa en la historia de las selecciones argentinas. Lo repasamos.
Una final más. La cuarta en apenas tres años. La Argentina de Lionel Scaloni, o ‘La Scaloneta’, no se duerme en los laureles. En el deporte suele decirse que ganar es adictivo, y vaya si lo demuestra este equipo que cambió críticas por elogios, rompió con todas las verdades incuestionables del fútbol y volvió a enamorar a un pueblo que le daba la espalda a su selección nacional.
Si hay algo difícil en el deporte es no perder el hambre de gloria. Es común relajarse luego de conseguir títulos, por menores que sean. Es hasta natural. Por eso, lo que demuestra esta selección argentina es excepcional. Después de romper una sequía de 28 años sin títulos con la obtención de la Copa América 2021, vencer a Italia en la Finalissima 2022 y coronarse campeón del mundo en Qatar, aún quiere más.
“Ya está, ya está”, le decía Lionel Messi desde el campo de juego a su familia en la tribuna, luego de que Argentina derrotara a Francia el 18 de diciembre de 2022 en la que es, probablemente, la mejor final en la historia de los mundiales. El gesto que hacía con sus manos en el césped del Estadio Lusail parecía marcar el fin de su carrera con la selección. ¿Qué más podía haber para un jugador que había ganado todo y al que solo le faltaba ese título, que se le negaba desde 2006 y que, por increíble que parezca, le valía las críticas más duras en su propia tierra? “Maradona ganó un Mundial, Messi no. Que se vuelva a Barcelona”, repetían los hinchas más exitistas cada vez que Argentina quedaba eliminada en una Copa del Mundo.
Pero Messi se equivocó. No en un pase ni en una definición frente al arquero, sino en lo que pensó en ese momento. Casi como si no se conociera. Quizás por la euforia o la sensación —lógica— de entender que no hay más nada para un futbolista que ganar un Mundial y, encima, a los 35 años. Qatar 2022 era la cereza del pastel, el desenlace de una larga película que tuvo más drama que comedia, pero que terminó con un final feliz.
Alguna vez, Pep Guardiola describió a Messi como “un animal competitivo”. Y tiene razón: siempre quiere más, no se cansa de ganar. Su “ya está, ya está”, tomado por todas las cámaras del mundo, no le duró mucho. Al año siguiente, volvió a ponerse la camiseta albiceleste y este domingo lo tendrá, otra vez, luchando con su selección para conseguir el bicampeonato y la 16° Copa América para Argentina.
Rusia 2018, un fracaso necesario para Argentina
Para llegar a este presente soñado, Messi y la selección argentina debieron atravesar momentos duros.
La Copa del Mundo de Rusia fue una verdadera pesadilla. El equipo jugaba mal, el director técnico de entonces, Jorge Sampaoli, no le encontraba la vuelta y, en medio de la competencia, estalló una interna en el vestuario por los constantes cambios que hacía el entrenador. En un contexto así, es difícil que los resultados sean buenos.
Pese a todo, Argentina logró avanzar a los octavos de final, donde fue eliminada por una Francia que lo superó ampliamente. El marcador fue 4 a 3, pero no refleja la enorme diferencia futbolística que hubo a favor de los de Didier Deschamps, que luego se consagrarían campeones del mundo.
La pobre actuación de Argentina en Rusia decretó la salida de Sampaoli. Los rumores de entredichos y discusiones entre cuerpo técnico y futbolistas cada vez tomaban más fuerza. Pero en ese caos había alguien que intentaba poner paños fríos a la situación y que era muy respetado por los jugadores. Se trataba ni más ni menos que de Lionel Scaloni, quien se desempeñaba como asistente de Sampaoli.
El nacido en Pujato (provincia de Santa Fe) tenía una buena relación con algunos de los integrantes de ese plantel por haber coincidido con ellos en la selección argentina. Paradójicamente, fue él quien le dio el primer pase a Messi en su debut con la mayor, el 17 de agosto de 2005. El rosarino, que en ese entonces tenía 18 años, recibió el balón de su actual DT y fue expulsado insólitamente a los 45 segundos de haber ingresado por un manotazo que apenas rozó el rostro del defensor húngaro Vilmos Vanczák. “No me van a llamar nunca más. Fue terrible”, recordó Messi sobre ese episodio en una entrevista con el canal TyC Sports. Quién diría que, 17 años más tarde, levantaría la Copa del Mundo en su quinto Mundial con el compañero que le dio el primer pase con la Albiceleste.
La hora de la renovación
Tras el despido de Sampaoli, Scaloni se ofreció para continuar al frente de las selecciones juveniles, mientras la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) buscaba un técnico para la mayor. El ente rector del fútbol en Argentina accedió al pedido y le otorgó la Sub-20. Con Pablo Aimar como ayudante, consiguió el título en el Torneo Internacional de L’Alcudia 2018.
La dificultad para encontrar un entrenador que se hiciera cargo de la selección absoluta y el campeonato obtenido en La Alcudia llevó a la AFA a designar a Scaloni como director técnico interino.
En compañía de Aimar y Walter Samuel, el pujatense inició un proceso de renovación en la selección nacional. Ya sin experimentados como Javier Mascherano, Gonzalo Higuaín, Ever Banega y Lucas Biglia, y con Messi alejado por un tiempo, el cuerpo técnico entendió que era el momento de los jóvenes. Comenzaron a aparecer en las convocatorias para partidos amistosos los nombres de Rodrigo De Paul, Paulo Dybala, Lautaro Martínez, Leandro Paredes, Germán Pezzella, Mauro Icardi, Giovani Lo Celso, Guido Rodríguez, Nicolás Tagliafico, Marcos Acuña, entre otros.
Los resultados positivos en los amistosos (cuatro triunfos, un empate y una derrota) y las buenas sensaciones que dejó el cuerpo técnico en los jugadores convencieron a la AFA de ratificar a Scaloni como entrenador de la selección argentina hasta la Copa América 2019, con opción de extensión hasta la Copa América 2021.
La decisión despertó críticas en gran parte del ambiente futbolístico argentino y, en cierta medida, con razón. Scaloni no había sido entrenador principal de ningún club ni selección, y su primera experiencia lo colocaba al frente de una potencia como Argentina, un puesto deseado por cientos de técnicos con un recorrido y méritos considerablemente mayores para sentarse alguna vez en el banco. Sin lugar a dudas, fue una apuesta fuerte de la AFA.
El nacimiento de ‘La Scaloneta’
La primera prueba llegó en Brasil, en la Copa América 2019. Con el regreso de Messi y la experiencia de Ángel Di María, Sergio Agüero y Nicolás Otamendi, la renovada selección de Scaloni hizo un papel más que digno en su primer torneo oficial. Tras perder en semifinales con el local en un polémico partido, la Albiceleste derrotó a Chile en el partido por el tercer puesto y se subió al podio. Para una selección como Argentina, obligada por historia a salir campeón en cada competencia en la que participa, una tercera posición nunca es algo para celebrar, pero dado el momento de transición que atravesaba, fue un logro significativo.
La sensación que dejó ese torneo fue que algo bueno comenzaba a gestarse. La comunión entre jugadores experimentados y jóvenes, liderados por un cuerpo técnico que había vestido la camiseta argentina durante muchos años, creó un ambiente de paz que la selección necesitaba como nunca.
“Desde el comienzo se vio un grupo muy unido, compacto y solidario. Todos aceptan que el capitán es Messi y que los demás pueden ser titulares o sustituidos en algún momento. Se nota también un cariño muy grande entre el cuerpo técnico y los jugadores”, declaró a France 24 el sociólogo especializado en deporte Fernando Segura Trejo, compilador del libro ‘Messi: 10 miradas sobre el 10’.
Debido a la pandemia, la Copa América que originalmente se iba a disputar en 2020 en Argentina y Colombia se pospuso para 2021 y se trasladó a Brasil.
Con la base del plantel que había obtenido el tercer puesto en el último certamen continental y la incorporación de jugadores clave en el ciclo de Scaloni, como Emiliano 'Dibu' Martínez, Julián Álvarez, Cristian Romero, Lisandro Martínez, Gonzalo Montiel, Nahuel Molina y Exequiel Palacios, la selección argentina hizo historia. Tras 28 años sin títulos, se consagró campeón de América en el mítico Estadio Maracaná luego de vencer a Brasil, su rival de toda la vida. Como si estuviera escrito.
Messi y 'Dibu' Martínez fueron los estandartes de ese equipo que volvió a enamorar a un país. Las críticas descarnadas contra el rosarino por su falta de títulos con la selección y los cuestionamientos por la inexperiencia de Scaloni se convirtieron en elogios. Incluso hubo periodistas que tuvieron que pedir disculpas públicamente por sus comentarios contra el entrenador, quien nunca respondió, ni siquiera luego de la consagración en Brasil. Trabajó en silencio, con humildad y perfil bajo. Esa es la impronta de los integrantes de su cuerpo técnico, a quienes apenas se les conoce la voz.
En Argentina, el sufijo ‘eta’ se utiliza para acompañar al nombre de un entrenador que conduce un equipo exitoso. La expresión “subirse a ‘La Scaloneta’”, como si fuera un vehículo, nació en las redes sociales durante la Copa América 2021 y se convirtió en una manera de acompañar y confiar en la selección de Scaloni. El nombre se popularizó y hoy en día es el apodo del equipo argentino.
La consagración mundial
Ya sin la mochila pesada de 28 años sin títulos, la selección argentina se liberó y comenzó a disfrutar. Cada vez jugaba mejor y se sentía imbatible. Sin embargo, sus detractores argumentaban que aún no se había enfrentado con rivales de peso y que necesitaba medirse con algún equipo europeo para demostrar su verdadero potencial.
La victoria por 3-0 sobre Italia en la Finalissima, disputada en el Estadio de Wembley el 1 de junio de 2022, disipó todas esas dudas y colocó a Argentina como una de las principales favoritas para la Copa del Mundo de Qatar.
‘La Scaloneta’ llegó al Mundial con un invicto de 36 partidos. Para sorpresa de todos, lo perdió en el primer encuentro, contra Arabia Saudita. La derrota fue un baldazo de agua fría para una selección que llevaba más de tres años sin perder.
“Where is Messi?” (¿Dónde está Messi?), bromeaban los hinchas saudíes en Qatar, mientras la frase se replicaba en las redes sociales.
Parecía que, una vez más, el karma de Argentina y Messi en los mundiales se hacía presente.
El rosarino entendió que era el momento de llevar tranquilidad a un país que necesitaba escuchar las palabras de su líder. “Que la gente confíe, que este grupo no los va a dejar tirados”, declaró apenas finalizado el partido contra Arabia Saudita.
Y el capitán cumplió. Tras un pase de Di María, anotó el primer gol en la victoria contra México, lo que significó el renacimiento de Argentina en el Mundial. A partir de ahí, el equipo se destrabó y volvió a ser ‘La Scaloneta’ que todos conocían.
El resto es historia conocida. Argentina se consagró campeón del mundo por tercera vez, y tanto los futbolistas como el cuerpo técnico que integraron ese equipo se convirtieron en ídolos para la eternidad.
¿La mejor selección argentina de la historia?
La coronación en Qatar abrió el debate sobre si ‘La Scaloneta’ es la mejor selección argentina de todos los tiempos. Si se tratara solo de estadísticas, los números lo avalan: tres títulos y apenas seis derrotas en seis años, a la espera de lo que suceda este domingo en la final ante Colombia.
Para el periodista Diego Provenzano, esta selección argentina ya es la mejor de la historia, sin importar lo que pase el domingo.
“Mucho más no se puede pedir ni exigir. Ni los campeones fundacionales del 78 con Mario Alberto Kempes y Daniel Passarella como abanderados ni los héroes del 86 con Diego Maradona en modo D10S lograron lo que Messi y su club de amigos supieron conseguir. Porque el éxito no es solo ganar. Sino también perdurar. Lo dicen los números duros: en seis de los últimos ocho torneos más importantes a nivel selecciones, Argentina jugó la final”, escribió en un artículo en el medio Clarín.
Pero más allá de los números y el juego, hay algo que distingue a esta selección de otras: el idilio con la gente.
“Contagia mucho cariño en los argentinos, que es algo que se había marchitado en ciclos anteriores. Esta selección ha reconquistado el amor y la locura de la gente”, explica Segura Trejo a este medio.
Sin embargo, para su colega Diego Murzi, los resultados mandan y el amor de los hinchas por su selección se explica, principalmente, en los triunfos.
“Si Argentina hubiera perdido la final con Francia, hay que ver si hoy seguirían Scaloni y Messi”, dice a France 24.
El último baile de Di María y el futuro de Messi
El domingo será una jornada especial para ‘La Scaloneta’. Además de jugar una nueva final, el partido marcará el adiós de una de sus banderas. Dí María, el de los goles importantes (anotó en las tres finales que disputó esta selección), vestirá la Albiceleste por última vez.
Su despedida hace pensar que la otra, que ningún argentino quiere, también está cerca. Messi, con 37 años y miles batallas en el lomo, sabe que le queda poco combustible en el tanque. Toda Argentina le pide un último baile en el Mundial de México, Estados Unidos y Canadá en 2026. A su edad, dos años en el fútbol es mucho tiempo. Probablemente ni él sepa qué va a hacer aún. Mientras no confirme su alejamiento, la gente se ilusiona. Solo el tiempo dirá.