Ricardo Bonilla presentó su renuncia después de que el presidente Gustavo Petro se la solicitara públicamente a pesar de haberlo defendido por las acusaciones de corrupción que el funcionario enfrenta. Antes de dimitir, Bonilla remitió a la Fiscalía una denuncia anónima en la que se menciona a un hijo adoptivo de Petro y al presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, por buscar influir en contratos públicos. El presidente acusa que hay una estrategia mediática para presentar a su Gobierno como dividido. ¿Qué está pasando?
Otra renuncia de un aliado cercano al presidente desata una nueva crisis en el Gobierno colombiano.
El 4 de diciembre, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, utilizó su perfil de X para colgar una de las publicaciones más largas que se le recuerden para referirse a su ministro de Economía, Ricardo Bonilla, y pedirle su renuncia.
En el trino, el mandatario expresó su profundo respeto por la "profundidad intelectual" de uno de los funcionarios más cercanos de su círculo político, así como su compromiso con "las necesidades del pueblo" durante su estancia en el Ministerio de Economía.
Sin embargo, Petro también reconoció que "la ingenuidad política" de Bonilla le estaba costando ser blanco de una persecución judicial, en referencia a un escándalo de corrupción que envuelve a la figura del economista. En el cierre de su publicación, el presidente le pidió al ministro su dimisión.
Horas después, Bonilla acató la orden y publicó una carta donde confirmaba su renuncia como ministro de Hacienda.
En su escueta comunicación, el funcionario justificó su decisión por la necesidad de centrarse en "su defensa como ciudadano desprovisto de la condición de funcionario público", refiriéndose una vez más al entramado de corrupción en el que ha sido mencionado.
Aunque en el intercambio indirecto entre Petro y Bonilla parece encarnar la decisión de un presidente para permitir que una de sus fichas más leales pueda limpiar su nombre fuera del Gobierno, una denuncia anónima que Bonilla remite a la Fiscalía alza sobre la situación un manto de dudas que da a luz a un potencial nuevo escándalo en el primer gobierno izquierdista de Colombia.
Antes de la renuncia de Bonilla, medios locales revelaron un documento enviado por el funcionario a las autoridades en donde acusa a Nicolás Alcocer Petro, hijo adoptivo del presidente y primogénito de la primera dama, y a Ricardo Roa, presidente de la estatal Ecopetrol, por presuntamente por ejercer presiones indebidas en el Gobierno para cerrar contratos públicos que benefician a allegados de ambos.
El presidente Petro fue categórico en negar que el ministro haya sido el autor de la denuncia y explicó que, como "todos los funcionarios públicos tienen la obligación de entregar las denuncias que le llegan a la Fiscalía y no son autores de ellas".
Petro cargó contra los medios locales y algunos periodistas y este 5 de diciembre los acusó de presentar "información falsa y sin investigación (…) solo con la intención de presentar un gobierno dividido y mancillar mi familia".
La renuncia del ministro de Economía se ve marcada por presiones externas, acusaciones de corrupción y señalamientos contra funcionarios del Gobierno e incluso un miembro de la familia presidencial cuyas consecuencias son, hasta el momento, inciertas. ¿Cómo entender la nueva tormenta que enfrenta Gustavo Petro?
El escándalo de la UNGRD
La salida de Ricardo Bonilla como cabeza del Ministerio de Economía colombiano se explica, al menos públicamente, por los señalamientos que reposan en su contra debido a su supuesta participación en un entramado de corrupción y compra de lealtades en el Legislativo para la aprobación del presupuesto gubernamental, bloqueado por la oposición parlamentaria.
Tres exfuncionarios del Gobierno colombiano señalan a Bonilla de autorizar el desembolso de unos 11,7 millones de dólares del presupuesto de la Unidad de Gestión de Riesgos y de Desastres (UNGRD) con el presunto objetivo de comprar camiones de agua para llevar el líquido vital a zonas áridas en la provincia de La Guajira. Según las denuncias, ese dinero fue malversado.
Además, las acusaciones indican que Bonilla buscó dirigir la adjudicación de tres contratos con la UNGRD, con valor de unos 23 millones de dólares, para beneficiar a seis congresistas, a cambio de avalar unos créditos que el funcionario pedía para el Estado en el Congreso.
Los denunciantes son Olmedo López, exdirector de la UNGRD; Sneyder Pinilla, exdirector adjunto del organismo; y María Alejandra Benavides, antigua asesora de Bonilla.
En su trino, Gustavo Petro calificó a los exfuncionarios como "bandidos y traidores" cuyos alegatos carecen de fundamento.
"El ministro no entregó cupos indicativos a parlamentario alguno porque yo los denuncié, antes que nadie, y por centenares, y porque había ordenado que no se entregarán desde el primer día de mi gobierno, y porque no se hicieron los giros pretendidos desde la UNGRD", escribió Petro.
Lo quieren despedazar por ser leal al programa de Gobierno
Aunque el presidente colombiano defendió la inocencia de Bonilla hasta el último minuto, reconoció que tenía que pedirle la renuncia, no por creer en su culpabilidad, sino por el castigo mediático al que estaba siendo sometido.
"Espero su renuncia, no porque crea que es culpable, sino porque lo quieren despedazar por ser leal al programa de Gobierno y quieren derribar inconstitucionalmente ese Gobierno", dijo el mandatario.
La defensa de Bonilla y su renuncia
Tras la publicación de Petro, el economista le envió al presidente su renuncia, en donde reitera que "no usaría su cargo en el gabinete para defenderse" de las acusaciones por el caso.
Bonilla también lanzó un mensaje de reivindicación, afirmando que se marcha del Gobierno "con la frente en alto".
Me retiro con la frente en alto confiado de convencer a los investigadores que no compré silencios, ni votos de congresistas, ni cupos indicativos, ni cometí delito alguno en provecho personal
Además, el exfuncionario colgó un corto video en sus redes sociales en donde profundiza sobre su inocencia en torno a los actos de corrupción que se le achacan, aunque reveló que no le sorprendió la decisión del presidente, ya que "su renuncia siempre estuvo sobre la mesa".
“Nunca me atornillé al cargo y no lo usaré para defenderme en este confuso episodio. El presidente siempre estuvo enterado de mis acciones y deberes como funcionario público”, dijo el economista en el video, remarcando su presunta inocencia en el escándalo de la UNGRD.
El ataque a la familia Petro
Pero la cadena de acontecimientos que derivaron en la renuncia de Bonilla no es solo una serie de demostraciones de respeto, solidaridad y afecto entre el presidente y su exministro de Economía.
Horas antes de su renuncia, medios locales revelaron que Bonilla, todavía como funcionario en el gabinete petrista, había remitido una carta a la Fiscalía en la que un anónimo acusa al hijo adoptivo del presidente por su presunta injerencia en la adjudicación de contratos públicos.
A finales de noviembre, Bonilla escribió la comunicación a la Justicia colombiana en la cual se acusa a Alcocer Petro y Roa por un esquema de presiones e irregularidades durante la construcción de la central hidroeléctrica de Urrá, ubicada en el caribe colombiano.
En la denuncia anónima se afirma que es de conocimiento popular que la construcción de la hidroeléctrica responde a los intereses de Roa y de Alcocer Petro y que el presidente de Ecopetrol, quien fue uno de los jefes de la campaña petrista y está siendo investigado por irregularidades en su financiamiento, "quiere quedarse con toda la energía y las empresas rentables del sector".
Sobre el hijo del presidente, en el texto remitido por Bonilla se menciona que este "busca ejercer presiones indebidas sobre la junta directiva de la compañía (Ecopetrol) para tomar control de la misma y favorecer a sus amigos más cercanos”, según dice la carta del economista publicada por la revista 'Semana'.
“Este documento, ministro, solo es enviado a usted de manera anónima y confidencial para que tome las medidas respectivas y no permita que la gente que está haciendo bien las cosas se vea afectada por enemigos del Gobierno nacional, que al parecer también están adentro del Gobierno", reza en la denuncia.
Hasta el momento, la Justicia colombiana no ha iniciado investigaciones formales en contra de Bonilla, pero este nuevo hecho se suma a una cadena de denuncias que el funcionario no aguantó desde el cargo y que ineludiblemente tocan al alto Gobierno, que ha denunciado en repetidas ocasiones un "golpe blando" en curso orquestado por la oposición y aupado por los medios de comunicación.
Entre la nueva tormenta en torno a la renuncia de Bonilla y las dudas que quedan sobre el escándalo de la UNGRD, el presidente anunció como su reemplazo a Diego Guevara, antiguo viceministro de Economía, que tendrá la responsabilidad de continuar con el trabajo legislativo por negociar el presupuesto de 2025 e impulsar la aprobación de la ley de financiamiento, que pretende subsanar el hueco fiscal.
Aunque las elecciones presidenciales se celebrarán en 2026, Colombia encara un 2025 de alta tensión electoral en el que los bloques políticos buscarán alianzas para enfrentar a un potencial candidato del petrismo.
Con EFE, Reuters y medios locales