El Parlamento ugandés aprobó a principios de semana una ley ampliamente represiva contra la comunidad LGBTIQ+. El texto ha sido enérgicamente condenado por activistas de derechos humanos, mientras que el presidente Yoweri Museveni, que ha calificado a los homosexuales como "desviados", es ahora conminado por la comunidad internacional, encabezada por la ONU y Estados Unidos, para que no promulgue el texto.

La ONU, Estados Unidos, Reino Unido y oenegés de derechos humanos, entre ellas Amnistía Internacional, han pedido al presidente ugandés, Yoweri Museveni, que rechace una ley calificada de homófoba y extremadamente represiva aprobada por el Parlamento del país de África Oriental el pasado martes 21 de marzo.

Los diputados ugandeses votaron a favor de este texto que prevé duras penas para quienes sostengan relaciones homosexuales. Los legisladores han enmendado el borrador original, que preveía hasta 10 años de cárcel para las personas homosexuales o que se declaran como tal. Aún no se conoce el alcance final de las nuevas penas.

Pero según declaraciones hechas el martes por Fox Odoi-Oywelowo, miembro del partido del presidente Museveni y uno de los pocos diputados que se ha posicionado en contra del texto, la ley "contiene disposiciones inconstitucionales y anula los logros alcanzados en la lucha contra la violencia de género".

Mientras la ley debe ser promulgada por el presidente Museveni antes de que pueda entrar en vigor, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, pidió al presidente ugandés que no lo hiciera.

"La aprobación de esta ley discriminatoria, probablemente la peor de su tipo en el mundo, es un hecho profundamente preocupante", afirmó en un comunicado, argumentando que "si es promulgada por el presidente, esta ley convertirá a lesbianas, gays y bisexuales en delincuentes en Uganda por el simple hecho de existir (…) Podría dar carta blanca a la violación sistemática de casi todos sus derechos humanos", añadió.

Por su parte, la ONG Amnistía Internacional afirmó que Museveni debería "vetar urgentemente esta ley atroz", y añadió que "(el texto) institucionalizaría la discriminación, el odio y los prejuicios" contra la comunidad LGBTIQ+.

"Esta ley ambigua y redactada de manera vaga criminaliza incluso a quienes 'promueven' la homosexualidad", afirmó en un comunicado Tigere Chagutah, director de Amnistía para África Oriental y Meridional.

Por su parte, Washington advirtió de posibles "consecuencias" económicas si la ley entra en vigor. Las repercusiones financieras "serían muy desafortunadas porque gran parte de la ayuda económica que proporcionamos se destina a la atención sanitaria", declaró John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.

En un tweet, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, reforzó esta posición, denunciando también la aprobación de la ley que desafía "los derechos humanos de todos los ugandeses" y "podría afectar la lucha contra el sida".

El ministro británico para África, Andrew Mitchell, también se mostró "profundamente decepcionado" por el texto, mientras que el enviado especial del primer ministro Rishi Sunak para los derechos LGBTIQ+, Nicholas Herbert, notificó su preocupación por el riesgo de que aumente "la discriminación y la persecución en Uganda" contra los integrantes de la comunidad.

"Mientras muchos países, incluidos varios del continente africano, avanzan hacia la despenalización, este es un paso profundamente preocupante en la dirección contraria", declaró Herbert en Twitter.

Fuerte clima de homofobia y noticias falsas

La discusión de la ley se produce en un momento en el que proliferan en las redes sociales las teorías conspirativas sobre el tema, algunas acusan a fuerzas internacionales indeterminadas de "promover" la homosexualidad en Uganda.

Días antes de que los parlamentarios estudiaran el texto, el mismo Museveni había calificado a los homosexuales de "desviados". Sin embargo, el dirigente, de 78 años, que gobierna desde 1968, ha manifestado a menudo que el tema no es su prioridad y que prefiere mantener buenas relaciones con sus donantes e inversores occidentales.

El jefe de Estado "históricamente ha tenido en cuenta el daño causado por los proyectos de ley, especialmente en lo que respecta a las relaciones con Occidente y la financiación de los donantes", declaró Kristof Titec, experto en asuntos de África Oriental de la Universidad de Amberes en Bélgica.

Uganda tiene una estricta legislación contra la homosexualidad, herencia de las leyes coloniales. Pero, aunque no ha habido procesamientos por actos homosexuales consentidos desde la independencia del Reino Unido en 1962, la intolerancia es muy común en el país.

Algunos ciudadanos acogieron con satisfacción la aprobación de la ley. "Estamos muy contentos. Culturalmente no aceptamos la homosexualidad, el lesbianismo, LGBT. No podemos", declaró a la AFP Abdu Mukasa, un residente de 54 años.

La semana pasada, la policía anunció la detención de seis hombres por "practicar la homosexualidad" en Jinja, al sur del país. También, otros seis hombres fueron detenidos por la misma razón el domingo, según informó la policía.

Con AFP y Reuters