La Organización de Estados Americanos (OEA) instaló este miércoles 26 de junio su 54 Asamblea General con la atención centrada en Bolivia, después del intento de golpe de Estado contra el Gobierno del presidente Luis Arce.
 

"Los golpes de Estado, que han significado torturas, desapariciones forzadas, ejecuciones y asesinatos, no deben tener nunca más lugar en las Américas. Debemos ser capaces de darle a nuestras democracias las mejores instituciones, las mejores soluciones a la gente. No hay lugar para esto", dijo en su discurso el secretario general de la OEA, Luis Almagro.

Un grupo de militares fuertemente armados, encabezados por el ya destituido comandante general del Ejército boliviano Juan José Zúñiga, lanzó la tarde de este miércoles un tanque contra la puerta de la sede del Ejecutivo en La Paz.

Tras horas apostados, los militares insubordinados se replegaron luego de que el presidente boliviano, Luis Arce, cambiara a todo el alto mando militar del país.

"Esta organización (la OEA) que ha aportado a la paz, tiene que seguir aportando a la paz", agregó Almagro, que liderará su última Asamblea General tras 10 años como titular de la Secretaría General.

El otro anfitrión de la cita, el presidente de Paraguay, Santiago Peña, también se refirió al fallido golpe de Estado en Bolivia y lo tildó de "intolerable e inadmisible".

"Condenamos enérgicamente cualquier intento de subversión de la sagrada democracia y apoyamos al Gobierno legítimo del compañero Luis Arce", apuntó Peña.

Más de una veintena de cancilleres de la región son esperados en Paraguay para participar en las plenarias que arrancaran el jueves y en las que también se abordará la situación política y de derechos humanos en Haití, Nicaragua y Venezuela, así como la integración y la seguridad para el desarrollo sostenible de la región.

Con EFE