Israel confirmó este lunes que atacó infraestructura de Hezbolá en Líbano, poco después de que el grupo chií reconociera -por primera vez desde la entrada en vigor de la tregua, el pasado miércoles- haber lanzado proyectiles contra una zona en disputa. Ambas partes se acusan de incumplir el alto el fuego, generando incertidumbre, mientras millones de desplazados intentan volver a sus hogares.

El cese al fuego en Líbano muestra su fragilidad. Las autoridades libanesas reportaron 11 muertos este 2 de diciembre, lo que representa la jornada más mortífera del país desde la entrada en vigor del acuerdo de tregua entre Israel y Hezbolá el 27 de noviembre.

Las acusaciones de violación de la tregua han sido mutuas.

Según información de Beirut, las fuerzas israelíes lanzaron un ataque con drones en la localidad de Nabatieh, a 11 kilómetros de la frontera sur libanesa, que acabó con la vida de una persona; un incidente similar en Maryayún se cobró la vida de otra persona.

Tras ello, Hezbolá reconoció que respondió lanzando misiles en contra de posiciones israelíes estacionadas en la disputada zona de Kfar Chouba. Esto disparó una respuesta armada de Israel contra las localidades libanesas de Talousa y Haris, donde murieron nueve personas.

La milicia chiita calificó su embestida contra las fuerzas israelíes como un "ataque defensivo de advertencia", en respuesta a las "repetidas violaciones" del cese al fuego por parte del Ejército de Israel.

Aunque el acuerdo de tregua –mediado por Estados Unidos y Francia– entró en vigor hace no más de una semana, las denuncias mutuas de ataques no han cesado.

Israel alega que la milicia chiita viola constantemente el pacto al, presuntamente, transportar armas en la zona que debe ser desalojada por sus fuerzas.

"Israel se compromete a aplicar con éxito el alto el fuego, pero no aceptaremos que se vuelva a la situación" de octubre de 2023, expresó el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, a través de un comunicado, en referencia al inicio de la guerra en Gaza.

Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ha advertido sobre una "dura respuesta" a los ataques de Hezbolá.

Empero, desde el lado libanés apuntan a Israel por considerarlo el infractor en el periodo de tregua. Nabih Berri, diputado libanés aliado a Hezbolá y que negoció el cese al fuego, señala que el Gobierno libanés ha detectado al menos 54 violaciones israelíes desde el comienzo de la tregua, el 27 de noviembre.

El acuerdo estipula que, dentro de un plazo de 60 días, las fuerzas israelíes deben abandonar suelo libanés, mientras que Hezbolá debe retirar sus tropas que están estacionadas al sur del río Litani, en la frontera con Israel. Sin embargo, el trato protege el "derecho de autodefensa" israelí en caso de que sus intereses de seguridad se vean comprometidos en la zona.

"La naturaleza de este alto al fuego es muy frágil. En este caso vemos que no hay una limitación de dónde (Israel) puede seguir atacando, porque solamente se estaba hablando de la zona ocupada por Israel, que son esos tres o cuatro kilómetros cerca de la frontera, pero los ataques que hemos visto llegan más allá, incluso en el norte del país, en la frontera con Siria", explica Ethel Bonet, corresponsal de France 24 en Beirut.

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Más de 500.000 libaneses regresan a sus hogares en medio de fracturas en el cese al fuego

Al mismo tiempo que Israel y Hezbolá protagonizan un intercambio de acusaciones y misiles en medio de la tregua, alrededor de 580.000 ciudadanos libaneses comenzaron a regresar a sus hogares en el sur del país, según datos recopilados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

En la misma línea, la OIM reporta que, para el 30 de noviembre, alrededor del 90% de las personas desplazadas que buscaron alojamiento en refugios colectivos lejos de las hostilidades ya han salido de los inmuebles. Al menos 22.000 personas siguen dentro de los más de 400 refugios dispersos en el país, según el organismo.

Además, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) reveló que, desde el 27 de noviembre, más de 28.000 personas han regresado a Líbano desde Siria.

El acuerdo del cese al fuego entre Israel y Hezbolá, aunque frágil, ha conseguido la relativa normalización de actividades civiles en territorio libanés, poniendo pausa a un conflicto que ya ha provocado casi 4.000 muertos en Líbano, además de millones de dólares en daños a la infraestructura civil.

Mientras, desde Washington, continúan mostrando su confianza en la tregua.

"En términos generales, (el cese al fuego) ha conseguido poner fin a los combates y llevarnos a una situación en la que no se producen las pérdidas de vidas humanas diarias de los dos meses anteriores", dijo Matthew Miller, portavoz del departamento de Estado, en una conferencia virtual este 2 de diciembre.

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Con AP, EFE, Reuters y medios locales