A menos de dos semanas de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de 2024, la llama olímpica recorre las calles de la capital francesa el domingo -día nacional- y el lunes. Unos 540 portadores de la antorcha pasarán por los monumentos más famosos de la capital en un despliegue espectacular.
Con bombos y platillos fue lanzado, a principios de mayo, en Marsella, el relevo de la antorcha olímpica, que se traslada a París el domingo 14 de julio (día festivo) y el lunes 15 de julio.
La llama recorre las calles de la capital e ilumina sus monumentos: el Panteón, la catedral de Notre-Dame, el Louvre, el Centro Pompidou, la basílica del Sacré-Coeur, el Arco del Triunfo, la Universidad de la Sorbona, entre otros.
En las sedes de la competición (Concorde, Inválidos, Torre Eiffel) los preparativos impiden el paso de la llama olímpica.
En dos días deberá recorrer unos 60 kilómetros, llevada por unos 540 portadores -200 el domingo, 340 el lunes- y vigilada por 1.600 policías y agentes, entre las 18.000 fuerzas del orden movilizadas para el acontecimiento.
La llama pasa de mano en mano en diferentes momentos del día y lugares de París dejando imágenes de diversidad e inclusión con imágenes como la protagonizada por Arthur Dénouveaux, presidente de la asociación Life for Paris y sobreviviente del atentado terrorista del Bataclan del 13 de noviembre de 2015, quien retransmitió la llama olímpica frente a la sala de conciertos y pasó la antorcha a Philippe Duperron, que perdió a su hijo en el atentado.
También portó la llama el prodigio del piano Rayane Hechni, así como Timothé Bernardeau, bombero de París y cabo discapacitado, al igual que la drag queen Minima Gesté y también Léon Placek, de 90 años, uno de los últimos testigos de lo que fueron los campos de concentración y el campo de Drancy durante la Segunda Guerra Mundial, en compañía de su nieto.
Mientras que Dorothée Chaoui-Derieux, responsable de conservación del patrimonio en la Dirección Regional de Arqueología de la DRAC Île-de-France, fue una de las funcionarias seleccionadas por el Gobierno francés para portar la llama; la ex astronauta Claudie Haigneré, primera mujer francesa y europea en ir al espacio, tomó el relevo en La Sorbona.
Lassana Bathily, héroe del Hyper Cacher durante los atentados terroristas de 2015, hizo el segundo relevo. Nacido en Mali, se nacionalizó francés tras salvar a los rehenes durante el atentado contra un supermercado kosher en la Porte de Vincennes de París.
El entrenador de la selección olímpica de fútbol, Thierry Henry, se encargó de escoltarla por los Campos Elíseos.
La llama comenzó su recorrido parisino el domingo durante el desfile militar, escoltada por los jinetes del Cadre Noir de Saumur y llevada por su líder, Thibaut Vallette, medalla de oro en Río en 2016.
Una veintena de personalidades y miembros del público participaron en la primera hora del relevo de la antorcha en París, mientras se preparaba para pasar por delante del Senado y luego de la Universidad la Sorbona en su camino hacia el Panteón.
La Policía de París ha dado detalles del servicio de seguridad para el relevo de la antorcha olímpica en las calles de París.
Una fiesta nacional con toque olímpico
El punto culminante del espectáculo será la llegada de la antorcha a las once de la noche del domingo al Hôtel de Ville, seguida del tradicional castillo de fuegos artificiales del 14 de julio en la Torre Eiffel, pero sólo será visible a distancia o por televisión, pero no desde el Campo de Marte o el Trocadero, que son inaccesibles.
Es tradicional porque el 14 de julio Francia celebra su fiesta nacional anual, que conmemora el inicio de la Revolución de 1789 y la caída de la monarquía, con un gran desfile militar por los famosos Campos Elíseos.
La celebración de este año combina el relevo de la antorcha olímpica. Habrá 162 caballos y formaciones de 65 aviones de combate sobrevolando el país, así como un homenaje a quienes ayudaron a liberar a Francia de la ocupación nazi en el desembarco del Día D hace 80 años.
La fiesta ocupa un lugar central en el calendario francés, con actos en todo el país. Su objetivo es encarnar el lema nacional de "libertad, igualdad y fraternidad".
La llama pasará la noche en los salones dorados del Hôtel de Ville, donde el público que se haya inscrito previamente podrá acudir a vigilarla durante toda la noche, de 00:30 a 05:00, y luego volverá a partir el lunes para dar una vuelta a París, esta vez por los distritos periféricos, desde el Bois de Boulogne hasta Belleville. En Montmartre, tras el Sacré-Coeur, las bailarinas del Moulin Rouge recibirán a la llama con un inevitable French Cancan.
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