El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció este lunes 6 de enero su dimisión como líder del gobernante Partido Liberal y premier después de nueve años en el cargo, aunque continuará en su cargo hasta que sea nombrado un sustituto. La decisión llega tras presiones de los liberales que, incluso, le habían dado plazo hasta el pasado octubre para no postularse a un cuarto mandato, en aras de evitar lo que consideran como una “inminente derrota” en las próximas elecciones generales del país.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, da un paso al costado tras casi una década gobernando una de las principales economías del mundo.
Tras meses de presiones, este lunes 6 de enero, Trudeau anunció que renuncia como líder del gobernante Partido Liberal y próximamente como premier, ya que permanecerá en el cargo hasta que sea nombrado un sustituto.
El premier atraviesa el momento más crítico de su carrera política, tras crecientes llamados, dentro y fuera de su bancada política, para abandonar el cargo en medio de encuestas que muestran que el partido será aplastado en las próximas elecciones generales.
Si tengo que librar batallas internas no soy yo la mejor opción en las próximas elecciones
“Tengo la intención de dimitir como líder del partido, como primer ministro, después de que el partido elija a su próximo líder. Este país merece una verdadera opción en las próximas elecciones”, declaró el líder canadiense.
“Me ha quedado claro que si tengo que librar batallas internas no soy yo la mejor opción en las próximas elecciones” agregó Trudeu en su declaración pública.
En su discurso, el aún primer ministro también explicó que Canadá debería tener “un nuevo sistema de elecciones”, en el que los ciudadanos puedan escoger con base en sus intereses personales a una tercera o cuarta opción y no necesariamente elegir sobre las dos opciones que presentan las encuestas que causan una “profunda polarización en el país”.
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De líder reelegido a presiones de renuncia: ¿cómo cayó la popularidad de Trudeau?
Trudeau, de 53 años, asumió el cargo en noviembre de 2015 y fue reelegido dos veces, convirtiéndose en uno de los primeros ministros de Canadá con más años en el cargo.
Pero su popularidad comenzó a caer hace dos años en medio del enojo público por los altos precios y la escasez de viviendas, y su suerte nunca se recuperó.
Las encuestas muestran que los liberales perderán por mucho ante los conservadores de la oposición oficial en una elección que debe celebrarse a fines de octubre, independientemente de quién sea el líder.
Trudeau había podido hasta hace poco defenderse de los legisladores liberales preocupados por las encuestas y la pérdida de escaños seguros en dos elecciones especiales el año pasado.
Pero los pedidos de que se haga a un lado se han disparado desde el mes pasado, cuando intentó degradar a la ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, una de sus aliadas más cercanas en el gabinete, después de que ella se opusiera a sus propuestas de mayor gasto.
Freeland renunció y escribió una carta, en la que acusó a Trudeau de "trucos políticos" en lugar de centrarse en lo que era mejor para el país.
Una dimisión que ha sido catalizadora de la crisis, ya que Freeland, además, dejó su puesto apenas días después de que el ministro de Vivienda también abandonara su cargo.
Estas salidas subrayan las crecientes tensiones internas dentro del Partido Liberal, que hasta ahora ha dependido del apoyo del Nuevo Partido Democrático (NDP) para mantenerse en el poder.
En medio del anuncio, el dólar canadiense CAD= cotizaba un 0,8% más alto a 1,4325 por dólar estadounidense, o 69,81 centavos de dólar estadounidense, después de tocar su nivel intradía más fuerte desde el 17 de diciembre a 1,4280. Los analistas señalaron que la perspectiva de una mayor claridad política ayudó a apuntalar la moneda.
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Las decisiones impopulares de Trudeau
En su noveno año como primer ministro, la impopularidad de Justin Trudeau creció considerablemente con una opinión pública que se deteriora con el alza del costo de vida, la escasez de viviendas, y los fracasos de las políticas que han erosionado el fuerte apoyo a la inmigración.
Y es que, aunque por parte del Gobierno se destaca una inflación que ha perdido fuerza y en noviembre llegó hasta el 1,9% anual, por debajo del objetivo del Banco Central y se consagra como una de las más bajas dentro de las economías del G7, el descontento de muchos ciudadanos se enfrasca en la apertura de las puertas a la migración.
Trudeau ha respaldado amplias políticas migratorias que permiten la llegada de miles de solicitantes de asilo y estudiantes internacionales de todo el mundo, cada año.
En noviembre de 2023, el Gobierno canadiense anunció que iba a cerrar el 2024 con la llegada de unos 485.000 inmigrantes y que en 2025 y 2026 aumentaría el número a 500.000 personas anuales.
Unas cifras que se suman a los 431.465 inmigrantes en 2022 y los 465.000 de 2023 que ya están cimentados en territorio canadiense, pero que son casi un 55% más altas que los 300.000 admitidos en todo en 2015, cuando Trudeau tomó las riendas del país.
Precisamente con estos números en su contra, el 24 de octubre el Gobierno canadiense anunció una reducción de un 20% del número de inmigrantes que espera aceptar el próximo año en el país. Es decir, espera modificar a 100.000 menos de los que esperaba en 2025.
Los posibles caminos para Trudeau y Canadá
La cadena local 'CTV', que citó a un funcionario del Gobierno, adelantó que Trudeau busca suspender el trabajo del Parlamento hasta el próximo 24 de marzo para permitir que los liberales se presenten a una carrera por el liderazgo.
Eso significaría que será primer ministro el 20 de enero, cuando el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, asuma el cargo.
El Parlamento debía reanudar sus sesiones el 27 de enero y los partidos de la oposición habían prometido derrocar al Gobierno tan pronto como pudieran, probablemente a finales de marzo.
Pero si el Parlamento no regresa hasta el 24 de marzo, lo más pronto que podrían presentar una moción de censura sería en mayo.
Los conservadores están liderados por Pierre Poilievre, un político de carrera que saltó a la fama a principios de 2022 cuando apoyó firmemente a los camioneros que tomaron el centro de Ottawa como parte de una protesta contra los mandatos de vacunación contra el Covid-19.
Sobre Poilievre también se refirió el premier respondiendo a una pregunta de los periodistas, al señalar que “él no es adecuado para Canadá, por sus ideas de detener la lucha contra el cambio climático o incluso retroceder en la diversidad del país que ha ganado con dificultad en los últimos años”, en referencia a los temas migratorios y de distintas poblaciones en el país norteamericano.
“Los valores y la fuerza de la diversidad son el camino correcto para este país (…) Espero con impaciencia la lucha de los progresistas para defender esta visión”, añadió Trudeau.
A pesar de las adversidades, el primer ministro sigue mostrando una postura desafiante. En declaraciones recientes afirmó: “Amo este país, amo este partido y creo en nuestra capacidad para superar cualquier desafío”. Sin embargo, la realidad política es cada vez más sombría.
Según Nelson Wiseman, profesor emérito de la Universidad de Toronto, Trudeau podría disolver el Parlamento y llamar a elecciones antes de enfrentar una moción de censura, una estrategia que, aunque arriesgada, podría darle una oportunidad de mantener cierto control sobre el proceso político.
Mientras el Parlamento entra en receso hasta finales de enero, los próximos meses serán decisivos para Trudeau y su bancada política. La falta de apoyo parlamentario, sumada a una creciente insatisfacción pública, sugiere que los liberales enfrentarán una dura batalla para evitar un colapso total de su Gobierno.
De otro lado, los conservadores, con Pierre Poilievre a la cabeza, lideran las encuestas con un 43% de intención de voto frente al 23% de los liberales, lo que indica que podrían obtener una mayoría en caso de elecciones anticipadas.
Además, el Partido Conservador espera reunirse el martes 7 de enero para presentar una nueva moción de censura contra el premier, la cuarta en los últimos meses y una que podría consumarse el 30 de enero.
Este escenario, decisivo para el futuro político del país norteamericano también trae implicaciones internacionales, ya que Trudeau ha sido criticado por no haber manejado adecuadamente las relaciones bilaterales, especialmente frente a los aranceles impuestos por la Administración entrante de Donald Trump en su vecino país.
Justamente el republicano se mostró como la antítesis de Trudeu cuando ambos coincidieron como líderes de sus países, y recientemente Trump ha echado leña al fuego tras ganar las elecciones, al asegurar que impondrá mayores aranceles a Canadá-al igual que México-tras acusarlos de no frenar la inmigración irregular hacia Estados Unidos.
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Con AP y Reuters