La Justicia argentina procesó a cinco personas por la muerte del cantante británico Liam Payne. Los imputados son un empresario amigo del exintegrante de One Direction y cuatro empleados del hotel de Buenos Aires en el que se encontraba alojado cuando murió tras caer desde el tercer piso del edificio.
El cantante británico Liam Payne viajó a Buenos Aires como invitado de su excompañero de One Direction Niall Horan, quien ofreció un concierto en la capital argentina el 2 de octubre, pero permaneció en el país al menos dos semanas más, hasta que el 16 del mismo mes se precipitó accidentalmente del tercer piso de un hotel en el exclusivo barrio de Palermo.
La jueza Laura Bruniard, a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 34, ordenó prisión preventiva para dos de cinco imputados en el caso. Se trata de un empleado del hotel CasaSur, donde murió Payne, y un camarero al que el cantante conoció en un restaurante del barrio Puerto Madero, quienes son señalados de haberle hecho al menos cuatro suministros de cocaína durante un período de tres días, de acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía.
Los hombres, identificados como Ezequiel Pereyra y Braian Paiz, también habrían proporcionado otras sustancias psicoactivas a Payne, y se enfrentan a una pena que podría llegar a 15 años en caso de ser declarados culpables.
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Un hombre vulnerable
La acusación también afecta a la gerente del hotel, Gilda Martín, y el encargado Esteban Grassi, quienes de acuerdo con la jueza abandonaron a Payne a su suerte en un momento de extrema vulnerabilidad.
"La conciencia de Payne estaba alterada y había un balcón en la habitación. Lo correcto era dejarlo en un lugar seguro y en compañía hasta que llegara un médico", aseguró la jueza durante la audiencia de imputación.
Imágenes de vigilancia del hotel muestran a tres personas, entre ellas a Grassi, cargando a un Payne inconsciente desde el vestíbulo hasta su habitación.
"Llevar a Payne a su habitación en el estado en que se encontraba fue poner en riesgo su vida", agregó la jueza, reproduciendo la argumentación de la Fiscalía.
La autopsia del cantante determinó que la causa de la muerte fueron politraumatismos y una hemorragia interna y externa, producto de la caída. Las experticias forenses descartaron la participación de terceros y se determinó que Payne no intentó protegerse durante la caída, por lo que se cree que pudo haberse precipitado mientras estaba total o parcialmente inconsciente.
Martín y Grassi se enfrentan a una pena máxima de cinco años en prisión, si se comprueban los cargos en su contra.
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Responsabilidad compartida
El quinto imputado es Roger Nores, un amigo empresario de Payne, quien estuvo con él durante su permanencia en Argentina y al que se impuso el cargo de homicidio culposo o negligente y una medida de prohibición de salida del país.
Nores es identificado como manager de Payne, aunque en realidad no tenía manejo sobre su carrera, pero la acusación, de acuerdo con los documentos judiciales, obedece a que el hombre incumplió con “sus deberes de cuidado, asistencia y ayuda”, pues habría estado a cargo de supervisar la rehabilitación del cantante.
La Fiscalía tratará de probar, de acuerdo con la imputación, que Nores dejó al músico británico “abandonado a su suerte, sabiendo que era incapaz de valerse por sí mismo y que sufría de múltiples adicciones”.
Nores enfrenta la perspectiva de una pena que va de uno a cinco años, si se determina su participación en la muerte de Payne.
Los cinco fueron citados para comparecer en las 24 horas siguientes a la publicación de la decisión judicial, pero ya el abogado de Paiz informó que había recomendado a su cliente no entregarse.
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Con AP, EFE y Reuters