Grecia experimenta este jueves 16 de enero su segunda huelga general y una nueva jornada de protestas por el siniestro de dos trenes, que el pasado 1 de marzo dejó 57 personas muertas. Aunque las autoridades apuntan a una “falla humana” como causa del accidente, los manifestantes y sindicatos de transporte acusan a los sucesivos gobiernos de ignorar las demandas para mejorar los estándares de seguridad del sistema ferroviario.

Una huelga general paraliza a Grecia mientras en las calles crecen los enfrentamientos entre los manifestantes y la fuerza pública.

El descontento social se reaviva en momentos en que los ciudadanos señalan que el Gobierno no ha reconocido su presunta responsabilidad en el choque frontal entre dos trenes, uno de carga y otro de pasajeros, que dejó 57 personas muertas el pasado 1 de marzo; el accidente ferroviario más letal en la historia del país.

Como resultado de las protestas, los vuelos hacia y desde Grecia quedaron en tierra, los barcos permanecen atracados en los puertos y los servicios públicos y las escuelas públicas cerraron.

El transporte urbano también se vio interrumpido y los taxistas se sumaron a la huelga.

Decenas de personas depositaron flores y velas en la estación central de trenes de Atenas, mientras otros portaron pancartas con los lemas de las protestas en distintas ciudades.

Esta es la segunda paralización de actividades de 24 horas convocada por los sindicatos más grandes de la nación desde que se registró el siniestro.

¿Error humano o responsabilidad gubernamental?

Las autoridades afirman que el accidente fue producto de “un error humano”, ya que cuestionan las circunstancias que llevaron al tren de pasajeros- con 350 personas a bordo- en ruta a la ciudad norteña de Salónica, a circular durante varios kilómetros por la misma línea ferroviaria del tren que transportaba contenedores y que venía en dirección opuesta.

Por este caso cuatro trabajadores ferroviarios han sido detenidos y acusados de interrumpir el transporte público ocasionando muertes.

Sin embargo, los manifestantes refutan la versión oficial y apuntan a la responsabilidad del Gobierno debido a que sostienen que sucesivas administraciones han ignorado repetidas demandas para mejorar los estándares de seguridad.

"No fue un error humano, fue un crimen" y “Nuestros muertos, sus ganancias”, señalaron algunas pancartas sostenidas por los manifestantes frente al Parlamento en Atenas.

Los ciudadanos destacan que durante la última década, las autoridades han retrasado un plan para instalar sistemas de seguridad en la red ferroviaria de 2.500 km del país.

Un supervisor de seguridad que renunció el año pasado, citado por Reuters, advirtió que las mejoras de infraestructura pendientes desde 2016 estaban incompletas y que las velocidades de los trenes de hasta 200 kilómetros por hora no eran seguras.

Grecia vendió el operador ferroviario TrainOSE a Ferrovie dello Stato de Italia y se convirtió en Hellenic Train, bajo su programa de rescate internacional en 2017, esperando que se invirtieran cientos de millones de euros en infraestructura ferroviaria en los próximos años.

Pero cinco años después de esa operación cientos de trabajadores aseguran que los sistemas de seguridad en la línea Atenas-Tesalónica aún no están completamente automatizados.

Con Reuters y AFP