Casi dos semanas después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, forzara la aprobación parlamentaria de una impopular reforma de las pensiones, este martes tiene lugar la décima jornada de huelgas y protestas en toda Francia. Esta es el décimo día de movilización de este tipo convocada por los sindicatos desde que estallaron las protestas a mediados de enero contra la reforma, que incluye el aumento de la edad de jubilación de 62 a 64 años y que ha mermado la popularidad del mandatario.

"La movilización sigue siendo igual de importante" con "muchos jóvenes" en las marchas, aseguró desde Clermont-Ferrand el líder del sindicato CGT -uno de los sindicatos mayoritarios en el país-, Philippe Martinez, para quien esto es "la prueba de que el movimiento no se agota".

Desde el 19 de enero, los sindicatos han organizado diez jornadas de protestas masivas contra este impopular proyecto pensional, que aumentaron en intensidad a mediados de marzo cuando Macron lo adoptó por decreto, a través del artículo 49.3 de la Constitución, para evitar perder el voto en el Parlamento.

Las últimas movilizaciones estuvieron marcadas por disturbios y choques entre manifestantes radicales y fuerzas de seguridad en las grandes ciudades. El jueves pasado, hubo 457 detenidos y 441 policías y gendarmes heridos, según las autoridades.

Este martes, el primer choque reportado se dio a primera hora de la tarde del martes en la ciudad de Nantes, donde se incendió un banco y se atacó un tribunal administrativo local, según un periodista de la agencia de noticias AFP. Tras un inicio pacífico de las protestas, jóvenes manifestantes lanzaron proyectiles contra la Policía, que respondió con gases lacrimógenos.

En este contexto de creciente tensión, el Gobierno y los sindicatos buscan cómo calmar los ánimos, pero firmes en sus posiciones: las organizaciones sindicales quieren la retirada o la suspensión de la reforma, y Macron dice no.

El vocero gubernamental, Olivier Véran, rechazó este martes la última propuesta de Laurent Berger, líder del principal sindicato, CDFT, de buscar una "mediación" para hallar una vía de salida, y afirmó que pueden "hablarse directamente".

Sin embargo, en un gesto poco habitual durante esta crisis, los diputados centristas de Movimiento Demócrata, miembro de la alianza oficialista de Macron, apoyaron la propuesta de Berger para "tratar de encontrar el diálogo" con cierta perspectiva.

El presidente liberal se halla bajo presión. Una mayoría de franceses lo considera responsable de la situación actual por no querer escuchar el malestar sobre una reforma que el Gobierno considera crucial para evitar un déficit en la caja de las pensiones.

Dos de cada tres franceses, según los sondeos, se opone además a esta reforma que retrasa gradualmente la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelanta a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42) para cobrar una pensión completa.

La Torre Eiffel, en huelga

A la espera del dictamen del Consejo Constitucional sobre su validez, previsiblemente en abril, el Ejecutivo busca pasar página rápidamente con otras prioridades como la salud, la educación y garantizarse una mayoría estable en el Parlamento.

Mientras tanto, los sindicatos no tiran la toalla y las jóvenes son cada vez más numerosos en las protestas. Las autoridades esperan que su presencia "se duplique o triplique" este martes respecto a jornadas anteriores.

"Queremos mostrar nuestro descontento y decir que, aunque seamos adolescentes (…), tenemos el derecho de decir que estamos en contra", dijo el lunes Selma, mientras bloqueaba su centro de secundaria en Montreuil, al este de París.

Las protestas adquieren además desde hace semanas múltiples formas: miles de toneladas de basura acumuladas en las calles de París, bloqueos de depósitos y refinerías que dejaron a un 15% de gasolineras sin combustible, entre otros.

Este martes, los trenes circulaban al ralentí, y en París, el transporte público registraba "perturbaciones", según su operador. Por su parte, la Torre Eiffel permaneció cerrada al público.

"Debido a la huelga nacional, la Torre Eiffel está cerrada. Rogamos disculpen las molestias. El acceso a los alrededores de la Torre Eiffel sigue siendo libre y gratuito. Los visitantes con entradas electrónicas para hoy deben comprobar sus correos electrónicos", según el sitio oficial del emblemático monumento.

Las autoridades esperan "de 650.000 a 900.000 manifestantes" en total en Francia, donde desplegaron un "dispositivo de seguridad inédito" de 13.000 agentes, el mayor organizado hasta el momento.

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, alertó de la presencia en París de "más de 10.000 radicales, algunos desde el extranjero", cuando el Gobierno intenta criminalizar las protestas, que siguen contando con un gran apoyo popular.

Sin embargo, la gestión policial de las protestas contra las reformas, así como de la manifestación contra un embalse agrícola que dejó dos personas en coma el sábado, está en el punto de mira de las organizaciones de defensa de derechos humanos.

En ambos casos, "hay un uso desproporcionado de la fuerza que ya habíamos denunciado durante -la protesta social en 2018 y 2019 de- los chalecos amarillos", dijo a AFP Jean-Claude Samouiller, de la ONG Amnistía Internacional.