En una entrevista con el canal de televisión público France 2, el nuevo primer ministro francés, Michel Barnier, que anunció la composición de su gobierno el sábado 21 de septiembre, afirmó que no descarta la posibilidad de subir los impuestos a los más ricos frente a la difícil situación financiera en la cual se encuentra el país. También aseguró que protegerá el matrimonio igualitario y el derecho al aborto, prometió “mejorar” la reforma pensional y mayor rigor frente a la inmigración ilegal.

En la primera entrevista desde que anunció la composición de su gobierno, fuertemente inclinado a la derecha, el primer ministro francés, Michel Barnier, se refirió a varios temas de interés.

Invitado por el canal de televisión público France 2, Michel Barnier no hizo grandes anuncios, pero indicó que no descartaba la posibilidad de subir los impuestos a los más ricos.

“No voy a subir más los impuestos a todos los franceses, ni a los más modestos, ni a los que trabajan, ni a las clases medias. Pero no puedo excluir a los más ricos del esfuerzo nacional para corregir la situación”, declaró el primer ministro, de 73 años, en France 2.

Michel Barnier justificó sus palabras argumentando que Francia se encuentra en una situación complicada a nivel de finanzas públicas. La deuda total de Francia alcanza el 110% del PIB, es decir, cerca de 3 billones de euros.

Unos ingresos fiscales menores de lo previsto y un mayor gasto de las Administraciones han hecho que el déficit presupuestario del sector público se dispare hasta el 6,2% del PIB.

Este déficit no se corresponde con las normas de la Unión Europea, por lo que la Comisión Europea abrió en julio un procedimiento por déficit excesivo contra Francia. Las agencias de calificación internacionales también observan la situación financiera del país.

Dado que la mayor parte de la deuda francesa se emite en los mercados internacionales, Michel Barnier insistió en que “hay que mantener la credibilidad de Francia" a nivel de finanzas.

Sin embargo, el primer ministro conservador se negó a responder sobre la eventualidad de restablecer el impuesto sobre la riqueza, un gravamen solo pagado por los más ricos, cancelado por el actual presidente del país, Emmanuel Macron, y cuyo restablecimiento es un reclamo importante de la izquierda.

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Proteger “las grandes leyes de progreso social"

Michel Barnier evocó varios otros temas, entre ellos, asuntos que suelen generar debate en Francia, como el matrimonio igualitario, el aborto y la migración.

Las “grandes leyes de progreso social”, como la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), el matrimonio para todos o la procreación médicamente asistida (PMA) serán “plenamente preservadas”, aseguró el primer ministro francés.

“Serviré de bastión para que se preserven todos estos derechos adquiridos” en términos de “libertades y progreso social”. "No hay ambigüedad”, insistió Barnier, un día después de haber nombrado un gobierno con figuras conservadoras públicamente conocidas por oponerse a estos derechos, como Bruno Retailleau, el ministro de Interior, o Laurence Garnier, la secretaria de Estado para el Consumo.

Estas nominaciones generaron dudas, por lo que su predecesor, Gabriel Attal, le había pedido que aclarara la posición de su gobierno “en su declaración de política general”, prevista para el 1 de octubre.

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Inmigración y reforma pensional como otros temas claves

Michel Barnier también fue interrogado sobre la nominación de Bruno Retailleau en el ministerio de Interior, un hombre de derecha dura a pesar de pertenecer al mismo partido que él (Los Republicanos, derecha conservadora), con una posición antiinmigración muy marcada.

Interrogado sobre si el nombramiento de Bruno Retailleau se encamina a tener el favor de la extrema derecha, su respuesta fue que "es un gesto para los franceses".

Argumentó a favor de un cambio en la política migratoria para que haya "capacidad de integrar a los extranjeros" y que pasa por "no aceptar a todo el mundo". También señaló que "esta cuestión de la inmigración hay que tratarla con más rigor" y también "con humanidad".

En cuanto a la controvertida y muy poca popular reforma pensional, que entró en vigor hace un año y estableció la edad de pensión a los 64 años en lugar de los 62, Michel Barnier dijo que deseaba “tomarse el tiempo necesario para mejorarla”.

“Tenemos una ley que establece un marco financiero y creo que este marco financiero debe preservar”, declaró el jefe de Gobierno, añadiendo que “confiaría en los interlocutores sociales para mejorar esta ley, para reformarla”.

Michel Barnier también abordó la cuestión de su colaboración con el presidente Emmanuel Macron. Aseguró que, “en el interés del país”, “no habrá ninguna controversia”, apostando por “un espíritu de compromiso positivo y dinámico con el jefe del Estado” y precisó que no tiene la ambición de presentarse como candidato presidencial en 2027.

A pocos días de su discurso de política general ante la Asamblea Nacional el 1 de octubre, Michel Barnier hizo un llamamiento a la “cohesión” y la “fraternidad” dentro de su Gobierno, prometiendo “compromisos”.

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Con Reuters, EFE y medios locales.