La Fuerza Aérea ucraniana informó este 31 de diciembre sobre ataques de Moscú entre la noche del lunes y la mañana de este martes en varias regiones del país, incluida Kiev, la capital, aunque no se reportaron víctimas ni heridos. Ucrania también llevó a cabo asaltos en suelo ruso. Entretanto, expira el acuerdo de suministro de gas ruso a Europa y, a menos que se produzca un pacto sorpresa de última hora, los flujos del recurso se detendrán el 1 de enero.
La alerta de la Fuerza Aérea ucraniana sobre “uso de armas balísticas en todo el territorio de Ucrania” fue emitida a las 7 am de este martes, hora local, en su canal de Telegram, e incluyó detalles sobre misiles aéreos guiados en la región de Poltava, dirigidos a Mirgorod; Sumi, en dirección a Poltava; en el norte de Poltava, hacia el oeste; en el sur de Cherníguiv, en dirección oeste, y en el norte de Cherkasi, en ruta al suroeste, aunque estos dos últimos cambiaron de rumbo y enfilaron luego hacia Kiev.
El portal de noticias Ukrainska Pravda informó posteriormente sobre explosiones en la región de Kiev y en la propia ciudad capital, aunque autoridades locales agregaron luego que aparte de la caída de escombros en el distrito de Darnytskyi no hubo más daños producto del ataque.
En Shostka, en la región nororiental de Sumi, el alcalde Mykola Noha informó sobre perjuicios a 12 edificios residenciales y dos instalaciones educativas.
Versiones cruzadas
Un comunicado de la Fuerza Aérea de Ucrania agregó que había logrado derribar seis misiles balísticos y 16 aviones no tripulados, de los 61 medios de ataque aéreo empleados por Rusia, y que otros 24 drones habían desaparecido de los radares antes de detonar.
Asimismo, las fuerzas militares ucranianas celebraron haber destruido, por primera vez en la historia militar, un helicóptero Mi-8, que puede ser usado tanto en labores de transporte de tropa como de ataque, porque son artillados, con ayuda de un dron marítimo Magura V-5 dotado con misiles R-73 “See Dragon”. El ataque se produjo en la península de Crimea, anexionada por Rusia, durante un combate en el mar Negro.
El ejército ucraniano también informó que atacó un depósito de petróleo en la región rusa de Smolensk, que de acuerdo con su versión era usado por fuerzas de Moscú con fines militares. El canal de Telegram del Estado Mayor aseguró que varios tanques estaban ardiendo, pero el gobernador de Smolensk, Vasily Anokhin, indicó que un dron ucraniano que ocasionó un vertido de combustible había sido desactivado, y que ya la situación en la instalación energética estaba bajo control.
Moscú, por su parte, aseguró que sus incursiones habían alcanzado una base aérea ucraniana y una fábrica de pólvora, y que había logrado derribar 68 misiles ucranianos en diversos puntos del territorio ruso, y hundir ocho barcos no tripulados en el mar Negro.
Expira el acuerdo de suministro de gas
El suministro de gas ruso a Europa podría estar a horas de terminar, como consecuencia de la guerra. La empresa operadora de transporte de gas de Ucrania informó que no hay órdenes de flujo firmadas más allá del 31 de diciembre, cuando se vence un contrato cuya vigencia se inició en 2019 según el cual el gas ruso fluye a través de gasoductos en territorio ucraniano hacia Europa.
Kiev se ha negado rotundamente a la renovación de ese contrato, bajo el argumento de que Moscú gana "miles de millones adicionales" para la guerra usando el territorio ucraniano, como aseguró en Bruselas el presidente Volodímir Zelenski el 19 de diciembre.
Sería la primera vez desde el colapso de la Unión Soviética en 1991 que Europa no cuenta con gas ruso transportado a través de Ucrania.
En virtud de este acuerdo, Austria, Hungría, Eslovaquia y Moldavia se abastecían de 14 millones de metros cúbicos (bcm) de gas producido por el consorcio ruso Gazprom al año.
La cifra ha caído a menos de un cuarto de su volumen original desde que se inició la invasión, como consecuencia de las iniciativas europeas para reducir la dependencia del gas ruso, y la Comisión Europea ya había estimado que el fin del suministro tendría un impacto mínimo, porque se habían conseguido alternativas en previsión de este escenario.
Moldavia decretó emergencia energética desde el 13 de diciembre, una medida que se extenderá por 60 días, pues su única central termoeléctrica funciona con gas ruso. La región separatista de Transnistria depende exclusivamente de este suministro, mientras que el resto de Moldavia puede abastecerse desde la vecina Rumania.
Hungría y Eslovaquia, cuyos gobernantes populistas Viktor Orbán y Robert Fico son afines a Moscú, se debaten entre buscar alternativas y tratar de torcerle el brazo a Zelenski.
Orbán ha propuesto comprar el gas directamente en la frontera entre Rusia y Ucrania, para que el combustible deje de ser considerado ruso y Kiev quede obligada a permitir el flujo en virtud de su acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.
Fico, por su parte, ha amenazado con cortar el suministro eléctrico de emergencia que proporciona a Ucrania, si Zelenski no reconsidera su decisión, lo cual tendría un grave impacto en pleno invierno, dados los severos daños a la infraestructura energética ucraniana producto de los ataques rusos.
Con EFE, Reuters y AP