El canciller alemán, Olaf Scholz, pidió el viernes, en una llamada telefónica -la primera en casi dos años- al presidente ruso, Vladimir Putin, que retire sus fuerzas de Ucrania y negocie con Kiev. Putin destacó que cualquier acuerdo debe reflejar “la nueva realidad en terreno”. El Gobierno ucraniano expresó su molestia con Alemania.

Durante una llamada telefónica que duró una hora y que el Gobierno ruso afirmó que se había producido a petición de Berlín, el canciller alemán, Olaf Scholz, llamó al presidente ruso a iniciar conversaciones "con Ucrania con el objetivo de lograr una paz justa y duradera".

También afirmó "el firme compromiso de la Unión Europea (UE) con Ucrania", según un comunicado emitido por el propio Gobierno alemán, que también manifestó su cercanía: "La Cancillería reitera la determinación de Alemania de apoyar a Ucrania tanto tiempo como sea necesario en su lucha defensiva contra la agresión rusa", agregó. 

Por su parte, Putin le aseguró a Scholz que cualquier acuerdo debe reflejar "la nueva realidad en terreno", con cuatro regiones ucranianas anexadas por Rusia y parcialmente controladas: Donetsk y Lugansk, en el este, y Jersón y Zaporizhia, en el sur.

“Hubo conversaciones bastante detalladas y francas, en primer lugar sobre Ucrania. Pero, por supuesto, no podemos hablar aquí de coincidencia de opiniones. Por supuesto, hay desacuerdos bastante profundos, pero el hecho de que haya habido diálogo es muy positivo”, dijo Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin.

Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania el 24 de febrero de 2022, Alemania se ha convertido en el mayor proveedor de armas a Kiev después de Estados Unidos.

Pero en los últimos meses, a pesar de las repetidas exigencias del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, el canciller alemán se ha negado a proporcionar a Ucrania misiles Taurus de largo alcance, que Kiev considera esenciales para defenderse mejor de los ataques diarios rusos con misiles y drones.

La llamada abrió una "caja de Pandora"

La conversación entre Alemania y Rusia generó rápidamente la molestia del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien afirmó que “la llamada abrió una caja de Pandora al socavar los esfuerzos por aislar al líder ruso”. 

“Puede haber otras llamadas y conversaciones en el futuro, solo un montón de palabras. Y esto es exactamente lo que Putin ha querido durante mucho tiempo. Es extremadamente importante para él reducir el aislamiento de Rusia, y llevar a cabo conversaciones ordinarias que no darán resultado, como ha hecho durante décadas. Y queremos advertir: no habrá 'Minsk’”

Esto lo dijo en referencia a los acuerdos alcanzados entre Rusia y Ucrania en 2014 para poner fin al conflicto entre separatistas prorrusos y combatientes ucranianos. "¡Necesitamos una paz real!”, expresó el presidente de Ucrania.

Ante la molestia, la Cancillería alemana aseguró que Olaf Scholz había advertido a Zelenski sobre la conversación con Putin y que también hablaría con él “después de su llamada con el presidente ruso”.

Por su parte, líderes europeos como el primer ministro polaco, Donald Tusk, celebraron la llamada entre Berlín y Moscú. Tusk expresó en la red social X su “alegría” de saber que el canciller alemán no solo condenaba a Rusia su agresión, sino también reiteró (a Putin) la posición polaca de que "nada se decide sobre Ucrania sin los ucranianos".

Una llamada con un trasfondo político intenso

La llamada telefónica se produjo en medio de contratiempos para Ucrania en el campo de batalla tras casi tres años de guerra a gran escala con Rusia.

También en el contexto de una mayor preocupación entre los aliados occidentales de Kiev por los planes del presidente entrante de Estados Unidos, Donald Trump, sobre Ucrania. 

Trump ha afirmado que “terminaría la guerra en Ucrania en 24 horas” pero sin detallar cómo, lo que hace temer que prevea una capitulación de Kiev ante Moscú.

Pero el Gobierno ucraniano no es el único que teme ceder terreno en vano, también el alemán. El canciller alemán, Olaf Scholz, necesita demostrar su capacidad de liderazgo después del colapso de su Gobierno de coalición tripartita.

Scholz se puso a prueba y medirá su fuerza a través de un voto de confianza el 16 de diciembre, allanando el camino para la realización de elecciones parlamentarias anticipadas en febrero.

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Con Reuters, AP y medios locales