Miles de georgianos volvieron a inundar las calles de Tiflis por sexto día consecutivo este 3 de diciembre, que marca el capítulo más reciente en la reacción popular contra la decisión del Gobierno georgiano de congelar las negociaciones de adhesión con la Unión Europa (UE).

La cólera popular por la pausa en las negociaciones por la membresía de Georgia en la Unión Europea continúa. Con banderas georgianas y europeas, miles de ciudadanos volvieron a congregarse en las cercanías de la sede parlamentaria en la capital, Tiflis, para continuar mostrando su rechazo a la polémica decisión del Gobierno.

Es el sexto día consecutivo de manifestaciones populares en Tbilisi, y, como en las noches anteriores, los contingentes más enérgicos de la protesta protagonizaron varios enfrentamientos con las fuerzas policiales que resguardan las inmediaciones del hemiciclo georgiano.

Algunos manifestantes utilizaron fuegos artificiales y láseres para incomodar a los contingentes de la Policía antidisturbios que protegían el Parlamento. 

Las autoridades georgianas, que han sido denunciadas por el uso de cañones de agua y gas lacrimógeno contra los manifestantes, han reportado al menos 298 arrestos en los seis días de protesta, además de 143 policías heridos.

El Ministerio del Interior detalló que, de los detenidos, 293 lo estaban por cargos administrativos, mientras que cinco de los arrestados enfrentan causas penales.

La oficina del Defensor del Pueblo de Georgia, Levan Ioseliani, que se encarga de velar por el respeto de los derechos ciudadanos, ha señalado a la Policía por "actos de tortura" en contra de ciudadanos arrestados.

Naciones Unidas, organizaciones de la sociedad civil y Estados Unidos ya han expresado sus preocupaciones por el "uso excesivo de la fuerza" contra los manifestantes.

"Cuanta más fuerza emplean, más se enfada la gente, porque todos los que detienen tienen familiares, y todos entienden que esto es una injusticia", dijo Tamar Kordzaia, miembro del opositor Movimiento de Unidad Nacional. 

Los manifestantes se envuelven con banderas georgianas y empuñan cánticos en rechazo a ser "esclavos de Rusia".

Además, las protestas capitalinas empiezan a extenderse a otras ciudades, como Batumi, al este de Tiflis.

El ambiente político sigue crispado en Georgia. Mientras que la presidenta Salomé Zurabishvili lidera las manifestaciones en contra Sueño Georgiano, que ganó las elecciones del pasado mes de octubre – aunque con alegatos de fraude electoral desde la oposición –, el bloque gobernante encabezado por el primer ministro, Irakli Kobakhidze, se mantiene firme.

El presidente de la bancada oficialista en el Parlamento, Mamuka Mdinaradze, mencionó que las manifestaciones no afectan la estabilidad del país.

Además, en medio de las protestas, Sueño Georgiano desmintió algunos reportes que indicaban la renuncia de su líder, el exprimer ministro Irakli Garibashvili.

 

Con AP, EFE y Reuters