El partido AfD ganó las elecciones de la comarca de Sonneberg, en el estado de Turingia al este del país. A pesar de que sea uno de los distritos más pequeños del país, esta victoria confirma su auge en los sondeos, con entre un 18% y un 20% de las intenciones de voto a nivel nacional, según las últimas encuestas.

Un 'cordón sanitario' que no funcionó. Robert Sesselman, candidato del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) ganó el domingo 25 de junio una votación para convertirse en líder de uno de los 294 distritos de la mayor economía de Europa. 

En su cuenta de Twitter, el partido celebró su victoria: "Enhorabuena a nuestro primer Landrat (líder de un condado), Robert Sesselmann. Vendrán más. ¡Estamos recuperando nuestro país!"

La AfD, que tiene algo más de diez años de existencia y los principales partidos alemanes se han negado oficialmente a cooperar con este debido a sus opiniones radicales. Esta formación se hizo con el control del condado de Sonneberg, de alrededor de 57.000 habitantes, en el estado oriental de Turingia.

Robert Sesselmann se impusó con el 52,8 de los votos frente al mandatario saliente, Jürgen Köpper, miembro de la Unión Cristianodemócrata (CDU), que solo obtuvo el 47,2% de los votos a pesar del apoyo de todos los demás partidos políticos que habían llamado a un 'cordón sanitario' contra la extrema derecha en la segunda vuelta.

Ya miembro de la asamblea regional de Turingia, este abogado de 50 años hizo campaña en Sonneberg sobre cuestiones nacionales más que locales, con carteles en los que se leía: "Acabar con el euro", "Proteger las fronteras" y "Por las negociaciones de paz y contra las sanciones (a Rusia)".

El ascenso de la AfD en Alemania

La AfD experimenta actualmente un repunte en las encuestas, con entre un 18 y un 20% de intención de voto a nivel nacional, según los últimos estudios. 

Particularmente fuerte en el antiguo este comunista, las encuestas sugieren que el partido podría además ganar tres votaciones regionales en los estados del este el próximo año. La AfD planea incluso presentar un candidato a canciller en las elecciones federales de 2025.

El co-líder de la AfD, Tino Chrupalla, presente junto al ganador el domingo por la noche, declaró que su elección era sólo "el comienzo de una larga serie de éxitos".

 

 

La formación ultraderechista entró en el Parlamento en 2017, tras una campaña antimigrante en respuesta a la afluencia de refugiados a Europa que se disparó a partir de 2015. Está ahora codo con codo con el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz, por detrás de la conservadora CDU pero muy por delante de los Verdes y los Liberales (FDP).

La AfD aumentó su popularidad criticando las medidas climáticas del Gobierno, al que acusa de oprimir a los votantes, y niega que la actividad humana sea una de las causas del cambio climático. 

Critica también su política de inmigración y las frecuentes crisis internas en la coalición tripartita formada por el SPD, los Verdes y los liberales del FDP, que gobierna el país desde finales del 2021.

Una "decisión peligrosa"

Aunque los partidos de extrema derecha han ganado terreno en toda Europa, la fuerza de la AfD es especialmente sensible en Alemania debido al pasado nazi del país. 

Turingia, donde se encuentra el distrito de Sonneberg, fue una de las primeras bases de poder del Partido Nacionalsocialista de Adolf Hitler, después de que éste pasara a formar parte del gobierno en 1930.

Desde la fundación de la República Federal de Alemania en 1949, es la primera vez que un partido de extrema derecha gana una elección local.

El presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania, Josef Schuster, expresó su profunda conmoción. "Este es un punto de inflexión que las fuerzas políticas democráticas de este país no pueden simplemente aceptar", dijo al medio RND. También considera que "no todos los votantes de AfD son extremistas, pero este partido y su candidato claramente lo son".

 

Por su parte, Charlotte Knobloch, sobreviviente del Holocausto y presidenta de la Comunidad Judía de Múnich, dijo que los votantes en Sonneberg habían tomado "una decisión peligrosa", pero agregó que los funcionarios a nivel federal y estatal también tenían responsabilidad por el resultado.

Reacciones de parte del mundo político

El actual gobernador del estado de Turingia, Bodo Ramelow, del partido La Izquierda, afirmó que el éxito de AfD en Sonneberg demostraba que el populismo de extrema derecha visto en Estados Unidos, Francia y otros países europeos también ha calado en Alemania.

Friedrich Merz, de la CDU, acusó al partido ecologista Los Verdes, que forma parte del gobierno federal de Olaf Scholz, de alienar a los votantes al exigir medidas duras contra el cambio climático. Haciéndose eco del discurso de la AfD, Merz dijo que su partido centraría sus ataques en los Verdes. 

 

 

La co-líder del partido verde, Ricarda Lang, por su parte, advirtió contra una "guerra cultural de derechas". "Ahora será tarea de todos los partidos democráticos impedir una normalización de la AfD, porque está claro que sigue siendo una amenaza para la democracia", declaró.

En cuanto al gobierno alemán, el portavoz del canciller Olaf Scholz declinó comentar directamente el resultado de las elecciones de Sonneberg, pero dijo el lunes que era importante tomarse en serio las preocupaciones de la gente y entablar "debates civilizados."

"Nuestro país está formado por valores como la justicia, la tolerancia, la decencia y el respeto", declaró Steffen Hebestreit a la prensa en Berlín. "Esto debe cultivarse y practicarse una y otra vez".

Bajo la vigilancia de los servicios de inteligencia

La agencia de inteligencia nacional dijo este mes que el extremismo de extrema derecha suponía la mayor amenaza para la democracia en Alemania y advirtió a los votantes sobre el respaldo a la AfD.

El líder regional de la AfD en Turingia, Bjorn Höcke, forma parte del ala más radical de la AfD, y está "bajo vigilancia" desde 2021 por la Oficina Regional para la Protección de la Constitución. La Oficina la acusa de "infracciones del Estado de Derecho y de los principios democráticos" y de "revisionismo histórico".

Con AP, Reuters y AFP