El hombre más rico del mundo, Elon Musk, se ha convertido en uno de los personajes más visibles del entorno del presidente electo Donald Trump. ¿Por qué es tan importante? ¿Qué rol ocupará en la nueva Administración? ¿Qué ha dicho o hecho para llegar a esta posición de poder? Lo repasamos.
Un nuevo episodio está por despegar para la política estadounidense: Donald Trump vuelve de manera oficial a la Casa Blanca el 20 de enero.
A diferencia de su primer mandato, este segundo periodo presidencial del magnate republicano estará enmarcado —como lo estuvo su campaña— por la participación de un personaje en particular que no pasa desapercibido: Elon Musk.
Recientemente, el hombre más rico del mundo, con una fortuna aproximada de 421.200 millones de dólares, según 'Forbes', ha estado más cerca de Trump que incluso muchos políticos republicanos que lo han rodeado por años.
Esta estrecha relación ha sido cultivada por Musk desde hace ya un tiempo: el multimillonario de origen sudafricano donó cientos de millones de dólares para la candidatura de Trump, amplió su voz durante toda la campaña y fue espectador y orador en varios de sus mítines.
A continuación, repasamos cómo Musk aterriza en esta posición de poder, sus conflictos de interés y lo que se avecina para Estados Unidos y el mundo con el dueño de X en el mapa global.
Musk, ¿asesor de política exterior?
Musk ya se ha hecho sentir en la escena política internacional. Y es que, sin que Trump se haya posicionado aún, el también dueño de SpaceX ha protagonizado polémicas con líderes mundiales y ha participado en parte de la agenda más sensible en cuanto a política exterior.
El 6 de noviembre de 2024, Musk estuvo presente en una llamada de 25 minutos entre Trump y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Al mismo tiempo, el premier británico, Keir Starmer, lo ha acusado de “difundir mentiras y desinformación”, tras una serie de hostigamientos personales y críticas contra su Gobierno.
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En Alemania —próxima a ir a las urnas— también ha causado controversia.
El director ejecutivo de Tesla respaldó al partido de extrema derecha alemán, Alternativa para Alemania (AfD), y aseguró que este país europeo está “al borde del colapso económico y cultural”. En respuesta, el canciller alemán, Olaf Scholz, ha dicho que el camino que tomará su nación “no lo decidirán los propietarios de los canales de redes sociales”, sino los votantes alemanes.
Sobre este punto, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha dicho que "¿quién podría haber imaginado, hace 10 años, que el propietario de una de las redes sociales más grandes del mundo intervendría directamente en las elecciones, incluso en Alemania?".
Pero, ¿cómo se alinea Trump frente a las salidas de Musk?
John Polga-Hecimovich, analista político y profesor de la Academia Naval de EE. UU., considera que "como demostró su primera Administración, Trump no está sujeto a las normas existentes y tiende a actuar según sus propias reglas. Permitir que Elon Musk acceda a la política exterior es un reflejo de esto”.
Musk está creando un malestar tremendo con la Unión Europea
Por su parte, Waya Quiviger, analista política y profesora de gobernanza global de la Universidad IE, considera que todos los comentarios de Musk sobre Reino Unido, Alemania y la Unión Europea son “insólitos y de una persona que ahora cree que como asesor muy cercano a Trump, puede opinar sobre cualquier cosa y que la gente va a escuchar”.
En ese sentido, la experta considera que Musk “está creando un malestar tremendo con la Unión Europea”, un mal síntoma para los siguientes cuatro años de la política exterior de Estados Unidos.
Musk y sus contradicciones
Más allá de ser un seguidor de Trump, Musk será formalmente parte de la nueva Administración. El presidente electo le encargó al empresario el liderazgo del DOGE, una nueva cartera gubernamental que tiene como objetivo esencial reducir los gastos del Estado.
Trump ha explicado que esta nueva rama del poder estadounidense “proporcionará asesoramiento y orientación desde fuera del gobierno”.
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Por un lado, “Musk dirige varias empresas valoradas en miles de millones de dólares, por lo que no está claro cuánto tiempo tendrá para contribuir como codirector del llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés)”, asegura Polga-Hecimovich en diálogo con France 24.
Mientras que Samir Estefan, consultor de transformación digital, considera que “Trump ha puesto en cabeza de Elon Musk y Vivek Ramaswamy un proceso de re-ingeniería del aparato estatal federal con lo que sería una nueva agencia”.
Sobre ello, Estefan resalta que, “aunque Musk puede tener muchas ideas (…) la verdad es que se enfrentará a la burocracia y a la realidad de que muchos de los cambios estructurales necesitan aprobación del Congreso”.
Al mismo tiempo, Cindy Arnson, profesora de la Universidad Johns Hopkins y miembro distinguido del Wilson Center, asegura que:
Musk es una canasta de contradicciones. Sus grandes empresas -Tesla y SpaceX- han recibido préstamos y contratos masivos del gobierno federal de EE.UU (…) Musk, al igual que Trump, es un crítico feroz de la regulación estatal y ambos quieren tener un sector privado libre de la injerencia gubernamental
Por ello, “el espíritu detrás del DOGE es acabar con estos límites y reducir drásticamente el tamaño del gobierno federal”, subraya Arnson.
El dominio de las narrativas
La omnipotencia que refleja el poder de Musk en la actualidad radica y se fortalece, en parte, gracias a su utilización de la información.
El hombre más rico del mundo controla una de las redes sociales más usadas: X. Desde que la adquirió, Musk ha hecho de ella un canal de difusión de su forma de ver el mundo, con mensajes racistas, anti inmigrantes y reaccionarios, muy al estilo Trump.
Para Andrew Chadwick, profesor de comunicación política en la Universidad de Loughborough consultado por AP, Musk está usando a X “un poco como un magnate de periódicos de la vieja escuela” para promover sus puntos de vista.
Mientras que la profesora Arnson considera que “Musk, igual que Trump, ha insistido en narrativas falsas —como que Trump ganó la elección presidencial en el 2020— y ambos creen que las redes sociales han desfavorecido a las voces conservadoras”.
“En nombre de la libre expresión, Musk ha quitado controles en la plataforma X que buscan reducir la circulación de información falsa, convirtiendo a X en una entidad con una gran capacidad para amplificar y dejar circular la desinformación masiva”, indica Arnson para France 24.
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De igual forma, a propósito del provecho que le saca el multimillonario a su red social, un estudio de la Universidad de Queensland —conocido por la ‘Deutsche Welle’— descubrió que el algoritmo de X podría haber sido modificado en el verano del año pasado para impulsar las publicaciones de Musk cuando apoyaba la candidatura de Trump.
¿Qué quiere el hombre más rico del mundo?
Estos dos personajes, ambos en posiciones de poder privilegiadas y con grandes fortunas, ¿en qué pueden favorecerse el uno del otro? Para Polga-Hecimovich este vínculo “es interdependiente y mutuamente beneficioso”.
“Trump le ha dado a Musk un acceso casi ilimitado a la Presidencia”, mientras que el presidente electo “a quien le encanta que lo halaguen, también está feliz de incluir al hombre más rico del mundo entre sus partidarios”, explica el analista.
Son dos narcisistas absolutos y al final quizás no hay sitio para dos así
Dicho esto, el profesor asegura que “el interés de Musk es estratégico: posee más de 15 mil millones de dólares en contratos federales, principalmente a través de su compañía de cohetes SpaceX, en la que la NASA ha llegado a confiar para aspectos de su programa de cohetes”.
Del otro lado, “el Pentágono depende de Musk para los servicios satelitales Starlink de SpaceX, que son fundamentales para las operaciones militares estadounidenses en todo el mundo”.
El rol de Musk en la actualidad, difuso en el espectro de la política estadounidense, "es una cosa insólita y que casi nunca antes habíamos visto en un personaje del sector privado", asegura la analista Waya Quiviger, citada previamente.
Con todo y eso, Quiviger advierte: “son dos personas con unos egos tremendos, son dos narcisistas absolutos y al final quizás no hay sitio para dos así. Así que esto podría perfectamente acabar en una pelea”.
Con AP y medios locales