El líder de la populista Alianza por la Unidad de los Rumanos (AUR), George Simion, quien se opone a la ayuda militar a Ucrania, es el principal rival del actual primer ministro Marcel Ciolacu. Ambos son los grandes favoritos en la primera ronda de las elecciones presidenciales, en las que el rumbo de la economía es la gran preocupación de 18.994.290 ciudadanos, que tienen derecho a votar en estas elecciones, según la Autoridad Electoral Permanente (AEP). 

Ninguno de los 14 candidatos inscritos tiene opciones de imponerse en primera vuelta, de acuerdo con los sondeos de opinión. La segunda vuelta está prevista para el 8 de diciembre y el 1 hay otro llamado a las urnas, para disputar las elecciones legislativas.

Marcel Ciolacu, dirigente desde 2019 del gobernante Partido Social Demócrata (PSD), marcha al frente en las encuestas, y es favorito también para imponerse en una segunda ronda, pero tendrá que hacer frente al avance de la opción de George Simion, quien es conocido como el "Orbán de Rumania" y un firme defensor de las ideas del presidente electo de Estados Unidos Donald Trump.

La AUR, a la que el propio Simion define como "una especie de partido 'trumpista' en Europa", ha vivido un sólido repunte en los últimos años. En 2020 ganó sus primeros escaños en el parlamento, 9% de las posiciones en disputa, apenas un año después de su fundación, y en junio pasado ya era tercero en las elecciones europeas.

El discurso de escepticismo europeo y nacionalismo de Simion, de 38 años, ha ganado simpatías. Su avance le ha permitido superar en las encuestas a otros líderes consolidados que también aspiran a la presidencia como: Mircea Geoana, ex secretario general adjunto de la OTAN; Elena Lasconi, del partido Unión Salva Rumania; o Nicolae Ciuca, un exgeneral que representa al Partido Nacional Liberal de centro derecha, parte de la coalición de Gobierno.

Un momento delicado para Europa

El escenario rumano encuentra a Europa en una encrucijada, a menos de dos meses de la toma de posesión de Donald Trump, quien no ha dejado de compartir sus cuestionamientos sobre el papel de Estados Unidos en la OTAN.

Rumania forma parte de tanto de la Alianza Atlántica como de la Unión Europea, y a pesar de ser una democracia parlamentaria, su régimen presidencial de cinco años otorga atribuciones fundamentales al mandatario en materia de defensa, política exterior y seguridad nacional.

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Bajo el mando del saliente Klaus Iohannis, quien no puede optar a la reelección porque se encuentra en el segundo y último periodo que le permite la legislación, Bucarest ha sido no sólo un aliado estable de la ayuda militar a Ucrania, a la que incluso donó una batería de defensa antiaérea Patriot, sino también un auxilio económico, porque ha permitido la exportación de toneladas de cereales ucranianos a través del puerto de Constanza, en el Mar Negro.

La economía europea se ha desacelerado, por lo que la Unión Europea está a las puertas de impopulares medidas fiscales, en medio de un escenario de déficit público récord. Eso deja a muchos países de los 27 a merced de ultranacionalistas como Simion.

Unificación con Moldavia y valores conservadores: la plataforma de Simion

El populista George Simion, que asegura tomar como modelo en un eventual mandato al "gobierno de derecha formado en Italia", ha basado su campaña en azuzar las preocupaciones de muchos ciudadanos en torno a la influencia de la política exterior rumana en el debilitamiento de la economía, que sufre una elevada inflación. En octubre de este año, por séptimo mes consecutivo, fue el país con mayor inflación de la comunidad del bloque, con un avance anual de los precios del 4,8%, según los datos publicados por Eurostat. 

Asegura promover los intereses rumanos, muchos de los cuales reconoce que "coinciden con los intereses de los socios", pero también ha tenido que defenderse de acusaciones de tener conexiones en la inteligencia rusa, incluso de ser un espía de Moscú.

Tiene prohibición de entrar en territorio de Ucrania y de Moldavia, donde ha sido declarado persona non grata, en ambos casos por razones de seguridad, pero el primer ministro Ciolacu, su contendor principal este domingo, reconoció que tanto Kiev como Chisinau han fallado en entregar evidencias de su supuesta cooperación con Rusia.

Además de su discurso contra la ayuda militar a Kiev, Simion ha llevado adelante una campaña por la reunificación con Moldavia, un activismo que el gobierno de ese país considera favorable a los intereses rusos, pero que él defiende como parte de su lucha por la soberanía rumana.

Un ultraconservador que antes de la política fue miembro de la barra Unidos por la Tricolor, que lanzaba ataques racistas durante los partidos de la selección nacional de fútbol, Simion se ha pronunciado en contra de la comunidad LGBTIQ+ y ha prometido defender los valores cristianos.

Ciolacu, que marcha adelante en las encuestas, ha basado su oferta de campaña en promover el regreso a casa de los miles de rumanos que se han dispersado por Europa en busca de mejores oportunidades económicas, y asegura que su país puede dar el paso a una economía desarrollada "en los próximos 10 años".

El voto en el extranjero podría ser clave para inclinar las opciones este domingo, pues el presidente de la Autoridad Electoral Permanente de Rumania, Toni Grebla, asegura que su país tiene el récord mundial de colegios de votación abiertos en el extranjero, más de 900.

Con AP y Reuters