El presidente demócrata, Joe Biden, y el exmandatario republicano, Donald Trump, volverán a enfrentarse por la Presidencia de Estados Unidos en las elecciones generales del próximo 5 de noviembre. La migración irregular es uno de los temas centrales que preocupan a la opinión pública estadounidense. La primera potencia encara cifras sin precedentes de solicitantes de asilo y en 2023 el país rompió un récord de más de 2,3 millones de arrestos de migrantes. ¿En qué se diferencian las propuestas de Biden y Trump en la campaña electoral? Y ¿cuáles son sus últimas promesas frente a este asunto? En France 24 lo abordamos.
La migración, asunto central en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
De cara a los comicios que dieron la victoria al republicano Donald Trump en 2016, el candidato fue particularmente mediático por sus declaraciones xenófobas y su promesa de construir un muro en la frontera entre México y Estados Unidos.
Por el contrario, en las elecciones de 2020, que ganó el demócrata y actual presidente, Joe Biden prometió no añadirle un solo ladrillo más a la frontera.
Es un sistema de inmigración fallido
Sin embargo, el incremento sin precedentes de solicitantes de asilo en los últimos años ha presionado al Gobierno demócrata a adoptar medidas restrictivas contra la migración irregular.
"Seguiremos tomando acciones, pero fundamentalmente solo el Congreso puede arreglar lo que todos coinciden en que es un sistema de inmigración fallido", apuntó en un comunicado Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional, el pasado 9 de mayo.
¿Cuáles son ahora las principales diferencias entre los dos candidatos frente a la crisis migratoria? ¿En qué aspectos convergen? Les explicamos.
Reducir las solicitudes de asilo
Donald Trump mantiene un discurso radical en contra de la migración irregular, lo que no excluye a los solicitantes de asilo: las personas que tienen derecho a solicitar protección internacional, al estar huyendo de “las guerras, las persecuciones y las violaciones a los Derechos Humanos”, como remarca la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
En 2019, Trump creó el programa ’Quédate en México' que imponía a los solicitantes de asilo, incluidos los no originarios de ese país, a permanecer del lado mexicano de la frontera hasta que las autoridades determinaran si serían considerados refugiados o no.
Los migrantes en la zona fronteriza están expuestos a la violencia de los carteles de droga y del crimen organizado. Biden cerró el programa en febrero de 2021, pero Trump ha prometido reactivarlo en caso de ganar las elecciones.
Limitan el acceso a la protección de personas que pasan por una alta vulnerabilidad
Pero el Gobierno de Joe Biden que fue señalado por los republicanos al inicio de su actual mandato de estimular la migración irregular por su discurso "flexible", también apunta a algunas medidas estrictas.
Washington promulgó una norma, el pasado 9 de mayo, para limitar las solicitudes de asilo. La regla, actualmente en fase de revisión antes de entrar en vigor, ordena a los agentes de migración prohibir que quienes sean considerados un “riesgo para la seguridad pública o nacional” puedan solicitar la protección estadounidense.
Las autoridades ya investigan las actividades de las personas migrantes cuando estudian sus casos, pero la nueva norma impediría que los extranjeros que consideren “sospechosos” puedan al menos emitir su solicitud.
La Administración de Biden declaró que estima que los nuevos estándares solo afectarán a un pequeño porcentaje de personas en la frontera, quienes estén vinculados a una actividad criminal.
El Gobierno también promulgó una nueva norma que instruye a los agentes de migración a evaluar si el o la solicitante de asilo podría “trasladarse” a otra región de su país de origen.
Las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos critican las medidas por considerar que alteran el debido proceso de una solicitud de asilo.
“Limitan el acceso a la protección de personas que pasan por una alta vulnerabilidad, van en contra de sus derechos y dañan el compromiso de Estados Unidos de ofrecer asilo a las personas en la frontera”, aseguró a EFE Marisa Limón, directora ejecutiva de la ONG Las Américas.
En mayo de 2023, el Gobierno estadounidense también aprobó medidas para considerar como “no aptos” a los solicitantes de asilo que hayan cruzado la frontera sur de manera irregular y no hayan pedido protección en otro país durante su proceso migratorio.
Programas de 'parole' para migrantes cuyas vidas corren riesgo
El Gobierno de Joe Biden ha implementado programas de ‘parole’, de libertad condicional, que han permitido la llegada al territorio de cientos de miles de migrantes patrocinados por un estadounidense, que pueden entonces obtener un permiso de trabajo, aunque no hayan realizado el proceso de obtención de visa.
Los programas de ‘parole’ han permitido, principalmente, las migraciones de ucranianos, afganos, cubanos, venezolanos, nicaragüenses y haitianos, cuando existen pruebas de que podrían sufrir persecuciones o torturas si permanecen en sus países. Cerca de 30.000 migrantes latinoamericanos pueden volar legalmente a Estados Unidos con libertad condicional por este tipo de programas.
La autoridad para dar libertad condicional a los migrantes irregulares existe en Estados Unidos desde la década de 1950, sin embargo, la Administración de Biden ha incrementado significativamente su uso.
Donald Trump ha prometido finalizar todos los programas de ‘parole’, criticando a Biden por un “intolerable abuso” de su autoridad.
“Tolerancia cero”, la política que Trump promete retomar
Bajo la presidencia de Donald Trump, en 2018, el régimen de “tolerancia cero” en la frontera sur resultó en la separación de miles de niños y adolescentes migrantes de sus familias. Poco tiempo después de llegar al Ejecutivo, Biden cesó las separaciones familiares, que acusó de reflejar la “vergüenza moral y nacional” de la Administración de Trump.
En declaraciones a medios estadounidenses, Trump ha afirmado que no descarta un retorno a esas políticas en caso de ser elegido.
En noviembre de 2023, el líder republicano defendió sus medidas de “tolerancia cero”, cuando afirmó a la cadena local 'Univisión' que las separaciones familiares habían “detenido la llegada de cientos de miles de personas”.
Un mes antes, la Administración de Biden anunció un acuerdo con las familias que habían sido separadas, brindándoles temporalmente un estatus de presencia legal en el territorio estadounidense, entre otros beneficios. Asimismo, aprobó medidas para prevenir separaciones similares en los próximos ocho años.
Título 42, en el centro de la campaña de Trump
Más allá de las divergencias entre las políticas de Biden y Trump durante sus respectivos mandatos, el virtual candidato republicano para las elecciones de este año basa una parte importante de su campaña actual en una variedad de medidas antimigratorias.
Una de las más mediáticas es el regreso del Título 42, que durante la pandemia del Covid-19 permitió las expulsiones “en caliente” de los migrantes indocumentados en territorio estadounidense, violando su derecho a solicitar asilo, al justificar una medida de salud pública.
Trump aprobó el uso del Título 42 en marzo de 2020 y la Administración de Biden lo mantuvo en vigor hasta mayo de 2023. Según la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, cerca de 2.8 millones de personas fueron expulsadas del país bajo esa normativa.
Ahora, Trump insistió en una entrevista con la revista 'Time' que trabajaría por el regreso de las expulsiones inmediatas. Estas ya no se podrían justificar con la emergencia de la pandemia, así que el candidato propone hacerlo con los datos de tráfico de fentanilo y de niños.
Trump declaró que detendrá a todos los migrantes que sean vistos cruzando la frontera de manera irregular y volvió a insistir en la construcción de un muro en la frontera sur de su país.
Así mismo, en la entrevista con 'Time', el polémico líder político prometió lanzar la mayor campaña de deportaciones en la historia de Estados Unidos y afirmó que considera la construcción de campos de detención de migrantes, aunque “no harían mucha falta” porque las personas serían rápidamente expulsadas del país, expuso.
Además de las políticas sobre la frontera sur, Trump ha prometido imponer prohibiciones de viajes para ciertas nacionalidades o ideologías, según un principio apoyado por la Corte Suprema en 2018.
En un discurso en octubre de 2023, Trump declaró que algunas nacionalidades podrían ser vetadas del acceso a Estados Unidos, garantizando que restringiría la entrada a los personas provenientes de la Franja de Gaza, Libia, Somalia, Siria, Yemen y “todo lugar que amenace nuestra seguridad”. También prohibiría la entrada a "comunistas, marxistas y socialistas".
Entre otras medidas controversiales, el conservador que apuesta por volver a la Casa Blanca ha afirmado que enviaría oficiales de deportación a las protestas propalestinas, buscaría acabar con la ciudadanía automática de los niños nacidos en Estados Unidos si sus padres son migrantes irregulares o se encuentran con el Estatus de Protección Temporal, un programa humanitario que actualmente previene las deportaciones de miles de migrantes.
También lo hará, asegura, si forman parte del programa DACA (Acción Aplazada para la Niñez), que evita las deportaciones de inmigrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños.
No obstante, varias de las medidas antimigratorias propuestas por Trump en su campaña presidencial podrían implicar batallas legales entre los poderes Ejecutivo y Judicial, si el candidato vuelve a ocupar la Oficina Oval en enero de 2025.
Con Reuters, EFE y medios locales