Siria es nuevamente escenario de una gran ofensiva luego de años de una guerra silenciosa. En esta ocasión, bastiones estratégicos como Alepo y Hama están en el foco. ¿Quiénes son los rebeldes islamistas que han tomado el control de la segunda ciudad más importante de Siria, provocando el mayor revés militar para Bashar al-Assad en años? ¿Qué papel juegan Estados Unidos, Turquía o Rusia en este conflicto?

El equilibrio de Medio Oriente depende de muchos actores claves. Uno de ellos es Siria. En esa nación, por estos días, Alepo ha vuelto a ser crucial para determinar el curso del conflicto que lleva 13 años e involucra al presidente Bashar al-Assad y el régimen que él describe como secular. Hace ocho años, justamente, Alepo fue determinante para consolidar el poder de este líder.  

En solamente dos días de noviembre, fuerzas rebeldes islamistas tomaron el control de esta ciudad, la segunda más grande de Siria. Ubicada en el noroeste, cerca de la frontera con Turquía, es estratégica geopolíticamente, como puerta a otras regiones y ruta de comunicación hacia Damasco, la capital del país.

Se trata de la mayor ofensiva contra el Gobierno de Bashar al-Assad en años y una pérdida notable, por lo que Rusia, en defensa del Gobierno sirio, lanzó los primeros ataques sobre Alepo desde 2016 y el Ejército de Siria retiró sus tropas de allí. 

Además, ahora,  esas fuerzas también apuntan a Hama, antiguo bastión rebelde en el centro-norte de Siria y que representa "la prueba de fuego para una posible caída del régimen sirio", dijo a France 24 el analista y politólogo Farid Kahhat.

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Rebeldes sirios, apoyados por Turquía, una larga historia

La coalición Mando de Operaciones Militares busca derrotar al Gobierno sirio de Bashar al-Assad y recuperar las zonas perdidas en el conflicto estos últimos años. Por eso, inició el pasado miércoles 27 de noviembre la operación "Disuasión de la agresión", la más violenta desde 2020. 

Esa coalición es liderada por Hayat Tahrir al Sham (Organismo de Liberación del Levante, en español), un grupo islamista que tiene a Turquía como padrino y cuyo principal bastión está en la provincia noroccidental siria llamada Idlib. Esa región ha estado bajo el control de grupos yihadistas y rebeldes, que fueron desplazados allí en el apogeo de la guerra.

El nombre del grupo es nuevo, pero no su historia. En 2011, en la Primavera Árabe – cuando comenzaron las revueltas populares contra Al- Assad-, se conocía como el Frente al Nusra, rama de Al Qaeda en Siria. 

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Todos sus líderes fueron detenidos, ejecutados o expulsados, menos Abu Mohamed al Jolani, que en 2016 decidió desvincularse completamente de Al Qaeda y creó una nueva organización, fusionada con otros grupos similares, bajo el nombre de Hayat Tahrir al Sham (Organismo de Liberación del Levante), aunque para el Gobierno sirio sigue siendo Al Nusra.

Su cercanía con Turquía puede amparar a ese grupo de legitimidad internacional, pero también ha creado fricciones en otras facciones que operan en Idlib, que fue un campo de batalla, pero en los últimos años se había mantenido en una tensa calma luego de un acuerdo de alto el fuego, en 2020, mediado por Rusia y Turquía.

En esta nueva coalición, junto con el movimiento de Al Jolani, operan otros, todos armados, como la división Sultan Murad y el grupo Jaysh al-Izza. 

El Organismo de Liberación del Levante, con entre 11.000 y 13.000 milicianos, según cifras del Instituto para el Estudio de la Guerra, sería el principal grupo dentro de esta coalición islámica, la cual presuntamente es apoyada por Ankara. Pero, el ministro de Exteriores turco, Hakan Fidan, ha asegurado que su país no está implicado en la ofensiva y que no lanzará "ninguna acción que pueda desencadenar una nueva ola migratoria".

El Gobierno de Siria con Rusia e Irán, viejos amigos 

Según analistas, si no hubiera sido por la participación de Rusia e Irán en el conflicto sirio en el 2016, Bashar al-Assad habría perdido su gobierno. 

Desde entonces, Al-Assad ha tenido el 70 % del control del país, con poder en las principales ciudades, aunque otras partes de Siria han seguido fuera de su dominio, como el sur, las áreas del norte y este de mayoría kurda; y el desierto sirio, con reductos del grupo yihadista Estado Islámico.  

Ahora, Rusia, con sus bases militares en el mar Mediterráneo, defiende a Damasco con ataques aéreos y en el terreno; mientras que Irán, junto con el grupo chiita Hezbolá, por el momento, está más comprometido en su lucha contra Israel en el Líbano. A ello se suma, el revés que ha sufrido por las bajas relacionadas con los ataques israelíes contra comandantes militares iraníes en Siria. 

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Un apoyo adicional, aunque no muy seguramente en el conflicto, vendría para el gobierno sirio de parte de la comunidad de países árabes, pues Siria fue readmitido en la Liga Árabe en 2023. 

Kurdos, apoyados por Estados Unidos

Al norte y noreste el control está bajo los kurdosirios, sumados a grupos árabes, independientes del Gobierno de Siria y apoyados por Estados Unidos.

Se conocen como las Fuerzas de Siria Democrática (FSD) y su enemigo son los turcos.

Durante la última ofensiva de Turquía en el noreste de Siria, en 2019, los kurdos solicitaron ayuda a Rusia y al Ejército sirio -pero también se han enfrentado a este último- y solo un acuerdo de alto el fuego turco-ruso resolvió el tema. 

Esta vez, Estados Unidos afirma que "no tiene nada que ver con esta ofensiva, dirigida por Hayat Tahrir al-Sham, organización designada terrorista". 

Con EFE, Reuters y medios locales