Yoav Gallant, un veterano miembro del partido gobernante Likud, instó a frenar el proyecto impulsado por su primer ministro Benjamin Netanyahu. Esto se debe a una preocupación del funcionario respecto a la seguridad nacional israelí, luego de que cientos de reservistas del Ejército se unieran a la protesta y se negaran a ser parte de operaciones y entrenamientos. “Cualquier cosa que dañe la fortaleza del Ejército y el sistema de seguridad debe detenerse de inmediato”, expresó.

Detener la reforma judicial y retomar el diálogo. Ese es el pedido que Yoav Gallant, ministro de Defensa de Israel, quien enfatizó en que es menester ponerle fin a las revueltas sociales que se han producido en el territorio, las más multitudinarias de la historia.

“Lo digo en voz alta y públicamente, por el bien del Estado de Israel y de nuestros hijos, debemos frenar este proceso legislativo”, dijo el veterano miembro del Likud, el actual partido gobernante en declaraciones televisivas.

Gallant es el primer hombre de peso dentro del oficialismo que se expresa abiertamente en contra de la reforma que ha despertado preocupaciones dentro de Israel, pero incluso en los aliados extranjeros, como Estados Unidos y Alemania.

Sin embargo, las preocupaciones del funcionario no radican en el malestar de la ciudadanía, sino en la problemática que el proyecto suscitó dentro de las filas del Ejército, luego de que cientos de reservistas se negaran a participar de entrenamientos, operaciones y se plegaran a los manifestantes.

“Necesitamos detener las manifestaciones y protestas, y buscar el diálogo. Cualquier cosa que dañe la fortaleza del Ejército y el sistema de seguridad debe detenerse de inmediato”, aseveró.

Gallant pidió que se erija un “proceso nacional unificador y participativo” para enmendar el caos que se ha desatado en las últimas semanas por el controvertido proyecto. El ministro agregó que la victoria de una parte, “la knesset o las calles”, significará “la pérdida definitiva del Estado de Israel”. “Debemos recordar que todos somos hermanos”, añadió.

En un aspecto más interno de su cartera, también se refirió a zanjar las diferencias que se crearon en las filas del Ejército.

“Estos días, en conversaciones y discusiones entre bastidores, presenté la situación de seguridad, pedí, argumenté y aclaré: en este momento debemos detener el proceso para que podamos sentarnos a hablar”, confesó.

A pesar de las exigencias de los ciudadanos, la reforma no parece detenerse. Aunque Netanyahu afirmó que buscaría un consenso, durante la última semana reiteró que el fragmento donde habilitará al Ejecutivo a realizar las designaciones de los jueces, uno de los puntos más criticados, se aprobará en los próximos días.

Cientos de miles en las calles

Este sábado 25 de marzo, las protestas masivas que suceden en Israel batieron un récord, después de que 630.000 personas salieran a las calles de las principales ciudades a repudiar el proyecto de reforma judicial de la ultraderecha.

En el duodécimo sábado consecutivo con manifestaciones, Tel Aviv fue la más multitudinaria al congregar alrededor de 300.000 ciudadanos. En otras urbes como Haifa, Jerusalén y Beersheva las cifras fueron menores, aunque aún grandes, oscilando entre los 20.000 y los 65.000 civiles.

Según Movimientos Paraguas de Resistencia contra la Dictadura de Israel, ente que componen los grupos convocantes, hubo rechazos en más de 120 puntos del territorio.

“No nacimos ayer y no estamos protestando por la congelación temporal del golpe judicial. No nos dormiremos. Exigimos la derogación total de la legislación y, hasta entonces, la lucha solo se intensificará”, respondió uno de los organizadores minutos después a las declaraciones de Gallant.

Con EFE