El Departamento de Justicia de EE.UU. busca acabar con el control de Google sobre las búsquedas en Internet e inició el miércoles una ofensiva antimonopolio que podría obligar al gigante tecnológico a desprenderse de su navegador Chrome.
Google debe vender su navegador Chrome, compartir datos y resultados de búsqueda con sus rivales y tomar otras medidas -incluida la posible venta de Android- para poner fin a su monopolio en las búsquedas online, según argumentaron los fiscales ante un juez el miércoles.
Las medidas solicitadas por el Departamento de Justicia forman parte de un caso inédito que tiene el potencial de remodelar la forma en que los usuarios encuentran información.
Estos cambios podrían suponer la regulación de Google durante un periodo de hasta 10 años a través de un comité designado por el tribunal federal de Washington que dictaminó que mantenía un monopolio ilegal en las búsquedas y la publicidad relacionada con ellas en Estados Unidos.
El Gobierno de Estados Unidos pidió a última hora del miércoles a un juez que ordene el desmantelamiento de Google mediante la venta de su navegador Chrome, ampliamente utilizado, en una importante medida antimonopolio contra el gigante de Internet.
En una presentación judicial, el Departamento de Justicia de EE. UU. instó a una reorganización del negocio de Google que incluya la prohibición de acuerdos para que Google sea el motor de búsqueda por defecto en los teléfonos inteligentes y le impida explotar su sistema operativo móvil Android.
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Las propuestas son de amplio alcance, e incluyen prohibir a Google volver a entrar en el mercado de los navegadores durante cinco años e insistir en que venda su sistema operativo para móviles Android si otras soluciones no consiguen restablecer la competencia.
El DOJ también ha solicitado que se prohíba a Google comprar o invertir en rivales de búsqueda, productos de inteligencia artificial basados en consultas o tecnología publicitaria.
El texto incluye poner fin a los acuerdos exclusivos por los que Google paga miles de millones de dólares anuales a Apple y a otros proveedores de dispositivos para que su motor de búsqueda sea el predeterminado en sus tabletas y teléfonos inteligentes.
El conjunto de estas medidas tiene por objeto romper "un bucle de retroalimentación perpetua que afianza aún más a Google" a través de usuarios, datos y dólares de publicidad adicionales, dijeron los fiscales.
Google tendría la opción de vender el software en lugar de cumplir la normativa. El Departamento de Justicia y las autoridades antimonopolio estatales tendrían que aprobar a los posibles compradores.
Un comité técnico de cinco personas nombrado por el juez velaría por el cumplimiento de las propuestas de los fiscales. El comité, que Google pagaría, tendría potestad para exigir documentos, entrevistar a empleados y profundizar en el código del software, según se desprende del expediente.
¿Qué pasará cuando llegue Trump?
El llamamiento a la disolución de Google supone un profundo cambio por parte de los reguladores del Gobierno de EE. UU., que han dejado en paz a los gigantes tecnológicos desde que fracasaron en su intento de disolver Microsoft hace dos décadas.
Los fiscales elaboraron las propuestas tras hablar con empresas que compiten con Google, incluido el motor de búsqueda DuckDuckGo.
Se espera que Google presente sus recomendaciones el mes que viene y que ambas partes expongan sus argumentos en una vista que se celebrará en abril ante el juez Amit Mehta.
Independientemente de la decisión final del juez Mehta, se espera que Google recurra la sentencia, lo que prolongaría el proceso durante años y podría dejar la última palabra al Tribunal Supremo de Estados Unidos.
El caso también podría verse alterado por la llegada del Presidente electo Donald Trump a la Casa Blanca en enero.
Es probable que su administración sustituya al actual equipo a cargo de la división antimonopolio del DOJ.
Los recién llegados podrían optar por seguir adelante con el caso, pedir un acuerdo con Google o abandonarlo por completo.
Trump ha soplado caliente y frío en cómo manejar Google y el dominio de las grandes empresas tecnológicas.
Ha acusado al motor de búsqueda de parcialidad contra el contenido conservador, pero también ha señalado que una ruptura forzosa de la empresa sería una demanda demasiado grande por parte del gobierno estadounidense.
El gobierno de EE. UU. tiene actualmente cinco casos pendientes contra las grandes tecnológicas por cuestiones antimonopolio, después de que la administración Biden adoptara una postura dura para frenar el dominio de las empresas.
Si la administración Trump sigue adelante, los casos contra Amazon, Meta y Apple, así como dos contra Google, podrían llevar años de litigio.
¿Demasiado extremo?
Determinar cómo abordar los errores de Google es la siguiente fase de este juicio antimonopolio que en agosto vio cómo el juez Mehta declaraba a la empresa monopolio.
Google ha tachado de "radical" la idea de una escisión y ha afirmado que obligarle a desprenderse de Chrome y Android, que se basan en código fuente abierto y son gratuitos, perjudicaría a las empresas que se han basado en ellos para desarrollar sus propios productos.
Adam Kovacevich, director ejecutivo del grupo comercial de la industria Chamber of Progress, dijo que las demandas del gobierno eran "fantasiosas" y desafiaban las normas legales, pidiendo en su lugar remedios ajustados.
El juicio, que concluyó el año pasado, analizó los acuerdos confidenciales de Google con fabricantes de teléfonos inteligentes, entre ellos Apple. Estos acuerdos implican pagos sustanciales para asegurar el motor de búsqueda de Google como opción predeterminada en navegadores, iPhones y otros dispositivos.
El juez determinó que estos acuerdos proporcionaron a Google un acceso sin precedentes a los datos de los usuarios, lo que le permitió desarrollar su motor de búsqueda hasta convertirlo en una plataforma dominante a escala mundial.
Desde esta posición, Google expandió su imperio tecnológico y de recopilación de datos para incluir el navegador Chrome, Maps y el sistema operativo para smartphones Android.
Según la sentencia, Google controlaba el 90 por ciento del mercado estadounidense de búsquedas en línea en 2020, con una cuota aún mayor, el 95 por ciento, en dispositivos móviles.
Chrome es el navegador web más utilizado del mundo y es uno de los pilares del negocio de Google, ya que proporciona información sobre los usuarios que ayuda a la empresa a orientar los anuncios de forma más eficaz y rentable.
Con Reuters y AFP