Este 20 de diciembre, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a El Salvador por impedir que una mujer abortara en 2013. Conocida como 'Beatriz', la historia de la que es considerada una víctima del Estado salvadoreño ha fungido como un símbolo de resistencia para el movimiento proaborto en el país, donde se criminaliza esa práctica, y en toda América Latina. ¿Qué sigue?
Después de casi 12 años, la justicia llega para Beatriz. En marzo de 2023, los jueces parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), comenzaron a abordar el caso de una joven salvadoreña a la que se le negó la práctica del aborto 10 años antes en su país. Esta fue la primera vez que una denuncia relacionada con el aborto llegaba al máximo tribunal regional.
El fallo es un histórico precedente en un país como El Salvador, donde hay una prohibición absoluta de la interrupción del embarazo y esta práctica se penaliza con cárcel.
Más de 12 meses después de iniciada su revisión, la decisión de la CorteIDH llegó.En su resolución, el tribunal de las Américas sobre Derechos Humanos concluyó que el Estado salvadoreño es responsable por violentar los Derechos Humanos de Beatriz al haberle negado el aborto, sabiendo previamente las complicaciones de salud que ella tenía y las condiciones en las que estaba el feto dentro de su vientre.
"Sé que no ha sido fácil, pero el Estado tiene el deber y el derecho de responder a las medidas que ha impuesto el tribunal, y para mí es un gran triunfo", dijo Delmy, madre de Beatriz, durante una rueda de prensa en reacción al fallo de la corte regional.
El fallo de la Corte IDH contra el Estado salvadoreño ha sido recibido con celebraciones por el movimiento proaborto no solo dentro de El Salvador, sino también a lo largo del continente, donde la resolución del tribunal es visto por activistas como un parteaguas en la lucha por la despenalización y legalización del aborto en América Latina.
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¿Cuál la importancia del caso Beatriz para El Salvador y América Latina?
La historia de Beatriz
En 2013, el nombre de una joven salvadoreña de 22 años, proveniente de una zona rural y parte de la clase popular, acaparó la atención del mundo con su historia. Beatriz, como se le conocía públicamente, interpuso una demanda de amparo ante la Corte Suprema de Justicia de El Salvador para que le fuera permitido interrumpir su embarazo.
Con anterioridad, la joven había sido diagnosticada por numerosos médicos con lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoidea y nefropatía lúpica, un conjunto de enfermedades que hacían de su embarazo uno de 'alto riesgo'. Un año antes, Beatriz dio a luz a un bebé prematuro que tuvo que pasar 38 días internado.
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Aunado a la delicada condición de salud de Beatriz, decenas de médicos salvadoreños diagnosticaron que el feto era anencefálico – una condición en la cual no se desarrollan grandes partes del cráneo y el cerebro –, por lo que la recomendación era que la joven abortara para evitar los altos riesgos para su vida que traía consigo dicho embarazo.
Sin embargo, el Estado salvadoreño no cedió en su política inflexible sobre el aborto, ya que, a pesar de las evidencias médicas que demostraban la inviabilidad del embarazo y los altos riesgos – físicos y emocionales – que significaba para Beatriz, la sala constitucional de la Corte Suprema salvadoreña decidió que "no había lugar" para la demanda. En El Salvador, el aborto está prohibido en todas sus formas.
Ante la imposibilidad de interrumpir su embarazo, Beatriz continuó con el proceso de gestación y, 28 semanas después, el 3 de junio de 2013, la joven fue sometida a una cesárea de emergencia y dio a luz a un feto que falleció solo cinco horas después de la labor de parto.
Beatriz falleció en octubre de 2017 tras sufrir un accidente de tránsito en una motocicleta. La familia apunta que las heridas del accidente fueron agravadas por las secuelas físicas y psicológicas que quedaron en la joven después de su segundo parto.
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¿Qué significa el fallo para El Salvador?
En este fallo, por primera vez, el máximo tribunal continental de América falló sobre un caso relacionado con el aborto, prohibido en El Salvador bajo cualquier modalidad y que contempla penas de cárcel de dos a ocho años. Sin embargo, habitualmente esa práctica es interpretada por la Justicia como homicidio agravado, que conlleva penas de hasta 50 años de prisión.
Organizaciones de la sociedad civil, grupos defensores de los derechos reproductivos en El Salvador y la familia de Beatriz dieron seguimiento al caso de la joven y lo llevaron hasta el máximo tribunal del continente en materia. El 20 de diciembre, la CorteIDH oficializó su decisión al respecto.
En su fallo, la CorteIDH encontró al Estado salvadoreño "internacionalmente responsable" por haber violentado los derechos de Beatriz en torno al acceso a la salud y a la justicia, después de que la estructura gubernamental del país, moldeada por la dura legislación antiaborto, negara activamente a Beatriz una interrupción del aborto necesaria.
"La falta de seguridad jurídica en cuanto a la tramitación del caso de Beatriz llevó a la burocratización y judicialización de la necesaria atención médica, dando lugar a múltiples consecuencias", expresó la corte en su fallo.
Además, la CorteIDH ordenó al Gobierno salvadoreño adoptar las "normativas necesarias para brindar directrices y guías de actuación al personal médico y judicial en situaciones que pongan en riesgo la vida y la salud de la mujer", según reveló el vicepresidente de la corte, Rodrigo Mudrovitsch.
A diferencia de los fallos de otros tribunales internacionales, las sentencias de la CorteIDH sí son vinculantes para los Estados miembro del organismo, por lo que el Estado salvadoreño tiene la obligación de acatar los mandatos del tribunal interamericano. La corte otorgó un plazo de un año para que el país presente un informe con los avances en su legislación.
Para los grupos defensores de los derechos reproductivos de las mujeres en El Salvador, el fallo de la CorteIDH representa un avance histórico para su movimiento.
"Nos parece muy importante que la Corte, como medida de no repetición, haya señalado también fortalecer las habilidades del personal de salud para que la normativa sea aplicada de manera cabal y que con esto, se dé cumplimiento al derecho a la salud y al derecho a una vida libre de violencia de las mujeres en El Salvador", dijo Fernanda Díaz de León, subdirectora de incidencia de la organización Ipas LAC, para EFE.
En un comunicado emitido por la Comisión Nacional para los Derechos Humanos y la Libertad de Expresión tras conocerse el fallo de la corte, el Gobierno salvadoreño confirmó que analizará "profundamente" la decisión del tribunal regional y expresó su compromiso de acatar la sentencia.
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Un fallo histórico para el movimiento proaborto latinoamericano
El triunfo para el movimiento en favor de los derechos reproductivos de las mujeres no solo se limita a El Salvador, sino que también abarca otros territorios dentro de la esfera latinoamericana.
El 'caso Beatriz' representó el primer caso relacionado con el aborto que se llevó hasta las instancias de la CorteIDH. Por la naturaleza del tribunal, los fallos que emanan de ella crean jurisprudencia internacional, misma que estructura un estándar en la aplicación de la ley en torno a la protección de los Derechos Humanos que puede ser utilizada en juicios nacionales en beneficio de las víctimas.
Son veinte Estados latinoamericanos los que reconocen la competencia de la CorteIDH, por lo que, aunque dependiendo de sus legislaciones internas, la jurisprudencia nacida del fallo de la corte puede beneficiar a las mujeres que experimenten situaciones similares a la de Beatriz.
México, Argentina, Brasil, Chile, Honduras, Perú, Guatemala, Ecuador, Nicaragua y Paraguay son algunos de los Estados que reconocen la jurisdicción de la corte.
"La Corte Interamericana ha manifestado que la falta de reglamentación y la ausencia de normativa en casos de embarazos que impliquen riesgo de vida y la salud generó una situación de inseguridad jurídica para Beatriz y afectó a sus derechos a la integridad física y a la salud. Eso es sumamente importante y clave", mencionó Sara García, integrante de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto en El Salvador, para RFI.
El desenlace en la historia de Beatriz representa una victoria de suma importancia para el movimiento por los derechos reproductivos para la mujer dentro de uno de los países con la legislación más dura en contra del aborto en América Latina, además de seguir siendo un faro de esperanza para el movimiento en otras latitudes del continente.
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Con EFE, Reuters y medios locales