El canciller austriaco, Karl Nehammer, ha anunciado su dimisión tras el fracaso de las negociaciones para formar gobierno con tres partidos. Esto abre la puerta al liderazgo de la extrema derecha de Herbert Kickl, cuyo Partido de la Libertad ganó las elecciones de septiembre. El presidente Alexander Van der Bellen ha convocado a Kickl para explorar la formación de un nuevo gobierno, mientras la cúpula del partido conservador nombró a Christian Stocker, hasta ahora secretario general de la formación, como su presidente interino. 

El canciller austriaco Karl Nehammer ha anunciado este sábado que dimitirá en los próximos días tras fracasar por segunda vez las negociaciones para formar un nuevo gobierno.

"Dejaré mi cargo de canciller y de líder del Partido Popular en los próximos días y permitiré una transición ordenada", declaró el político, que en 2021 sucedió en ambos cargos a su correligionario Sebastian Kurz, quien dimitió a su vez en medio de un escándalo de corrupción.

El anuncio se produjo luego que el Partido Popular y los socialdemócratas continuaran las conversaciones de coalición un día después de que el partido liberal Neos se retirara de las negociaciones de manera inesperada.

Esa era la opción favorecida por el presidente, quien a continuación instó a conservadores y socialdemócratas a seguir negociando un acuerdo a pesar de que solo contarían con una muy estrecha mayoría en el Parlamento, de 92 del total de 183 escaños.

"Desgraciadamente, tengo que comunicarles hoy que las negociaciones han terminado y que el Partido Popular no las continuará", dijo el canciller austriaco Karl Nehammer, del conservador Partido Popular, en un comunicado en las redes sociales.

Dijo que las "fuerzas destructivas" del Partido Socialdemócrata han "ganado la partida" y que el Partido Popular no firmará un programa que va en contra de la competitividad económica.

El líder socialdemócrata, Andreas Babler, lamentó la decisión del Partido Popular de poner fin a las negociaciones. "No es una buena decisión para nuestro país", dijo y afirmó que uno de los principales escollos es cómo reparar el "déficit récord" dejado por el anterior Gobierno.

"He ofrecido a Karl Nehammer y al Partido Popular seguir negociando y les he pedido que no se levanten", declaró a la prensa el sábado por la noche.

El próximo gobierno deAustria se enfrenta al reto de tener que ahorrar entre 18.000 y 24.000 millones de euros, según la Comisión Europea. Además, Austria lleva dos años en recesión, experimenta un aumento del desempleo y su déficit presupuestario se sitúa actualmente en el 3,7% del Producto Interior Bruto, por encima del límite del 3% establecido por la UE.

Las conversaciones se han prolongado desde que en octubre el Presidente de Austria encargó a la Canciller conservadora la formación de un nuevo gobierno. La petición se produjo después de que todos los demás partidos se negaran a trabajar con el líder del ultraderechista Partido de la Libertad, que en septiembre ganó por primera vez unas elecciones nacionales con el 29,2% de los votos.

Van der Bellen le había entregado directamente a Nehammer el encargo de formar un nuevo Ejecutivo, pasando por alto al ganador, Kickl, tras constatar que éste no contaba con posibles socios para encabezar una coalición con una sólida mayoría parlamentaria, pues pese a su triunfo ocupa 57 de los 183 escaños del Parlamento.

¿En qué se traduce esta decisión?

Las posibilidades de que Austria tenga por primera vez desde 1945 un jefe de Gobierno de extrema derecha se han vuelto factibles este fin de semana, tras los intentos sin éxito de formar un Gobierno que dejara fuera del poder al partido de extrema derecha de Herbert Kickl, ganador de las elecciones de septiembre.

El presidente del país, el progresista Alexander van der Bellen, anunció este domingo que recibirá mañana, lunes, al líder de la ultra derecha.

"Se han debilitado las voces en el seno del (partido conservador) ÖVP que descartaban una cooperación con Kickl" tras la retirada de Karl Nehammer -canciller federal en funciones- como presidente de la formación, dijo el jefe del Estado en una breve comparecencia televisada desde el Palacio Hofburg, sede de la presidencia.

En una reunión extraordinaria y urgente, la cúpula del partido conservador nombró a Christian Stocker, hasta ahora secretario general de la formación, como su presidente interino, en sustitución de Nehammer, y manifestó su disponibilidad a negociar con los ultras una coalición.

"Espero que el líder del partido más votado reciba el encargo de formar un futuro gobierno", declaró Stocker a la prensa tras su nombramiento, minutos después de que el presidente del país anunciara que recibirá a Kickl.

Van der Bellen no dijo si tenía previsto encargar al político ultra las correspondientes negociaciones, limitándose a insistir en que el futuro Ejecutivo debe contar "con una mayoría sólida, de más del 50 % (de los escaños) en el Parlamento".

Si bien la ley deja al jefe del Estado las manos libres para elegir a quien encarga formar un gobierno, la usanza tradicional había sido hasta ahora dar el mandato al líder del partido más votado.

Por no haberlo hecho desde el principio, Kickl acusó a Van der Bellen de ignorar la voluntad de los electores y lo responsabilizó del "caos" generado por su deseo de establecer un cordón sanitario para mantener fuera del poder al Partido de la Libertad.

Ahora la única alternativa a un acuerdo con el Partido popular, que lo convertiría en jefe de Gobierno, serían elecciones anticipadas, y los sondeos le auguran al Partido de la Libertad una nueva y más pronunciada victoria, con cerca del 35 % los votos.

Así las cosas, uno de los partidos de extrema derecha más antiguos de Europa, fundado tras la Segunda Guerra Mundial por antiguos jerarcas y simpatizantes nazis, podría encabezar por primera vez un gobierno nacional. 

Este texto es una adaptación de su original en inglés   y EFE