El jefe del Ejército de Israel declaró que se enfrenta a una escasez de tropas en medio del aumento de bajas en la guerra contra Hamás en Gaza. Sin embargo, reclutar es difícil debido a la creciente oposición pública a la guerra y a un conflicto abierto entre el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y su ministro de Defensa Yoav Gallant.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se enfrentan a retos cada vez mayores a medida que la guerra contra Hamás entra en su noveno mes. El lunes, Israel perdió a ocho soldados en una explosión en Rafah, en lo que los medios israelíes calificaron de "incidente más mortífero para las FDI" en seis meses. La cifra puede parecer pequeña en el contexto de la guerra en Gaza, pero es demasiado alta para la opinión pública israelí.

Una semana antes de la explosión, Hamás afirmó haber matado a un número indeterminado de soldados israelíes después de que sus combatientes detonaran una casa trampa en Rafah.

Tropas agotadas

Las pérdidas subrayaron la advertencia del jefe del ejército israelí, Herzi Halevi, en los últimos días sobre la escasez en el ejército, diciendo que impediría a Israel librar la guerra contra Hamás con la misma intensidad.

Además de la escasez de tropas, el ejército se enfrenta a un panorama político inestable. La relación entre el ejército y el primer ministro Benjamin Netanyahu se ha deteriorado significativamente, y Netanyahu habría criticado los planes anunciados por el ejército de realizar pausas tácticas diarias en los combates para facilitar la entrega de ayuda al enclave palestino.

El ejército israelí también se enfrenta a la presión interna de una población conmocionada por el número de muertos palestinos causados por la ofensiva israelí en Gaza.

El lunes por la noche estallaron escaramuzas entre la policía y los manifestantes antigubernamentales que tomaron las calles de Jerusalén, antes de marchar hacia el domicilio particular de Netanyahu en la ciudad, para mostrar su descontento por la gestión de la guerra contra Hamás en Gaza.

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“Las FDI están totalmente agotadas tras más de ocho meses de guerra", afirmó Ahron Bregman, politólogo y especialista en el conflicto palestino-israelí del King’s College de Londres. "El mando de las FDI, y también el ministro de Defensa, están desesperados por un descanso para reagruparse".

El ejército israelí no comenta oficialmente el estado de fatiga de sus tropas, pero las señales son claras. "Estamos viendo ejemplos de rotación de brigadas y batallones antes de lo previsto", afirma Steven Wagner, historiador y profesor de seguridad internacional en la Universidad Brunel de Londres. En otras palabras, los soldados necesitan descansos más frecuentes.

Los expertos consultados afirman que el ataque del 7 de octubre en suelo israelí y la intensidad de la respuesta decidida por el gobierno de Netanyahu, que exige un compromiso a largo plazo, sorprendieron a un ejército "demasiado pequeño" para la tarea.

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Los estrategas militares israelíes pensaban que la era de las grandes guerras regionales -como la Guerra de los Seis Días en 1967 o la Guerra del Yom Kippur en 1973- había terminado, dijo Bregman. Como consecuencia, "el ejército disolvió seis divisiones en los últimos 20 años. Hoy le faltan aproximadamente dos divisiones enteras, o 10.000 soldados más".

Encontrar más soldados

La situación se complica por el aumento de los combates entre Hezbolá y las fuerzas israelíes en la frontera norte de Israel con Líbano, informó la radio pública estadounidense NPR. Una prolongación de la guerra en el norte "sería catastrófica tanto para Líbano como para Israel", afirmó Bregman.

"En términos de soldados, tanques y calidad del equipamiento todo está bien sobre el papel para una guerra corta. Pero en términos de una guerra larga con Hezbolá, no, Israel no está preparado, y se trata principalmente de la moral", dijo Omri Brinner, analista de Oriente Medio en el Equipo Internacional para el Estudio de la Seguridad de Verona (ITSS). 

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A pesar de ello, el ejército israelí afirmó el martes que "los planes operativos para una ofensiva en Líbano fueron aprobados y validados". El miércoles, el ejército afirmó que sus aviones de guerra habían atacado emplazamientos de Hezbolá en el sur del Líbano durante la noche.

Dadas las circunstancias, la prioridad del Ministerio de Defensa israelí -así como del jefe del ejército- es aumentar el número de tropas. "La solución más fácil sería movilizar a los ultra ortodoxos, pero esto sería políticamente delicado para Netanyahu", dijo Brinner.

La contribución al ejército sería significativa. En 2023, más de 60.000 jóvenes de la comunidad ultra ortodoxa recibieron una exención del servicio militar.

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La supresión de este privilegio autorizado por la ley israelí enfurecería a los partidos ultra religiosos y de extrema derecha, que actualmente constituyen la principal fuente de apoyo del gobierno de Netanyahu.

Por ello, el gobierno busca otras soluciones a la escasez de mano de obra. Se dispone a aprobar un nuevo proyecto de ley que retrasa la jubilación de los reservistas de las FDI. La propuesta elevaría la edad de exención del servicio militar de reserva de 40 a 41 años para los soldados y de 45 a 46 años para los oficiales.

"Es claramente una forma de abordar el problema de la fatiga", dijo Wagner. Pero utilizar reservistas de más edad en zonas de alto riesgo "mermaría la calidad del ejército", advirtió.

Netanyahu contra Gallant

Incluso si el ejército encontrara los recursos para aumentar suficientemente sus efectivos, seguirían existiendo "problemas de mando estratégico al más alto nivel", dijo Brinner.

La disolución del gabinete de guerra por parte de Netanyahu a principios de esta semana ha sumido al ejército en un limbo estratégico.

"Netanyahu está sometido a una intensa presión por parte de sus aliados de la derecha", dijo Brinner, señalando que la dependencia del líder israelí de los partidos ultrar eligiosos ha reducido su capacidad de maniobra en torno a la espinosa cuestión del alistamiento de miembros ultraortodoxos en los servicios armados.

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En teoría, el primer ministro israelí podría apoyarse en su ministro de Defensa, Yoav Gallant, pero "la situación no tiene precedentes, con los dos hombres odiándose cordialmente y dispuestos a lanzarse al cuello del otro a la menor oportunidad", dijo Wagner.

En un momento de graves desafíos, el ejército israelí necesita tropas, así como una dirección clara desde arriba. Aunque el ejército puede aguantar unos meses más, los expertos dicen que los objetivos declarados de destruir a Hamás y liberar a todos los rehenes son inalcanzables en las circunstancias actuales.

Este artículo ha sido traducido del original en francés.