Washington y Moscú acordaron este sábado preparar una cumbre entre los presidentes Donald Trump y Vladímir Putin que abordaría el fin de la guerra en Ucrania. En la jornada, Keith Kellogg, enviado especial estadounidense para el conflicto, descartó la presencia de los socios europeos en las negociaciones, levantando más tensión en el Viejo Continente.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y el ministro de Asuntos exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, mantuvieron este 15 de febrero una llamada telefónica en la que acordaron preparar la cumbre entre los presidentes de sus países, de acuerdo a lo informado por ambos Gobiernos.

El encuentro, cuyo principal tema de conversación será el posible fin de la guerra en Ucrania, podría celebrarse en Arabia Saudita, según lo expresado esta semana por el presidente estadounidense, Donald Trump.

Tras la llamada, el Ministerio de Exteriores ruso indicó en un comunicado que esta tuvo lugar por iniciativa de la Casa Blanca y que "ambas partes expresaron su voluntad de cooperar en cuestiones internacionales actuales, incluida la resolución del conflicto en Ucrania, la situación en Palestina y, en general, en Medio Oriente, así como en otras cuestiones regionales".

Entretanto, el Departamento de Estado estadounidense dijo en otra misiva que durante la conversación, Rubio reafirmó el "compromiso" del presidente Donald Trump para dar solución al conflicto entre Moscú y Kiev, que cumplirá tres años este 24 de febrero. 

Así las cosas, se espera que en los próximos días, una delegación estadounidense compuesta por Marco Rubio; el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, y el enviado especial para Medio Oriente, Steve Witkoff, se reúnan con un equipo de negociadores rusos en Arabia Saudita, según afirmó Michael McCaul, congresista estadounidense, a la agencia de noticias Reuters. 

Para el congresista estadounidense, el acercamiento entre Washington y Moscú en Arabia Saudita sería un primer paso "para traer finalmente la paz y poner fin a este conflicto", según dijo ante la agencia británica.

Al ser cuestionado sobre el encuentro Trump-Putin, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo que Kiev no había sido invitado a dichas conversaciones, añadiendo que su Gobierno no piensa reiniciar los contactos con Moscú hasta reunirse con sus "socios estratégicos", haciendo un guiño a los aliados de Ucrania en Europa.

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EE. UU. deja a Europa fuera de las negociaciones sobre Ucrania

En el marco del segundo, y último, día de la Conferencia de Seguridad de Múnich, el enviado especial de Donald Trump para el conflicto en Ucrania, Keith Kellogg, reafirmó las intenciones estadounidenses por participar en la mediación entre los líderes de Kiev y Moscú para poner fin a la guerra.

Pero, según Kellogg, Estados Unidos no solo planea ser el principal mediador, sino que el único. En una rueda de prensa, el general estadounidense retirado mencionó que la mesa de negociación "claramente" va a estar compuesta por partes rusas, ucranianas y estadounidenses, pero cuando fue preguntado por la participación europea, Kellogg fue claro: "Soy parte de la escuela del realismo. Creo que eso no va a suceder”.

La base de la exclusión europea, según el enviado estadounidense, residiría en el "fracaso" del acuerdo de Minsk II – mediado por Alemania, Francia, Bielorrusia y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) en 2015 –, argumentando que el pacto no incluyó castigos certeros en caso de violentar el tratado, achacando ese vacío a "que había mucha gente en la mesa".

Aunque el enviado trumpista inmediatamente añadió que la "alianza europea" será "fundamental" para garantizar la soberanía ucraniana tras la paz, Kellogg instó a sus "amigos europeos" a dejar de lado la cuestión de si van a participar, o no, en la mesa de negociación, recomendándole a los líderes del Viejo Continente "propuestas concretas, ideas, e incrementar el gasto militar".

"Europa debe estar en la mesa"

Aunque los planes de la nueva Casa Blanca en torno a las negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania parecen excluir al Viejo Continente, los líderes europeos han alzado la voz en contra de su desplazamiento de la mesa, abogando por ostentar un papel importante con el objetivo de asegurar un trato justo para Kiev.

António Costa, presidente del Consejo Europeo, fue una de las figuras que manifestaron que Europa debe participar en las negociaciones, clamando que la Unión Europea está preparada para "asumir sus responsabilidades" si se consigue un acuerdo de paz, empero, dejó en claro que "no habrá negociaciones creíbles y exitosas, ni una paz duradera, sin Ucrania y sin la Unión Europea".

Otro de los actores políticos europeos que rechazó la postura estadounidense fue el presidente finlandés, Alexander Stubb, quien, también en la conferencia de Múnich, calificó de "imposible" el desarrollo de negociaciones sobre el futuro de Ucrania "sin los europeos".

"Es imposible concebir debates o negociaciones sobre Ucrania, el futuro de Ucrania o la arquitectura de seguridad europea sin los europeos (…) Pero esto significa que Europa debe actuar unida. Debe hablar menos y actuar más", sostuvo el mandatario finlandés durante su intervención en la conferencia.

Por su parte, el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, remarcó que, para la consecución de una "paz justa y duradera" dentro de suelo ucraniano, los representantes del Viejo Continente "deben estar en la mesa".

En medio de las discrepancias entre Estados Unidos y Europa, el presidente ucraniano ha propuesto una nueva cumbre en su país para reunir a sus aliados, con el objetivo de homogeneizar las posturas alrededor de la negociación con Rusia. Zelenski ha subrayado la importancia de la presencia europea en la mesa, llegando a lanzar la idea de la creación de un "ejército europeo" para el futuro.

“Estamos trabajando ya para hacer posible que el 24 de febrero, en el tercer aniversario de la invasión rusa a gran escala, nos podamos reunir en Kiev y en línea todos los líderes europeos, todos los socios clave que defienden nuestra seguridad", sentenció el líder ucraniano.

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La actitud del Gobierno de Trump sobre la guerra en Ucrania, que busca mantener al margen a Europa de las negociaciones, hace eco de las críticas lanzadas por el magnate neoyorquino durante su campaña presidencial, que condenaban la asistencia militar incondicional que proveyó la Administración Biden a Zelenski, además de hacer un llamado a un acercamiento diplomático con Moscú. 

Trump parece listo para cobrarle a Zelenski la ayuda de Biden. Según tres fuentes citadas por Reuters, Washington está negociando un acuerdo con Kiev para apropiarse alrededor del 50% de los minerales estratégicos ucranianos, empero, el mandatario europeo se ha negado a avanzar en el trato sin que este contenga garantías de seguridad para el futuro de su país. 

 

Con AP, EFE, Reuters y medios locales