Ocurrió lo que los demócratas y veedores electorales en Georgia temían. La conformación de mayoría republicana de la Junta Electoral de ese estado sureño, uno de los más disputados en las elecciones estadounidenses, modifica la rápida certificación de los resultados del 5 de noviembre tras aprobar el recuento manual de millones de votos. 

La Junta Electoral de Georgia, controlada por los republicanos desde este año, votó el viernes para exigir un recuento manual de millones de votos en noviembre, una medida que los defensores del derecho al voto dicen que podría causar demoras, introducir errores y sentar las bases para impugnaciones en las elecciones del 5 de noviembre.

La decisión de la Junta fue en contra del consejo de la oficina del fiscal general del estado, la oficina del secretario de estado y una asociación de funcionarios electorales del condado. 

El partidismo quedó evidenciado durante la votación de la reforma. El único demócrata en la junta y el presidente no partidista votaron en contra, mientras que los tres miembros restantes, todos republicanos, votaron a favor del recuento manual. Estos tres miembros de la junta fueron elogiados por el expresidente Donald Trump durante un mitin el mes pasado en Atlanta.

Demócratas, expertos legales y defensores de la democracia han expresado su preocupación por el potencial uso de nuevas reglas por parte del expresidente Trump y sus partidarios para causar caos en este estado clave y socavar la confianza pública en los resultados si pierde ante la vicepresidenta demócrata Kamala Harris en noviembre.

Georgia es uno de los estados considerados péndulo, que implica que no tiene una marcada tendencia ni demócrata ni republicana y los 16 electores que allí se eligen para las presidenciales son clave para alcanzar la cifra de 270 votos electorales que necesita cualquier candidato para llegar al Despacho Oval.

¿Cómo se conforma la Junta Electoral de Georgia y por qué causa polémica?

La Junta tiene cinco miembros: uno designado por la Cámara estatal, uno elegido por el Senado estatal, uno de cada uno de los partidos Republicano y Demócrata, y un presidente no partidista seleccionado por la Asamblea General o por el gobernador si la Asamblea General no está en sesión cuando hay una vacante.

Su función principal es redactar normas para garantizar que las elecciones se desarrollen sin problemas y escuchar quejas sobre supuestas violaciones. No tiene un papel directo en la determinación de los resultados electorales.

La Junta Electoral de Georgia, renovada este año, se ha visto envuelta en una polémica en los últimos meses mientras considera nuevas reglas, muchas de ellas propuestas por aliados de Trump. 

El cambio pone de relieve cómo la administración electoral se ha vuelto cada vez más objeto de escrutinio y politización, en particular en Georgia y otros estados en los que el presidente Joe Biden ganó en 2020. El expresidente Donald Trump sigue afirmando sin pruebas que un fraude generalizado le costó las elecciones en Georgia.

Los demócratas lograron importantes avances en el ciclo electoral de 2020 en este estado sureño tras ganar dos escaños clave en el Senado de Estados Unidos además de la estrecha victoria de Biden. Sin embargo, el gobierno estatal sigue dominado por los republicanos, con una facción significativa leal a Trump.

El viernes, Kamala Harris visitó la capital del estado, Atlanta, y criticó arduamente a su adversario. Consciente de la importancia de Georgia en la definición de los comicios, Harris enarboló las banderas progresistas que la diferencian de su contrincante, a quien calificó como una amenaza a las libertades de las mujeres y a sus propias vidas.

Harris añadió, en modo de advertencia, que los republicanos seguirán obstaculizando el acceso al aborto si regresan a la Casa Blanca.

Votación anticipada: otro reproche de Trump

En paralelo a la decisión de Georgia, la votación anticipada comenzó en tres estados de EE. UU.: Virginia, Minnesota y Dakota del Sur, en un proceso cuya integridad fue cuestionada previamente por el candidato republicano cuando afirmó ser el ganador de las elecciones de 2020. 

La mayoría de los estados permiten votar en persona o por correo para aquellos cuyo horario no les permita emitir su voto el día de las elecciones, el 5 de noviembre.

Trump ha criticado a menudo todas las formas de votación distintas de las que tienen lugar el día de las elecciones, y en repetidas ocasiones ha responsabilizado al voto por correo de su derrota electoral en 2020. 

 

Con Reuters, AP y medios locales