Cortes de energía de hasta 14 horas llevaron a los ecuatorianos a situaciones límite en 2024. Comercios, empresas y trabajadores se vieron sensiblemente afectados y aún cargan con las consecuencias de una crisis que está lejos de solucionarse por completo. Directamente relacionada con las sequías y el aumento de la demanda, la cuestión de la energía planea entre las preocupaciones de los ciudadanos que se dan cita este 9 de febrero para elegir presidente.
Lo único que quiere Pedro Ruales es poder trabajar. Aunque anteriormente se dedicaba al catering para empresas, la pandemia lo obligó a abandonar su negocio e iniciar uno nuevo. Vio una oportunidad abriendo un restaurante de comida fusión en el centro de Quito, pero las múltiples crisis que ha tenido que enfrentar desde entonces no han dejado que su emprendimiento despegue.
Dice, no sin cierta resignación, que en Ecuador se ha vuelto muy difícil prosperar en medio de una crisis múltiple. A nivel político, la que llevó al poder al actual presidente Daniel Noboa tras la renuncia de su antecesor. De seguridad, con índices de homicidios nunca vistos en el país y por la que Noboa decretó toques de queda que afectaron al comercio. Y ahora, la reciente crisis energética que dejó a la economía del país profundamente herida. Los empresarios como él han tenido que acostumbrarse a sortear el mal tiempo.
La sequía provocó una grave crisis energética en 2024, una que llevó al Gobierno a programar apagones de hasta 14 horas diarias.
De acuerdo al Ministerio de Energía ecuatoriano,el país depende en un 72% del agua para la producción eléctrica.
Ecuador también importa electricidad de Colombia, sin embargo, el vecino país también vivía los estragos de la sequía, por lo que se vio obligado a limitar el flujo a otros países.
Los apagones iniciaron en abril y se extendieron a diciembre, con meses como septiembre y octubre con los cortes más largos. Según un estudio de Ipsos publicado en diciembre, el 90% de los ecuatorianos tuvieron que adaptar sus rutinas a estos racionamientos.
Y este 2025, aunque más esporádicos gracias a las lluvias, algunas zonas se han quedado sin energía por la sobre demanda, según ha explicado el Gobierno. Además, el Consejo Consultivo de las Ingenierías y Economía (CCIE) ha advertido sobre la posibilidad de nuevos cortes de luz en abril debido a la época de estiaje.
Pedro, como muchos otros, enfrentó desafíos para mantener el negocio a flote y sigue sintiendo las secuelas.
Primero, tuvo que conseguir un generador para mantener los alimentos frescos e iluminar su local. Para lograrlo, pasó de pagar 60 dólares de energía al mes a 7 u 8 dólares diarios en gasolina. Pero esto no solventó el problema. Los apagones incentivaron la inseguridad y el miedo, lo que dejó las calles vacías.
Tienes costos multiplicándose visiblemente y clientes disminuyendo considerablemente
“Tu logras iluminar en cierta medida tu local, pero sirve de poco cuando toda la calle, la cuadra, están totalmente a oscuras”, cuenta a este medio.
“Te enfrentas a una situación en la que tienes costos multiplicándose visiblemente y clientes disminuyendo considerablemente, un 60% – 70%, en pedidos a domicilio y clientes en el local y sin embargo te toca tratar de mantenerte con tu equipo para por lo menos mantener los espacios de trabajo”, dice.
Cortes de seis y siete horas
La crisis energética también afectó la posibilidad del negocio de Pedro negocio y la de muchos otros para tener Internet y teléfonos en funcionamiento. La capacidad de recibir y gestionar pedidos, así como recibir pagos con tarjetas de crédito, con los datáfonos apagados, cayó en picada. Asimismo afectó a la cadena suministros, ya que a los productores y distribuidores también se les aumentaron los costos y esto se tradujo en un mayor precio de los alimentos.
Las pérdidas de los apagones se sintieron con fuerza en todo el país. La Cámara de Comercio de Quito estimó que en los dos primeros meses, el sector industrial generó pérdidas por 4.000 millones de dólares y el comercial por 3.500 millones de dólares.
En medio de todos los estragos, Pedro se queja de que muchas veces los cortes no tuvieron horarios estables y que el Gobierno no avisó en varias ocasiones de sus cambios. “No podíamos dejar los generadores prendidos y había cortes de seis a siete horas en la madrugada (…) era necesario ir al local a encenderlos a la hora que fuera para mantener los alimentos”, agrega.
Si bien los apagones tocaron a casi todos los ecuatorianos a lo largo y ancho del país, las personas más afectadas fueron las familias con menos ingresos, de las cuales muchas no pudieron permitirse un generador para iluminar sus casas o negocios, a diferencia de algunas zonas de mayores ingresos donde hubo edificios o casas que podían contratar o comprar esas fuentes de energía.
De igual forma muchas de las personas que perdieron los empleos fueron trabajadores de restaurantes o comercios, cuyos dueños no pudieron mantener los puestos de trabajo por las pérdidas económicas.
Crisis energética e hídrica, coletazos de la crisis climática
En entrevista con France 24, la experta en medio ambiente Isabel Aguilera explicó que la posición geográfica del país, cerca a la línea del Ecuador, hace que sea muy vulnerable a la crisis climática y a las sequías. También indica que es una situación que no tiende a mejorar: “La radiación solar y el efecto isla de calor en el territorio es algo que se va acrecentando con los efectos de la crisis climática”, precisa.
Para muchos ciudadanos, la situación a la que se llegó fue por la falta de acción del actual Gobierno y de sus antecesores ante una crisis anunciada.
“El cambio climático se ha venido advirtiendo hace varias décadas, lastimosamente la falta de previsión en nuestros países ha hecho que no se tomen las medidas necesarias para invertir en fuentes hídricas para el mejor manejo de las aguas”, aporta Nelson Baldeón, consultor en temas de energía y geopolítica energética, a France 24.
Si bien desde los primeros meses de 2024 los expertos habían advertido de una posible crisis energética, el Gobierno no tomó medidas contundentes para prevenirla.
A esto se suma que la demanda de energía en Ecuador ha crecido cerca de un 29% desde 2013, pero esta no ha sido acompañada del aumento de la producción energética ni de inversión en infraestructura.
“Hace siete años que no se ha hecho mantenimiento a la infraestructura eléctrica”, dice Baldeón, quien acusa el rezago a la corrupción en el seno del Estado y al cambio constante de gobiernos, que no han dado prioridad a este recurso. A la vez que llama a una mayor inversión del sector privado en la producción de energía del país.
El informe de Ipsos citado anteriormente indica que solo el 16% de la población considera que la crisis climática es la causante de la falta de energía, mientras que un 32% culpa al Gobierno de Noboa y un 20% a las administraciones anteriores.
La implantación de un cambio de matriz energética se ha vuelto imperativo para el país andino. Para Baldeón una transición energética deberá llevar consigo el uso del petróleo como palanca para impulsar energías limpias.
Para Isabel Aguilera, la transición y la diversificación también serán la clave, aunque pone en primer plano la inversión directa en las renovables. La experta señala que, por su geografía, el país tiene el potencial de implantar grandes parques solares para captura de energía solar y especialmente plantas eólicas en la costa “que con la energía del viento pudieran generar energía y no tener una matriz que sea solamente dependiente del agua vinculada a las precipitaciones”, asegura.
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Noboa dio la orden de que los apagones se fueran reduciendo progresivamente en los últimos meses de 2024. También prometió incrementar la producción eléctrica del país con la reactivación de una central eléctrica y la inversión progresiva en renovables. Sin embargo, la falta de planificación en 2024 podría jugarle un revés el 9 de febrero, cuando busca ser elegido para un nuevo mandato de cuatro años.
Con las elecciones a la vuelta de la esquina, y especialmente con una nueva temporada seca esperada para abril, muchos ciudadanos esperan que quien llegue al poder traiga soluciones duraderas y que evite a los ciudadanos estar sorteando una crisis tras otra.
Algunos, como Pedro, solo tienen una cosa en mente. “Yo lo que le pediría a cualquier Gobierno es que nos deje trabajar”, luego de resistir una pandemia, la inseguridad y los múltiples reveses de los cortes de energía.