Donald Trump Jr. inició el martes una visita privada a Groenlandia, un territorio autónomo de Dinamarca codiciado por su padre y que busca obtener soberanía pero que sigue dependiendo financieramente de Copenhague. "Groenlandia pertenece a los groenlandeses", dijo la primera ministra danesa, Mette Frederiksen.

El hijo del presidente electo de Estados Unidos en Groenlandia. El martes 7 de enero, Donald Trump Jr inició una visita privada al territorio autónomo de Dinamarca codiciado por su padre y que busca ganar soberanía, mientras sigue dependiendo financieramente de Copenhague.

"Groenlandia es un lugar increíble y su gente, si se convierte en parte de nuestra nación, se beneficiará enormemente (…). ¡Haz que Groenlandia vuelva a ser grande!", escribió Donald Trump en Truth Social el lunes.

El avión con el sello "Trump" y que transportaba al hijo del presidente electo aterrizó poco antes de las 13:00 GMT en el aeropuerto de Nuuk, a lo largo del fiordo nevado.

Interrogado por la televisión pública groenlandesa y la radio KNR cuando bajó del avión, Donald Trump Jr dijo que estaba allí como un "turista" y que no había planeado ninguna reunión oficial.

"Este viaje es probablemente justo lo que el propio Trump Jr. dice, para hacer contenido de video", dijo a la agencia AFP Ulrik Pram Gad, experto en Groenlandia del Instituto Danés de Estudios Internacionales.

"Lo que es preocupante es la forma en que Trump (padre) habla de las relaciones internacionales y puede empeorar si comienza a 'atrapar países'", dijo Ulrik Pram Gad.

Esta no es la primera vez que el multimillonario estadounidense se interesa por Groenlandia pues ya había considerado comprarlo en 2019 durante su primer mandato y ya se lo habían negado.

"Groenlandia es nuestra. No estamos en venta y nunca lo estaremos", escribió el jefe de Gobierno de Groenlandia, Mute Egede, en Facebook antes del 25 de diciembre después de una sugerencia inicial de anexión.

"La mayoría de los groenlandeses estarán de acuerdo con su primer ministro en que Groenlandia no está en venta, sino abierta a los negocios", dice el investigador.

"No, gracias", dijo la diputada Aaja Chemnitz, que representa a Groenlandia en el Parlamento danés, tras la oferta de Trump. "Es increíble que algunos puedan ser tan ingenuos como para pensar que nuestra felicidad se logra al convertirnos en ciudadanos estadounidenses", escribió en Facebook, negándose a "ser un peón en los ardientes sueños de Trump de expandir su imperio a nuestro país".

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"Groenlandia pertenece a los groenlandeses"

La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, subrayó en el canal danés TV2 que "Groenlandia pertenece a los groenlandeses". "Estados Unidos es nuestro aliado más cercano", agregó.

Con sus 57.000 habitantes repartidos en 2,2 millones de km², lo que representa la densidad de población más baja del mundo, la enorme isla ártica está geográficamente más cerca del continente americano que de Europa.

Colonizada por los daneses en el siglo XVIII, se encuentra a unos 2.500 km de la potencia tutelar, a la que todavía debe una quinta parte de su PIB anual en forma de subvenciones. El otro pilar de la economía local es la pesca.

Autónoma desde 1979, Groenlandia tiene su bandera, su idioma y sus instituciones, pero la justicia, la política monetaria, exterior, de defensa y de seguridad siguen dependiendo de Copenhague.

El cargo de embajador para el Ártico ha cristalizado las tensiones entre las dos capitales porque Dinamarca había nombrado a un diplomático sin vínculos con la región hace dos años.

Un proyecto de Constitución a debatir

A finales de diciembre, el Gobierno danés anunció que Nuuk nombraría a un candidato para el puesto y presidiría el Consejo Ártico en nombre del reino escandinavo.

Durante sus felicitaciones de Año Nuevo, el primer ministro groenlandés dijo que el territorio debe dar "un paso adelante" y dar forma a su futuro "especialmente en lo que respecta a (sus) socios comerciales y a las personas con las que debemos trabajar estrechamente".

En 2023, se presentó un proyecto de Constitución al Parlamento local, el Inatsisartut.

"Desde entonces, no ha habido debate público", dice el investigador Ulrik Pram Gad. Sin embargo, la discusión podría surgir durante la próxima campaña, con las elecciones legislativas locales que se celebrarán a más tardar el 6 de abril.

"Espero más discusiones sobre los pasos formales hacia la independencia, sobre cómo los políticos quieren asegurar el estado de bienestar y el futuro de Groenlandia".

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Artículo adaptado de su original en francés