El martes, Donald Trump no descartó el uso de la coerción militar o económica para hacerse con el control de Groenlandia o del canal de Panamá. Las declaraciones provocaron el rechazo de los ministros de Exteriores de Francia y de Panamá. La primera ministra danesa pidió respeto para el pueblo groenlandés que, aseguró, es "el único que puede decidir su futuro".

Se agudiza la controversia y crecen las reacciones por los comentarios del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que el martes no descartó el uso de la fuerza para tomar el canal de Panamá o incluso de Groenlandia, territorio autónomo que pertenece al Reino de Dinamarca.

Las declaraciones de Trump —que entrará a la Casa Blanca en dos semanas— han provocado una oleada de reacciones.

Trump evitó desestimar el uso de la fuerza militar o de la coerción económica para tomar el control del canal de Panamá, o de Groenlandia.

Consultado por un reportero durante una conferencia de prensa en su residencia en Mar-a-Lago, Florida, Trump respondió un escueto "no", cuando este le preguntó si podía "asegurar al mundo que, mientras intenta hacerse con el control de estas zonas, no va a utilizar la coerción militar o económica".

Sin embargo, cuando le preguntó si tiene alguna estrategia sobre tomar el control de esos territorios, dijo "no se lo puedo asegurar. Está hablando de Panamá y Groenlandia. No, no puedo asegurarle nada sobre ninguno de esos dos. Puedo decir esto: los necesitamos para la seguridad económica". 

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Los comentarios acrecientan la tensión política y las relaciones diplomáticas con varios países, apenas a dos semanas de que el ganador de la contienda electoral del 5 de noviembre ingrese a la Casa Blanca. En los últimos días, Trump también ha dicho que Canadá debería ser parte de Estados Unidos y que el golfo de México debería llamarse "golfo de Estados Unidos".

Groenlandia es un territorio autónomo que durante más de 600 años ha formado parte del Reino de Dinamarca, que le confirió en 1979 la autonomía y transfirió la mayor parte de las competencias a las autoridades locales. 

Según lo acordado en el Referendo de Autonomía de 1979, Groenlandia pasó a contar con un Parlamento local y a obtener mayor soberanía en áreas como educación, salud, pesca y medio ambiente, aunque continúa siendo uno de los dos territorios autónomos del Reino, junto con las Islas Faroe. Los ciudadanos de Groenlandia disfrutan del estatus de ciudadanos europeos, pero son los groenlandeses los que pueden decidir su independencia, a través de referendos o consultas internas.

El territorio es vasto y muy  rico en minerales y petróleo, aunque la explotación de petróleo y uranio está actualmente prohibida. Pese a esto, es también un punto estratégico desde el punto de vista geopolítico. Estados Unidos posee una base militar y aeroespacial allí, lo que le da acceso al Ártico y a Europa y representa un punto vital en la defensa al permitirle anticipar amenazas y alertas tempranas de misiles.

"Groenlandia es para el pueblo groenlandés"

La respuesta a los comentarios de Trump —que en 2019 ya sugirió que EE. UU. podría “comprar” Groenlandia— no tardó en llegar por parte de la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, quien reiteró que el territorio autónomo no está en venta.

“Voy a dejar muy claro, que visto con los ojos del Gobierno danés, Groenlandia es para el pueblo groenlandés… como ya ha dicho el presidente del Gobierno de Groenlandia, Mute Egede, Groenlandia no está en venta. Estados Unidos es nuestro aliado más cercano y queremos trabajar estrechamente con él en todas las cuestiones de defensa y seguridad… Quiero animar a todos a respetar que el pueblo groenlandés es un pueblo, es una población. Es de su país de lo que estamos hablando aquí, y a mis ojos solo Groenlandia puede decidir y definir el futuro de Groenlandia”, expresó.

El ministro de Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, también respondió a Trump y afirmó que, pese a que no cree que Estados Unidos invada Groenlandia, la Unión Europea no permitiría ataques en sus fronteras.

“Es un territorio europeo. Así que, por supuesto, está fuera de lugar que la Unión Europea permita a cualquier nación del mundo, sea cual sea —y permítanme decir que empezando por Rusia— pretenda traspasar sus fronteras soberanas”.

"No hay duda de que la Unión Europea no permitiría a otros países del mundo atacar sus fronteras soberanas, sean quienes sean", reiteró Barrot a la radio local France Inter.

Los comentarios de Trump dejan vislumbrar una agenda con intereses expansionistas, dos semanas antes de que preste juramento al cargo e ingrese oficialmente en la Casa Blanca, el 20 de enero.

Trump ha dado señales de que impulsará una política exterior sin ataduras y sin sutilezas diplomáticas. Una política que incluye también reprimendas a los socios de la OTAN y amenazas de retirarse de la alianza si los países miembros no pagan o cumplen con su cuota de gasto de al menos 2% de su PIB en defensa.

"Si me preguntan si creo que Estados Unidos invadirá Groenlandia, mi respuesta es no. Pero, ¿hemos entrado en una época en la que sobrevive el más apto? En ese caso, mi respuesta es sí. ¿Debemos dejarnos intimidar, dejar que la preocupación se apodere de nosotros? Por supuesto que no", afirmó Barrot.

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"La soberanía de nuestro canal no es negociable"

En Panamá, los comentarios de Trump sobre el canal también provocaron reacciones del Gobierno de este país. El ministro de Relaciones Exteriores de Panamá, Javier Martínez-Acha, defendió la soberanía del país sobre el canal, a pesar de las amenazas de Trump, de una posible intervención militar o económica.

Martínez-Acha enfatizó que el control del canal no es negociable y permanecerá bajo la autoridad panameña. También negó que el país haya recibido oferta alguna por la compra del canal, construido y administrado durante décadas por Estados Unidos, pero este cedió el control a Panamá en 1977 a través del Acuerdo Torrijos-Carter, firmado por el presidente Jimmy Carter y el entonces dictador y Omar Torrijos. La cesión y transferencia oficial del control sobre la vía marítima se materializó el 31 de diciembre de 1999.

“La soberanía de nuestro canal no es negociable y es parte de nuestra historia de lucha y de una conquista irreversible… las únicas manos que controlan el canal son panameñas, y así seguirá siendo… Las opiniones que ha dicho hoy el señor Trump de que ha hablado de cierta cantidad de dinero no son ciertas. No se ha recibido ningún tipo de oferta, que quede claro, el canal es panameño y lo seguirá siendo".

 

Con Reuters, AP y medios locales