Este 2024, América Latina continúa siendo una de las regiones con flujos migratorios irregulares más intensos en todo el planeta. En el Darién, límite natural entre Colombia y Panamá, las duras política han mermado el número de cruces. Mientras, en la frontera entre México y Guatemala las personas migrantes siguen llegando en medio de la incertidumbre por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. 

Desde el 2000, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el 18 de diciembre como el Día Internacional del Migrante. Una fecha que tiene por objetivo reconocer la valía de la comunidad migrante, regular e irregular, en el mundo, además de visibilizar los distintos obstáculos, retos y complejidades a los que millones de personas se enfrentan lejos de sus hogares.

"Este día nos brinda una oportunidad especial para centrar nuestra atención en las inestimables contribuciones de los millones de migrantes en todo el mundo (…) Prosigamos nuestro empeño por construir un mundo donde la migración sea segura, ordenada y provechosa para todas las personas", dijo Amy Pope, directora general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)

Este año, la migración estuvo en el centro del debate internacional durante las campañas políticas alrededor del mundo, con el auge de partidos y figuras conservadoras en todo el mundo que impulsan una narrativa cada vez más prohibicionista en torno a la migración, construyendo un panorama futuro aún más complicado para la movilidad humana.

Según el más reciente Informe sobre las Migraciones de la OIM, alrededor de 117,1 millones de personas han sido desplazadas de manera forzosa de sus lugares de origen, una gran parte de ellas provenientes de América Latina, una región lastrada por la desigualdad económica y diversos conflictos sociopolíticos.

Desde 1970, Estados Unidos es el principal destino de los flujos migratorios internacionales y su frontera con México fue la más transitada en el año, con alrededor de 11 millones de personas.

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Los cruces por el Darién caen un 41% en comparación con el 2023

El Tapón del Darién, frontera natural entre Panamá y Colombia, es uno de los corredores migratorios más transitados de la región. Se trata del puente territorial más popular para cruzar desde Suramérica a Centroamérica y continuar con la travesía que, en la mayoría de los casos, tiene a Estados Unidos como destino final.

En 2024, alrededor de 300.549 personas migrantes cruzaron por la espesa y peligrosa jungla, un 41% menos en comparación con los números registrados en 2023, cuando la zona experimentó cifras récord en los cruces migratorios, con más de 520.000 personas transitando por el territorio selvático, según datos del Servicio Nacional de Migración panameño.

El decrecimiento en los cruces responde a un claro endurecimiento de las políticas migratorias panameñas, que ha incluido la implementación de una estrategia de deportaciones masivas y el uso de alambres de púas para cerrar distintas rutas utilizadas por las personas migrantes para cruzar por la selva, conocida por su complejidad geográfica y la presencia de grupos armados en la zona.

El tren de Aragua, el Clan del Golfo y distintas pandillas salvadoreñas son algunos de los grupos criminales que controlan la zona y amenazan la integridad de las personas migrantes que se atreven a cruzar.

Aunque los números han bajado, las autoridades panameñas vaticinan un 2025 mucho más estricto en torno a las políticas migratorias después de la elección de Donald Trump en los comicios presidenciales estadounidenses del pasado 5 de noviembre.

"El programa que firmamos con Estados Unidos (…) se prevé que pudiera tener mayor incremento. Todo depende de los cambios de política que se den. No hemos tenido ninguna conversación oficial, hasta el momento, pero se prevé esa situación porque es la intención que hemos visto del presidente electo (Donald Trump)", señaló Roger Mojica, director del Servicio Nacional de Migración panameño, para EFE.

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La preocupación aumenta en la frontera sur de México

A pesar del decrecimiento en los cruces migratorios a través del Darién, más al norte, en la frontera entre México y Guatemala, se ha intensificado la presencia de personas migrantes, que, en medio de preocupaciones por el regreso de Trump y su estricta política migratoria, continúan organizando caravanas para transitar por territorio mexicano y llegar a la frontera con Estados Unidos. 

Según datos del Instituto Nacional de Migración mexicano (INM), las autoridades mexicanas reportaron 925.085 "encuentros" con personas migrantes en el sur del país en el periodo de enero a agosto del 2024. Un aumento del 131,86% en comparación con el año pasado. 

La localidad de Tapachula, en el estado sureño de Chiapas y fronteriza con Guatemala, es uno de los territorios donde más se concentra la población migrante en México, con una comunidad de alrededor de 70.000 personas de más de 20 nacionalidades. 

Desde la elección de Trump, la intriga y desesperanza ha aumentado entre la comunidad migrante estacionada en el sur mexicano, intensificando sus esfuerzos para salir lo más pronto del país latinoamericano y poder cruzar a territorio estadounidense antes del 20 de enero, día de investidura del nuevo inquilino de la Casa Blanca.

“El tema de Donald Trump es durísimo, porque nos marca un ritmo de lo que suceda en Estados Unidos y en la frontera de México, en la norte, (eso) marca un ritmo acá. Ayer mismo, salió una caravana y es producto de esa incertidumbre que se vive en la región, la reacción es de incertidumbre, de temor, de querer salir", mencionó Karen Pérez, directora nacional del Servicio Jesuita a Refugiados México, para EFE.

En el norte mexicano, la comunidad migrante ha optado por expresar su malestar en torno a las amenazas del presidente electo estadounidense. En el marco del Día Internacional del Migrante, alrededor de un centenar de personas migrantes protestaron en contra de las promesas de campaña trumpistas en el puerto de San Ysidro, en la fronteriza Tijuana. 

En su regreso a la Casa Blanca, Trump ha prometido endurecer al extremo la política migratoria estadounidense, amenazando con implementar "la operación de deportación más grande" en la historia del país, así como reinstaurar restricciones de viaje desde países de mayoría musulmana o en conflicto sociopolítico, como Venezuela

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Con EFE y medios locales