El 6 de enero de 2021, la sede del Congreso de Estados Unidos fue blanco de un ataque inédito por parte de una multitud de seguidores de Donald Trump. Hoy, cuatro años más tarde, el líder republicano cuenta con la absolución del ‘impeachment’ que afrontó acusado de alentar la sublevación y el caso está congelado ante la Justicia ordinaria, mientras se prepara para su retorno a la Casa Blanca con la promesa de indultar a los implicados. ¿Insurrección premiada? Revisamos las claves del histórico asalto.
¿Impunidad? Es la pregunta de muchos cuatro años después del asalto al Capitolio, marcado por el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca y la promesa de indultar a los implicados.
El 6 de enero de 2021, parte del Capitolio prendió en llamas y miles irrumpieron en la sede del corazón de la democracia estadounidense.
Aunque las imágenes parecían sacadas de una historia de ficción, correspondieron al intento de una turba de simpatizantes del entonces presidente Donald Trump por frenar la certificación formal de la derrota del mandatario en las elecciones que ganó su sucesor, el demócrata Joe Biden.
Ahora, cuatro años más tarde de lo que parecía inverosímil, han sido varios los intentos por juzgar a Donald Trump, el acusado de alentar la sublevación. Pero hasta ahora, ninguno de esos procesos ha resuelto una medida contra el líder republicano.
El cuarto aniversario del asalto al Capitolio coincide con la jornada de certificación de la victoria de Donald Trump para su segundo mandato, aunque no consecutivo, tras las elecciones del pasado 5 de noviembre. El mismo proceso que recriminó hace cuatro años cuando perdió los comicios.
Un Trump victorioso regresa a la Presidencia con la promesa de indultar a más de 1.500 acusados de delitos por sus acciones relacionadas con los disturbios. ¿Pasará EE. UU. la página del asalto al Capitolio sin consecuencias?
En contexto: ¿qué antecedió al asalto al Capitolio?
Meses antes, durante la campaña presidencial de 2020, en repetidas ocasiones el entonces presidente y candidato, Donald Trump, repitió sin pruebas que se avecinaba un fraude electoral, en una pugna por el Ejecutivo que disputaba con el demócrata, ahora presidente saliente, Joe Biden.
Pero entre las acciones que más han apuntado contra Trump está un video difundido pocos minutos antes de la insurrección en el que el entonces mandatario alentó a sus simpatizantes a ir a la sede del Legislativo.
"Caminaremos hasta el Capitolio y vitorearemos a nuestros valientes senadores y congresistas", afirmó Trump, incluyéndose en la marcha en la que, sin embargo, nunca participó.
Horas después, la primera potencia vivió una jornada inédita. Mientras los legisladores certificaban la victoria de Biden, una turba de seguidores de Trump escalaron muros, rompieron vidrios e irrumpieron en la sede del Congreso.
La sesión fue interrumpida y los congresistas fueron llevados a un sitio seguro. El lugar quedó colmado de alborotadores que deambulaban, algunos defecando y llamando con amenazas a los líderes, otros enzarzados en un combate cuerpo a cuerpo con los agentes de la Policía.
Sus palabras se produjeron durante más de una hora de discurso ante miles de sus seguidores que lo escucharon en el Monumento a Washington el 6 de enero, en la misma jornada en que el Congreso certificaba la victoria de Biden.
Muchos de los que irrumpieron en el Capitolio se hacían eco de las falsas afirmaciones de Trump sobre el fraude electoral. Algunos de sus simpatizantes gritaron con amenazas los nombres de políticos destacados, en particular el de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, y el entonces vicepresidente Mike Pence, que se negó a intentar objetar la victoria de Biden.
Cinco personas murieron en medio del mayor golpe a la democracia estadounidense. Horas más tarde, ya caída la noche, los legisladores que habían evacuado ambas cámaras regresaron para terminar de certificar la victoria de Biden.
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¿Qué ha cambiado desde el asalto al Capitolio?
Hay nuevas reglas de procedimiento en vigor tras lo ocurrido hace cuatro años, cuando los republicanos repitieron sin pruebas la afirmación de Trump de que la elección fue “fraudulenta” y desafiaron los resultados que sus propios estados habían certificado.
Según los cambios a la Ley de Recuento Electoral, ahora se requiere que una quinta parte de los legisladores, en lugar de solo uno en cada cámara, plantee cualquier objeción a los resultados de las elecciones.
Además, las medidas de seguridad se han tornado aún más estrictas. La actual alcaldesa, Muriel Bowser, ordenó calificar como un "acontecimiento de seguridad especial" el proceso de certificación de este lunes.
Se trata de la primera vez en la historia moderna de EE.UU. en que ese proceso de formalidad postelectoral es calificado de esa manera, lo que implica mayores recursos federales para reforzar la vigilancia.
Con una seguridad tan estricta como la que se aplica para el Super Bowl o los Juegos Olímpicos, las fuerzas del orden están en alerta máxima por si se intentara un ataque similar, aunque no se espera que eso ocurra en esta ocasión. Tampoco estará permitido el ingreso de turistas.
A diferencia de hace cuatro años, los republicanos, que se reunieron con Trump a puertas cerradas en la Casa Blanca antes del 6 de enero de 2021 para elaborar un plan complejo con el fin de impugnar su derrota electoral, esta vez han aceptado los resultados que les favorecen tras la obtención de la victoria.
Entre ellos, el representante Andy Biggs, republicano por Arizona, que lideró la impugnación en el pleno de la Cámara en 2021, quien subraya que ahora no hay indicios para refutar. Esta vez, "creo que la victoria fue tan decisiva que sofocó la mayor parte de eso", sostuvo en referencia a los reclamos infundados de las previas elecciones presidenciales.
Los demócratas, que han planteado objeciones simbólicas en el pasado- incluso durante la disputada elección de 2000 que Al Gore perdió ante George W. Bush y que finalmente fue decidida por la Corte Suprema- remarcan que no tienen intención de objetar.
El líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, ha señalado que el Partido Demócrata no está "infestado" de negacionismo electoral.
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Las acusaciones de las que Trump ha salido airoso
Aunque las acusaciones de Donald Trump y su equipo de abogados fueron descartadas por los tribunales de los distintos estados donde su equipo interpuso demandas, el ahora mandatario entrante sigue ratificando esas afirmaciones.
El republicano fue absuelto por este caso en su segundo 'impeachment', la mayoría de demócratas que votó contra el entonces jefe de Estado lo señaló como el principal autor e instigador del ataque al Capitolio tras sus reiteradas declaraciones de que las elecciones le habían sido “robadas”.
Su absolución mediante un juicio político llegó el 13 de febrero de 2021, cuando el Senado no logró los dos tercios necesarios para condenar a quien para entonces ya era expresidente. Donald Trump completó así dos juicios políticos y dos absoluciones.
Con 57 votos a favor del 'impeachment' y 43 en contra, Trump fue declarado no culpable. El cargo que enfrentaba era “incitación a la insurrección”.
Si bien hubo más votos a favor de condenar al exmandatario, la legislación estadounidense dictamina que para declararlo culpable en un juicio político era necesario el respaldo de dos tercios del Senado. Esto correspondía a 67 legisladores. Y como no se alcanzó esa votación, Trump fue absuelto.
Los resultados demostraron que siete republicanos se unieron a los demócratas, ya que en la Cámara Alta había un empate de 50 senadores de cada partido. Para condenar a Trump por sus declaraciones frente a la toma del Capitolio era necesario que por lo menos 17 republicanos votaran en su contra, un escenario que no ocurrió, tal como estaba previsto.
Años más tarde, Trump volvería a salir airoso frente a esas acusaciones, esta vez frente a la Justicia ordinaria.
El 9 de noviembre de 2024, solo cuatro días después de ganar por segunda vez las elecciones presidenciales, Una jueza de distrito en Washington concedió la petición del fiscal especial del Departamento de Justicia, Jack Smith, de pausar el juicio contra Trump por su presunto rol en el asalto al Capitolio.
Trump vuelve así airoso a la Presidencia, sin casos penales que alteren su mandato. Aún no está claro si la Justicia reanudaría alguno de sus procesos una vez vuelva a abandonar el Ejecutivo. Por ahora, los casos en su contra están congelados.
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El retorno de Trump y su promesa de indultar a los implicados en la insurrección
El cuarto aniversario del ataque del 6 de enero al Capitolio tiene un nuevo enfoque mientras los legisladores se preparan para los posibles movimientos de Donald Trump, quien promete que pronto pueda indultar a muchas de las más de 1.500 personas acusadas de delitos por sus acciones relacionadas con los disturbios.
Trump aseguró que otorgaría indultos a los alborotadores el “día uno” de su Presidencia, que comienza el próximo 20 de enero.
“Lo más probable es que lo haga muy rápidamente”, sostuvo recientemente en una entrevista con ‘NBC’. “Esas personas han sufrido mucho y puede haber algunas excepciones. Tengo que mirar. Pero, ya sabes, si alguien fue radical, loco”, indicó.
Su promesa, anunciada desde su pasada campaña que lo lleva de nuevo Casa Blanca, eclipsa incluso su propia certificación este lunes.
La republicana de la Cámara de Representantes, Marjorie Taylor Greene, aseguró que ha hablado extensamente con Trump y lo está presionando para que indulte a todos los que participaron en el asedio. Pocos republicanos van tan lejos, pero muchos creen que es apropiado que Trump analice los indultos caso por caso.
“Aquí estamos casi cuatro años después. Muchas de estas personas han estado en prisión desde 2021. Incluso los que lucharon contra la Policía del Capitolio, causaron daños al Capitolio, creo que han cumplido su condena y creo que todos deberían ser indultados y liberados de prisión (…) Algunas de estas personas han recibido sentencias de prisión: 10 años, 18 años y más. Creo que es una injusticia. Es un sistema de justicia de dos niveles y es hora de ponerle fin”, remarcó Greene.
Más de 1.250 personas se han declarado culpables o han sido condenadas tras juicios relacionados con el 6 de enero y más de 650 han recibido penas de prisión, que van desde unos pocos días hasta 22 años.
Pero en contraste, los agentes de la Policía que defendieron el Capitolio se muestran particularmente indignados por los posibles indultos. Muchos de ellos fueron golpeados, algunos con sus propias armas, mientras intentaban contener a la turba. Ese 6 de enero, unos 140 agentes resultaron heridos, lo que lo convierte en “probablemente el mayor ataque masivo de un solo día contra las fuerzas del orden” en la historia de Estados Unidos, subrayó Matthew Graves, el fiscal federal saliente en la capital del país.
“No se puede estar a favor de los agentes de Policía y del estado de derecho si se perdona a personas que traicionaron esa confianza, hirieron a agentes de policía y saquearon el Capitolio”, indicó el sargento de policía del Capitolio Aquilino Gonell, quien se retiró debido a sus heridas después de luchar contra los alborotadores.
Algunos republicanos en el Congreso, incluso aquellos estrechamente alineados con Trump, sugirieron que no todos los infractores del asalto al Capitolio deberían recibir el mismo trato.
Está por verse si Trump cumplirá su promesa y si su posible decisión causará fricciones dentro del partido gobernante.
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Con Reuters, AP y medios locales