El presidente electo de EE. UU., Donald Trump, y la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, ofrecen versiones distintas de su conversación sobre migración y aranceles. El republicano declaró una “victoria” tras asegurar que la líder latinoamericana “acordó detener la migración a través de México”. Sin embargo, Sheinbaum remarcó que su país ya está haciendo su parte y que no cerrará su frontera. Trump presiona con el alza de aranceles para cumplir sus objetivos en materia migratoria.

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, prepara su nueva entrada a la Casa Blanca, el próximo 20 de enero.

El que se convertirá en dos veces mandatario de la primera potencia, aunque no de manera consecutiva, sostuvo una esperada comunicación con la presidenta de México Claudia Sheinbaum, con cuyo país comparte una extensa frontera e importantes asuntos comerciales.

Ambos sostuvieron el miércoles una conversación telefónica enfocada en la inmigración en medio de las recientes amenazas de Trump de aumentar los aranceles a Canadá y México, como parte de su esfuerzo por acabar con la inmigración irregular y el tráfico de drogas. Sin embargo, lo divulgado por ambas partes sobre lo discutido resulta contradictorio.

El polémico líder republicano aseguró que la conversación resulto  en una "victoria"para los intereses estadounidenses, ya que Sheinbaum “aceptó detener la migración a través de México”, en alusión a un posible cierre de la frontera entre ambos países.

La presidenta mexicana "aceptó detener la migración a través de México y hacia Estados Unidos, cerrando así de manera efectiva nuestra frontera sur. También hablamos sobre lo que se puede hacer para detener el flujo masivo de drogas a los Estados Unidos y también el consumo de estas drogas en los Estados Unidos. ¡Fue una conversación muy productiva!", declaró el mandatario electo mediante su plataforma Truth Social.

La posición de México no es cerrar fronteras, sino construir puentes entre gobiernos y entre pueblos

Pero la mandataria mexicana declaró por separado que durante la conversación le aseguró a Trump que su país ya está "haciéndose cargo" de las caravanas de migrantes y que no planea cerrar la frontera.

“Reiteramos que la posición de México no es cerrar fronteras, sino construir puentes entre gobiernos y entre pueblos”, remarcó Sheinbaum, quien agregó que se trató de una "excelente conversación".

"Le dije que las caravanas no están llegando a la frontera norte (de Estados Unidos), porque México se está haciendo cargo de ellas (…) También hablamos de reforzar la cooperación en materia de seguridad, en el marco de nuestra soberanía, y de la campaña que estamos llevando a cabo para prevenir el consumo de fentanilo”, agregó la jefa de Estado.

La información difundida por Trump no ha sido ampliada con más detalles por parte de su equipo y por el momento enfrenta limitaciones, ya que el presidente sigue siendo Joe Biden. La posesión del republicano será el próximo 20 de enero.

Además, las llegadas no autorizadas a la frontera entre EE. UU. y México han caído un 40% desde un máximo histórico el pasado diciembre tras alcanzar una mayor cooperación desde México, incluso bajo el gobierno del anterior presidente, Andrés Manuel López Obrador, una cooperación que ahora Trump parece adjudicarse.

Los cruces fronterizos irregulares se redujeron tras la imposición de medidas más estrictas lanzadas por la Administración Biden hacia el fin de su mandato-que contrastaron con su flexibilización al inicio de su mandato- de cara a las pasadas elecciones presidenciales, en las que intentó la reelección antes de retirarse de la contienda y ceder la candidatura a su vicepresidenta, Kamala Harris, quien finalmente perdió en las urnas frente a Donald Trump.

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Trump presiona con aranceles; Sheinbaum advierte represalias

La conversación entre los dos líderes tuvo lugar en momentos en que el presidente entrante de Estados Unidos amenaza con subir los aranceles para sus países vecinos, como una forma de presión para cumplir sus aspiraciones para reducir la inmigración no autorizada y el paso de narcóticos.

Trump amenazó recientemente con imponer aranceles del 25% a México y Canadá, sus socios en el acuerdo comercial T-MEC, cuando asuma su segundo mandato. Según Trump, la medida se mantendrá hasta detener lo que llamó la "invasión" de drogas y "migrantes ilegales" a Estados Unidos.

La rápida declaración de Trump de "victoria" tras su diálogo con Sheinbaum, incluso si la subida de aranceles no se materializa, daría al republicano una herramienta para confirmar ante sus partidarios el valor de amenazar a otros países con mayores impuestos sobre las importaciones.

Las medidas, anunció el mandatario electo, también se extenderían a China, país con el que pretende mantener un pulso comercial que se extiende desde su pasado gobierno, añadiendo un 10% a las tasas actuales.

La propuesta de los aranceles, a juzgar por la conversación entre ambos mandatarios, sigue sin estar clara.

El presidente electo afirma que los aranceles impuestos a la importación crearán más puestos de trabajo en las fábricas de su país, reducirán el déficit federal, bajarán los precios de los alimentos y permitirán al Gobierno subvencionar guarderías.

Sin embargo, Sheinbaum advirtió que esa medida acabaría con 400.000 empleos en Estados Unidos y subiría los precios de los productos para los consumidores de su vecino país. Incluso, la mandataria advirtió represalias.

"Si hay aranceles estadounidenses, México también los subiría", afirmó la presidenta mexicana durante una conferencia de prensa, en su declaración más clara hasta el momento frente a posibles medidas comerciales de revancha contra su principal socio comercial.

Además, el pasado 26 de noviembre, la jefa de Estado remarcó que no es con aranceles como se detiene el masivo flujo migratorio.

“No es con amenazas ni con aranceles como se va a atender el fenómeno migratorio ni el consumo de drogas en Estados Unidos. Se requiere de cooperación y entendimiento", subrayó.

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Con EFE, AP y Reuters