Uno de los mayores desafíos del nuevo gobierno de Donald Trump será muy probablemente la gestión de las relaciones con Irán y China, dos rivales históricos de Washington. Analistas apuntan a que, aunque el magnate ha dado señales de reforzar su política de “Estados Unidos primero”, las posturas para su segundo mandato son impredecibles.

Desde este 20 de enero, Donald Trump es el encargado nuevamente de gestionar la compleja política exterior estadounidense y, en ese escenario, hay dos actores claves: China e Irán.

¿Qué tiene en mente el magnate republicano sobre las relaciones con Beijing y Teherán? ¿Cambiará sus posturas, las endurecerá o buscará acercamientos? ¿Cómo se puede interpretar la invitación a su investidura del presidente chino?

Como antecedente está su primer mandato: durante su Administración 2016-2020, el magnate republicano se salió del acuerdo nuclear con Irán y declaró una guerra comercial y tecnológica a China. Pero no es seguro que repita su política.

"El carácter de Trump es fundamentalmente el mismo" que en su primer mandato: "volátil, obstinado, contradictorio", resume David Greenberg, profesor de historia y periodismo en la Universidad de Rutgers. De ahí de las preguntas sobre la relación con sus dos rivales históricos.

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¿La misma política en un escenario diferente?

Cuando fue presidente por primera vez, entre 2016 y 2020, Trump impuso sanciones severas a Teherán y desvinculó a Estados Unidos de un acuerdo de seis países que buscaba ponerle fin al programa nuclear iraní, uno de los mayores temores para Occidente y el resto del mundo. 

El republicano se encargó durante su primera Administración de llevar a cabo una campaña de “máxima presión” hacia Irán. 

Se espera que en este nuevo Gobierno, “apretar el cerco económico en torno a Irán sea nuevamente una prioridad de política exterior desde el primer día”, aseguró un exfuncionario de Trump en diálogo con el medio ‘Politico’ y que habló en condición de anonimato. 

Un punto en el que coincide el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) -organización estadounidense que estudia la política exterior y las relaciones internacionales de Estados Unidos-, que señala que Trump “volverá a la política de 'máxima presión' de su primer Gobierno, que pretendía apretarle las tuercas económicas a Irán ampliando las sanciones estadounidenses contra la república islámica y aumentando la aplicación de las sanciones ya vigentes”. 

“Volverá a la política de 'máxima presión' de su primer Gobierno, que pretendía apretarle las tuercas económicas a Irán ampliando las sanciones estadounidenses contra la república islámica y aumentando la aplicación de las sanciones ya vigentes". 

Sin embargo, el Medio Oriente que encontrará Trump no es el mismo que existía durante su primer mandato. En la actualidad el continente está atravesado por crisis en múltiples frentes: el alto el fuego tras una guerra de 15 meses en Gaza, la caída de Bashar al-Assad en Siria y el llamado Eje de la Resistencia sorteando el declive de su posición en la región. 

En ese sentido, Irán tampoco es el mismo país que era cuando Trump estaba a cargo de la Casa Blanca por primera vez, el debilitamiento de sus aliados (Hamás, Hezbolá y Al-Assad) y la crisis al interior de la nación islámica dejan a Teherán en una posición diferente.

Por ello, es difícil predecir si el nuevo presidente estadounidense tomará ventaja de la actual condición iraní. Tampoco es fácil determinar cómo reaccionará el país islámico al regreso de Trump. 

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Por ahora, Irán parece mostrarse dispuesto a reanudar las conversaciones sobre los acuerdos nucleares y los detalles de su programa en este aspecto. 

El pasado 3 de enero el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, aseguró en diálogo con la emisora estatal china ‘CCTV’ que su país estaba dispuesto a reanudar estas negociaciones y a volver al marco de construcción de confianza del acuerdo del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), el acuerdo sobre el programa nuclear iraní establecido entre Irán, la Unión Europea y otros países en 2015. 

Al respecto, el CFR indica que Teherán podría “utilizar las negociaciones como una forma de ganar tiempo para abordar sus vulnerabilidades”. 

Otro punto importante sobre la relación entre Estados Unidos e Irán es el enfrentamiento de este último con Israel, puesto que Washington es uno de los aliados más fuertes del Gobierno de Netanyahu. 

De hecho, de haber un posible enfrentamiento entre estos dos rivales “es probable” que Estados Unidos “apoye a Israel en un enfrentamiento directo contra Irán”, según Rodolfo Colalongo, docente e investigador de la Universidad Externado de Colombia. 

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¿Estará China cerca o lejos de Trump en este segundo mandato?

Sin duda, China será otro de los temas a los que Trump dedicará gran parte de su atención durante este segundo mandato.

La nación asiática suele desafiar los planes de Estados Unidos en materia económica y comercial y, con el tiempo, ambos países han consolidado una relación de altibajos marcada por las decisiones de quien ocupe la Oficina Oval.

En ese sentido, Trump aseguró durante su más reciente campaña presidencial que uno de sus objetivos es priorizar la fabricación y los productos de su país. 

Es por eso que ha prometido imponer aranceles mayores a todas las importaciones que entren a suelo estadounidense. En el caso de los productos chinos, Trump ha dicho que impondrá aranceles del 60% a todo lo que provenga del país asiático. 

De acuerdo con expertos consultados por la cadena británica ‘BBC’, estos nuevos aranceles podrían encender “los bienes de consumo” y “avivar la inflación”. La subida arancelaria también ha sido planteada para el caso de los productos canadienses y mexicanos

Trump ha afirmado que los aranceles se mantendrán sobre los productos chinos hasta que Beijing reduzca el aumento del flujo de fentanilo, una poderosa y letal droga que ha causado miles de muertes en EE. UU.

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Por su parte, Marco Rubio, senador de Florida y nominado por Trump para el jefe de la diplomacia estadounidense, ha advertido que, sin medidas, el país vivirá en un mundo “en el que gran parte de lo que importa a diario, desde la seguridad hasta la salud, dependerá de si los chinos permiten tenerlo o no".

¿Cambiará Trump de posición frente a Beijing en comparación con su primera Administración? El analista Colalongo no cree que “la postura de Trump respecto a China diste mucho de su anterior Administración”.  

El experto explica que el republicano “identifica a China como su principal rival económico-comercial y aplicará todas las medidas para reducir la brecha que existe entre ambos, no solo en sus relaciones bilaterales sino también en la pérdida de mercado global que ha perdido EE. UU. a favor de China”. 

Sin embargo, antes de su juramentación, Trump avanzó señales sobre su relación con Beijing. Esta semana el magnate sostuvo una llamada con el presidente chino, Xi Jinping, en la que discutieron temas como el futuro de TikTok en Estados Unidos ante su cierre. 

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Además, el mandatario chino fue incluido en la lista de líderes de países invitados a la toma de posesión de Trump, en la que también están mandatarios de tendencia de extrema derecha como Javier Milei (Argentina), Nayib Bukele (El Salvador) o Giorgia Meloni (Italia). 

¿Qué busca el republicano con la sorpresiva invitación a Xi?: 

“Posiblemente, dejarle en claro a China que EE. UU. sigue siendo una potencia global, aun cuando haya perdido terreno en lo político-comercial”, puntualiza Colalongo.

Con AP y medios locales