Las mociones de censura se quedaron cortas en la Asamblea Nacional. Pero el recurso presentado por la agrupación Liot, que no logró su objetivo por solo nueve votos, sembró dudas sobre la fuerza política de Emmanuel Macron en la actualidad. En las calles, los sindicatos franceses ya anunciaron nuevas manifestaciones masivas para el 23 de marzo. Tanto dentro como afuera del Parlamento, los escenarios son complejos para el mandatario francés.

"El Gobierno ya está muerto a ojos de los franceses", aseguró Mathilde Panot, líder del partido Francia Insumisa, momentos después de que se anunciaran los reñidos resultados de la votación sobre la moción de censura contra el Gobierno francés.

El fracaso de los recursos respaldados por partidos de todo el espectro político francés desde la extrema derecha hasta la izquierda, pasando por los centristassignifica que la primera ministra, Élisabeth Borne, seguirá en funciones y que la reforma saltó el último obstáculo parlamentario para ser implementada.

Pero la victoria, lejos de alegrar a los funcionarios macronistas, preocupa a un gran sector del Gobierno. No se esperaba que una de las mociones de censura, la presentada por el grupo independiente Liot, contara con 278 votos en el hemiciclo francés, solo nueve debajo de los 287 votos necesarios para destituir a la primera ministra.

Los resultados han delatado una debilidad del macronismo en el Parlamento, mayor a la que muchos esperaban. Y aunque el puesto del presidente, Emmanuel Macron, no corría peligro directo ante la moción de ser aprobada, solo hubiera afectado a la primera ministra— su figura ha salido debilitada.

Todo parece indicar que la percepción del pueblo francés hacia el mandatario ha empeorado drásticamente desde la decisión de utilizar el 49.3 para aprobar su política insignia.

"La moción de censura es una señal de debilidad"

Para Eugénie Richard, docente e investigadora en la Universidad Externado de Colombia, los acontecimientos más recientes sobre la reforma a las pensiones ponen a tambalear la fuerza política del mandatario.

"La moción de censura muestra que el Gobierno de Emmanuel Macron no ha podido ni reunir a los franceses, ni convencer a fuerzas políticas distintas a sus seguidores de que el proyecto político vale la pena", mencionó Richard para France 24.

Además, hizo hincapié en que esta decisión parlamentaria era de esperarse desde la determinación del Ejecutivo de aprobar por decreto la polémica ley, que pretende elevar la edad de retiro de los trabajadores franceses de 62 a 64 años.

Una parte de la ciudadanía no solo percibe con disgusto la reforma pensional el 70% de los franceses rechazan la polémica ley, según encuestas como la de 'Elabe’—sino que también están desencantados con el presidente.

"Los franceses percibían desde antes que Macron era una persona que los despreciaba y que no escuchaba a las calles, al pueblo. Lo que acaba de pasar confirma y agrava esta opinión", asegura Richard.

¿Qué le depara a Macron y a su reforma pensional?

El Gobierno francés se enfrenta a un Poder Legislativo sumamente hostil a sus políticas que, desde antes del anuncio de la reforma pensional, ya había bloqueado varias de sus iniciativas.

La ley que tiene a Francia en vilo está muy cerca de ser implementada, aunque aún existen movidas políticas para darle marcha atrás. Se espera que la oposición parlamentaria presente recursos legales contra la ley ante el Consejo Constitucional este martes.

En el caso de que no proceda ante el Consejo, queda una última alternativa: convocar a un referendo popular para discutir la ley. Para este proceso se necesitaría la recolección de 4,87 millones de firmas en nueve meses. Un proceso que suele ser complejo, pero que se vislumbra posible en la situación actual.

Además del caos parlamentario, las constantes manifestaciones ciudadanas en múltiples ciudades francesas ponen sobre un hilo la credibilidad y estabilidad del Gobierno.

Macron se encuentra en su segundo periodo presidencial y estará en la cabeza del Ejecutivo hasta el 2027. Sin embargo, la división parlamentaria y el descontento en las calles podrían hacer de los años restantes los más complicados en su carrera política.

Con medios locales