El clima político en Francia se tensa tras la designación de Michel Barnier como primer ministro por parte de Emmanuel Macron, una decisión que ha generado indignación en sectores de la izquierda. Macron ha sido acusado de ignorar la voluntad popular reflejada en las elecciones legislativas anticipadas y en rechazo al nombramiento se espera que 150 manifestaciones tengan lugar en todo el país este sábado 7 de septiembre. La manifestación contra el nombramiento de Michel Barnier como primer ministro comenzó en la plaza de la Bastilla de París.

El panorama político en Francia se agita nuevamente con una serie de protestas masivas convocadas para el 7 de septiembre, en rechazo a lo que sectores de la izquierda consideran un "golpe de fuerza" del presidente Emmanuel Macron por haber nombrado como primer ministro al conservador Michel Barnier.

La elección del mandatario fue duramente criticada por las facciones izquierdistas quienes señalaron que el presidente desoyó la voluntad de la ciudadanía en las elecciones legislativas convocadas de manera anticipada por Macron. En los comicios el Nuevo Frente Popular se llevó la mayor cantidad de los votos, pero el presidente se negó a nombrar un premier de esa formación. En cambio, optó por un candidato con tendencias derechistas. 

Tras el anuncio —hecho el pasado jueves— sindicatos y el sector estudiantil, al igual que figuras de los diversos partidos izquierdistas, dijeron que saldrían a las calles a mostrar su descontento con Macron y la figura de Barnier. 

El líder del partido de izquierda radical Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, acusó a Macron de haber robado las elecciones al pueblo francés y convocó a una "masiva manifestación" en las calles.

La Unión de Estudiantes y la Unión de Escuelas Secundarias (USL), organizadores de las marchas, prevén que 150 manifestaciones tengan lugar a lo largo del país este sábado. 

Mélenchon, se dirigió a los manifestantes en París el sábado para pedirles que se preparen para una "batalla a largo plazo" contra lo que denominó la negación de la democracia que representa el nombramiento de un primer ministro de derechas, y declaró:

Si no hay más reglas, entonces se entra en un mundo donde es la ley del más fuerte (…) Les digo de antemano, el más fuerte en este país es su pueblo

Petición en línea para la destitución de Macron

Estas manifestaciones fueron la oportunidad para Francia Insumisa (LFI) de destapar su intento de destituir al presidente Macron, basándose en el artículo 68 de la Constitución.

A primera hora del sábado más de 270.000 personas habían firmado la petición. 

Mathilde Panot, líder de los diputados de LFI, en una rueda de prensa, había dicho el martes que el lanzamiento de este procedimiento de destitución pretende ser una "respuesta política a la altura de la toma de poder antidemocrática que está llevando a cabo el presidente".

La baraja de encuentros de Barnier

A pesar de la controversia, Barnier, que asumió el cargo el jueves, busca calmar los ánimos de las diversas fuerzas políticas francesas. El que fue negociador de Francia en el proceso del Brexit ha dicho que está dispuesto a negociar con todos los partidos del país. 

El viernes —en su primera entrevista con TF1— el nuevo primer ministro dijo que trabajaría con "hombres y mujeres de buena voluntad que pertenecen a la mayoría saliente". Tampoco cerró la puerta a "personas de izquierda". Y señaló:

No me prohíbo poner en torno a la mesa a personas que tengan competencias (…). No he sido nunca sectario, hay que abrir la puerta y abrir la mesa a todos los que quieran

Sin embargo, por el momento, parece que ha centrado su atención en recibir a quienes ocuparon el Palacio de Matignon antes que él. 

 

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En la mañana de este sábado, Barnier se reunió con Élisabeth Borne, quien fue la primera ministra de Macron durante un año y medio. Mientras que el viernes ya había conversado con quien reemplazó a Borne en el puesto, Gabriel Attal, el encargado de hacer el traspaso del poder y que duró tan solo ocho meses en Matignon.

Además, tiene previsto encontrarse con Édouard Philippe, primer ministro durante tres años al comienzo del primer mandato de Macron. 

Por otro lado, Barnier se reunirá con la presidenta de la Asamblea Nacional, también perteneciente al bloque macronista, Yaël Braun-Pivet

Con el apoyo macronista asegurado, queda por ver cómo Bariner logra concretar su promesa de incorporar distintas fuerzas del espectro político francés. El viernes aseguró que su Gobierno contará con la participación de su "familia política", Los Republicanos. Un partido, que, sin embargo, salió debilitado de los comicios anticipados, con solo 47 diputados.

Mientras que por el lado de la izquierda el camino parece mucho más complicado. Se ha especulado con la posibilidad de la participación de algunos políticos alejados del Nuevo Frente Popular

Cambios y nuevos nombramientos en el Gobierno Barnier 

Mientras avanzan las negociaciones empiezan a sonar las posibles figuras del Gobierno de Attal que podrían permanecer en los planes de Barnier. Tal como muestra EFE, entre ellos están los titulares de Exteriores, Stéphane Séjourné, el de Defensa, Sébastien Lecornu, o el de Interior, Gérald Darmanin, aunque este último podría pasar a ser el jefe de la diplomacia francesa.

Sin embargo, otros, como el ministro exministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, ha sido descartado por Barnier. Le Maire ocupaba el puesto desde que Macron llegó al Elíseo en 2017.

Con EFE y medios locales