Tras cinco años de implementación, son pocos los beneficios tangibles para la economía británica y la población. Controlar la inmigración y la prosperidad para la industria pesquera son algunas de las promesas incumplidas. El Gobierno busca acercarse a la Unión Europea para mejorar el acuerdo existente.  

Mientras disfruta una de las muchas tazas de té que toma en el día, Denis le dice a France 24 que “no ha visto ningún beneficio para su país”, pese a las promesas de prosperidad que traería el Brexit.

Tras cinco años de implementación, son pocos los beneficios tangibles tanto para la población como para la economía que atraviesa una crisis de dimensiones enormes, luego de abandonar la Unión Europea (UE), el bloque de 27 países.

Y es que, política y económicamente, Gran Bretaña volvió a ser una isla alejada de sus vecinos y renunciando a los beneficios de estar en ese club, porque su presente y su futuro siguen amarrados a Bruselas.

"Existen demasiados impedimentos para el comercio y el crecimiento"

La capital de Bélgica, también la sede de la UE, suena lejos para Denis, jubilado, pero aun así sintió inmediatamente el efecto del divorcio.

Ya que, aunque tiene una casa en España hace más de 20 años, por la que paga impuestos, no puede permanecer en ese país más de 90 días consecutivos al año.

Sin embargo, su preocupación mayor es “el impacto del Brexit en la economía británica”. Una preocupación que comparten millones de personas en todo el país.  

“La evidencia es contundente: partes importantes de la economía se han visto afectadas por el acuerdo de Brexit que heredamos de los conservadores. Si bien la regulación transfronteriza funciona bien en algunas áreas, existen demasiados impedimentos para el comercio y el crecimiento”, afirmó el secretario de Estado para las Relaciones con la Unión Europea  Nick Thomas.

Según los estudios de los expertos y del propio Gobierno, la economía británica es más pequeña desde el divorcio.

Sumado a la falta de mano de obra europea- clave en sectores económicos, como la hostelería, la salud, el cuidado de mayores y la recolección de frutas de temporada-ahora estos trabajadores necesitan una visa.

El Gobierno laborista que, llegó al poder en julio de 2024, prometió “resetear” los lazos con Bruselas para mejorar el caos.

“Es un proceso que nunca terminará porque en el mundo actual las economías de tamaño continental son absolutamente cruciales y hemos elegido salir de una. Pero, aunque la hayamos dejado, nos seguirá atormentando lo que haga”, señala a France 24 el director de UK in a Changing Europe, Anand Menon.

El Brexit cambió al pasaporte británico, más allá del borgoña al azul oscuro.

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Economía en números rojos

Los expertos coinciden en que el impacto ha sido negativo para la economía británica. Ha perdido el 4% del Producto Interno Bruto (PIB).

“Es bastante fácil decir por qué ha tenido un impacto negativo. Porque si dificultas el comercio con tu socio comercial más grande, más cercano y más rico, tendrás menos comercio. Si tienes menos comercio, tu economía no va a funcionar tan bien”, sostiene Menon.   

La profesora Sarah Hall, de la Universidad de Cambridge, también calificó el impacto como negativo.

“Ha sido negativo, pero no de forma catastrófica. Sabemos que el impacto ha sido peor para los bienes en comparación con los servicios y, en particular, para las empresas manufactureras”.

"Las cifras de inversión en el Reino Unido han sido bastante bajas después del Brexit"

La razón radica en que una vez fuera de la UE, el Reino Unido tenía que salir del Mercado Común y la Unión Aduanera. Se creó una nueva frontera comercial en el mar de Irlanda que hace que enviar alimentos desde Londres a Belfast, la capital de Irlanda del Norte, signifique en términos prácticos, hacer una exportación a la UE.

“El desempeño del comercio de bienes británico después del Brexit ha sido bastante pobre. La razón de ello son las barreras comerciales entre nosotros y la UE. Del mismo modo, hemos visto que las cifras de inversión en el Reino Unido han sido bastante bajas después del Brexit, porque una de las razones por las que las empresas solían invertir aquí era porque les dábamos acceso al mercado europeo”, subraya Menon.

Por ello, no es sorpresiva la revelación de la jefa del partido Conservador, Kemi Badenoch, cuyos gobiernos negociaron y firmaron el Brexit.    

"Estábamos haciendo (Los conservadores) anuncios sin planes adecuados. Anunciamos que abandonaríamos la Unión Europea antes de tener un plan de crecimiento fuera de la UE”, destacó Badenoch.

Por su parte, el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, ha recomendado que, para impulsar la economía, Londres debe acercarse a Bruselas.

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Efecto fish and chips

Los símbolos de los beneficios que traería el Brexit fueron la pesca y controlar la entrada ciudadanos europeos, cerrándoles las puertas laborales.  

"No tiene sentido poder capturar más pescado si no se puede vender en ninguna parte"

A los pescadores se les prometió que recuperarían “la soberanía” de las aguas británicas y así ha sido. Sin embargo, los nuevos requisitos para las exportaciones de productos agrícolas y la burocracia han hecho que exportar a la UE sea más complejo.

“No tiene sentido poder capturar más pescado si no se puede vender en ninguna parte. Ese es el problema fundamental al que se enfrentan. Por eso las exportaciones pesqueras han bajado por el Brexit porque no pueden vender a la UE en las mismas cantidades que antes”, explica Joel Reland, investigador de UK in a Changing Europe.

El mercado principal de las especies de mar británicas está en ciudades europeas como París y Bruselas.

“En 2016, el debate se simplificó mucho. Tuvimos una gran discusión sobre el valor simbólico de la soberanía de nuestras aguas y de poder pescar nuestros propios peces, pero nadie habló de las complejidades económicas que también traería el Brexit, en términos de lo mucho más difícil que sería abastecer a los mercados clave de Europa”, resalta Reland.

Otra de las dificultades es la falta de mano de obra europea que se encarga del proceso que arranca una vez el pez está fuera del agua hasta su venta.

La industria se ha visto agobiada por una enorme cantidad de burocracia desde el Brexit. Esto podría y debería haber sido gestionado mejor por políticos y funcionarios. Si realmente quieren proteger nuestra industria, el Gobierno debe mejorar su desempeño antes de que ya no haya ninguna flota británica de aguas distantes. Ya nos hemos reducido a un solo buque, de tres hace cinco años y hemos despedido a la mayoría de nuestras tripulaciones”, afirma en France 24 el vocero de UK Fisheries, una de las compañías pesqueras más grandes del país.

Según un informe de 'Político', en los primeros meses del Brexit, en 2020, las exportaciones de productos de mar británicos cayeron un 83%.

Sin embargo, David Stevens, pescador hace 35 años y quien centra su pesca en Newlyn, Cornwall, tiene una visión más positiva del divorcio.   

“Personalmente, me alegro de haber abandonado la UE. Es muy reconfortante recuperar nuestra capacidad de autodeterminación”, asegura a France 24.

“Para nosotros, el Brexit ha funcionado. Sin duda, podría haber sido mejor, pero es un compromiso de acceso y comercialización en la UE. Además, el Gobierno utilizó la pesca para obtener otras cosas necesarias para la economía del Reino Unido”, agrega Stevens.

Cinco años después, el Brexit no es un asunto concluido ni la pesca un capítulo finalizado. En 2026, tendrá que renegociarse cuánto pescado pueden capturar los pescadores de la UE en aguas británicas.

“A los pescadores del Reino Unido les gustaría recuperar más de nuestra cuota en el área 7 del Canal de la Mancha, Mar Céltico. Todavía cedemos más del 50 % de nuestros recursos”, afirma Stevens.

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Inmigración por las nubes

Una vez el Brexit fue una realidad, se cerraron las puertas a los ciudadanos europeos que, por el principio de movilidad, podían radicarse y trabajar sin condiciones ni visas.

Casi 4 millones de ciudadanos europeos recibieron el permiso para radicarse definitivamente en Reino Unido.

“Después del Brexit, todos los ciudadanos de la UE han tenido que solicitar la permanencia en el país que consideran su hogar. Esto ha llevado a que la gente viva ahora en el mismo entorno hostil que enfrentan todos los inmigrantes aquí”, afirma Andreea Dumitrache, CEO de 3million.

Mientras las cifras de europeos asentándose en el país bajó, la llegada de migrantes de otras nacionalidades se disparó.

Según cifras reveladas a finales de 2024, a la nación llegaron casi un millón de inmigrantes  con autorización.

Mientras las fronteras se cerraban para los europeos, llegaban miles cada año de manera irregular por el Canal de la Mancha en pequeños barcos que parten desde las playas francesas.

Por ello, bajar los números de inmigración, es una prioridad para Starmer que ganó las elecciones con esa promesa.

“Hemos sido los conejillos de indias de un estatus migratorio exclusivamente digital que ahora se ha extendido a todos los inmigrantes. No tenemos pruebas físicas de nuestro estatus y cuando el sistema falla somos los que sufrimos las consecuencias”, sostiene Dumitrache.

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Restableciendo las relaciones con Europa

Una de las primeras decisiones de Keir Starmer fue “resetear” las relaciones y estrechar las manos de los líderes europeos.

El Reino Unido ansiosamente necesita estar más cerca de la UE de lo que quisiera admitir porque busca renegociar aspectos del acuerdo que le permitan enderezar el futuro económico.

Bruselas lo sabe y no empezará negociaciones hasta que Londres entregue algo significativo, como devolver la libre circulación de jóvenes europeos.

Starmer ha dicho que esta es una línea roja que no pude borrar.

Algunas voces sugieren que el mejor escenario para el Reino Unido sería volver al Mercado Común y la Unión Aduanera de la UE.

“El desafío que tenemos en este momento es que el Gobierno tiene muy claro que quiere restablecer la relación con la UE, pero es mucho menos claro sobre lo que eso significa realmente”, afirma Hall.

El reloj corre, nuevamente, en contra de Londres, mientras Bruselas disfruta su posición de quien sabe que tiene el sartén por el mango.

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