Este 7 de enero se cumplen 10 años del ataque contra 'Charlie Hebdo', un hecho que marcó a Francia. Doce personas murieron cuando dos hermanos irrumpieron en la redacción de ese semanario en París. El atentado abrió un capítulo de violencia yihadista en el país, reavivó debates sobre la libertad de expresión y dejó un legado de solidaridad global con el lema 'Je suis Charlie'.
Una década de los días más oscuros de la historia reciente de Francia. Este 7 de enero de 2025 se cumplen 10 años del atentado contra 'Charlie Hebdo', en París. Ese día, dos hermanos, Saïd y Chérif Kouachi, irrumpieron en la sede del semanario y abrieron fuego en la redacción. Mataron a 12 personas e hirieron a más de una decena más. Entre los fallecidos estaban figuras clave del semanario, como el editor Stéphane Charbonnier (conocido como ‘Charb’), los caricaturistas Cabu, Wolinski, Tignous y el economista Bernard Maris.
Durante dos días, los hermanos Kouachi fueron perseguidos por la Policía. Finalmente, el 9 de enero, fueron abatidos en un asalto en una imprenta en Dammartin-en-Goële, al noreste de París.
Más allá del doloroso episodio en el país, el hecho abrió un capítulo sombrío en Francia, que sufrió una serie de ataques yihadistas —que culminaron con los del 13 de noviembre de 2015 en París y Saint-Denis (130 muertos y más de 400 heridos) y con el de Niza del 14 de julio de 2016 (86 muertos y más de 450 heridos)—. A la vez se inició una ola de solidaridad con la revista bajo el lema de ‘Je suis Charlie’.
La revista era conocida por sus caricaturas satíricas y hace 10 años había publicado múltiples imágenes con representaciones del profeta Mahoma, la figura más importante del islam. Esto había generado gran controversia con posturas que catalogaban sus publicaciones islamófobas y también había recibido amenazas previas.
El ataque, además, reabrió un intenso debate sobre la libertad de expresión en Francia, sobre si existen límites o no y cuál es la línea entre la sátira y la islamofobia. Diez años después, 'Charlie Hebdo' dice continuar siendo “fiel a sí misma” y tiene prevista la publicación de una edición especial para el aniversario.
Leer tambiénMuere Simon Fieschi, sobreviviente al atentado contra Charlie Hebdo en 2015
’Charlie Hebdo', diez años después de un día que cambió su historia
Diez años después, algunas cosas sí han cambiado: ahora, la redacción de 'Charlie Hebdo' se encuentra en un lugar secreto y custodiado por la Policía. Además, ha suscitado críticas sobre lo que sus detractores han catalogado de haber tenido un cambio editorial. Sin embargo, la revista dice continuar con sus principios.
En una entrevista para la agencia de noticias AFP, Gerard Biard, el redactor en jefe de la revista fue contundente: "No mataron a 'Charlie Hebdo'". Y añadió: "Queremos que dure mil años".
Como muestra de que su carácter provocativo permanece, lanzaron una edición que recoge la convocatoria de un concurso que propusieron en noviembre para encontrar las representaciones que ha catalogado de "más graciosas y crueles" de Dios.
El concurso —dicen los organizadores— está dirigido a "todos aquellos que están hartos de vivir en una sociedad dirigida por Dios y la religión. Todos aquellos que están hartos del llamado bien y del mal. Todos aquellos que están hartos de que los líderes religiosos dicten nuestras vidas".
La edición —que tendrá 300.000 ejemplares— también incluirá los resultados de un sondeo sobre el apoyo en Francia a la caricatura, a la blasfemia y a la libertad de expresión.
También se prevén otras conmemoraciones: el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, asistirán el martes a dos eventos en el lugar del ataque y en el sitio en el que tuvo lugar otro ataque ese mismo día, pero vinculado con un supermercado judío.
Leer tambiénMacron dice que entiende que los musulmanes estén conmocionados por las caricaturas de Mahoma
Una década después, el debate continúa
El atentado de 2015 contra 'Charlie Hebdo' no solo despertó una ola de apoyo global, sino que también avivó un debate sobre el estilo provocador y, a menudo, ofensivo del semanario. Su humor, parte de una tradición francesa de caricaturas sin restricciones, ha generado tanto admiración como rechazo, especialmente por su enfoque hacia temas religiosos.
Desde su creación en 1970, la publicación ha explorado los límites de las leyes francesas que prohíben el discurso de odio, pero permiten la blasfemia y las críticas hacia la religión. Para muchos defensores de la libertad de expresión, esta capacidad de cuestionar la religión representa un logro histórico que ha sido clave en la separación entre el Estado y la iglesia Católica en Francia.
Sin embargo, hay quienes critican el enfoque de la revista, acusándola de caer en actitudes islamófobas. Señalan caricaturas del profeta Mahoma que en varias de sus publicaciones —dicen sus críticos— asocian de manera injusta al islam con el terrorismo. Estas publicaciones han desatado controversias internacionales y han puesto en duda si la sátira debe prevalecer sobre el respeto hacia las comunidades religiosas.
Para Laurent 'Riss' Sourisseau, director de la revista y sobreviviente del ataque, el propósito de 'Charlie Hebdo' es estimular el pensamiento crítico. De hecho, en una entrevista reciente con ‘Le Monde’ —citada por EFE— dijo: "No se trata de publicar cualquier cosa, sino aquello que haga reflexionar, que lleve a cuestionar las ideas dominantes y evite que la sociedad quede atrapada en ideologías cerradas".
Sus publicaciones dividen incluso a la izquierda francesa, tal como muestra RFI en un artículo titulado como Charlie Hebdo: una década después del ataque, la izquierda francesa está dividida sobre la "libertad de criticar".
Fabien Roussel, líder del Partido Comunista francés, ha destacado que la publicación encarna la libertad de expresión y organiza regularmente actos en memoria de las víctimas. Sin embargo, dentro de la izquierda radical, figuras como Jean-Luc Mélenchon han señalado una evolución editorial que, según él, se aleja de los principios originales del semanario.
Mélenchon, líder de Francia Insumisa, pasó de elogiar el derecho a la blasfemia tras los atentados de 2015 a criticar lo que considera un giro hacia posturas más conservadoras. En 2020, acusó al periódico de alinearse con discursos de extrema derecha.
Las tensiones también se reflejan en otras figuras de la izquierda. La ecologista Sandrine Rousseau, quien ha sido objeto de caricaturas ofensivas, declaró: "No me gusta la publicación, pero siempre defenderé el derecho a la sátira y la libertad de prensa".
Leer tambiénLibertad de expresión vs. blasfemia: las caricaturas de la discordia de 'Charlie Hebdo'
Con EFE y AFP