Edmundo González, líder opositor venezolano y quien se proclama como ganador de las elecciones presidenciales del pasado julio, se reunió el lunes 6 de enero con el presidente de EE. UU., Joe Biden, en un esfuerzo por consolidar apoyo internacional. Mientras, el chavismo intensifica sus arremetidas contra la oposición, incluyendo las amenazas de arresto contra González.
En un momento crucial para la política venezolana, el líder opositor Edmundo González Urrutia, quien afirma haber derrotado al mandatario Nicolás Maduro en las elecciones del pasado julio, se reunió este lunes 6 de enero con el presidente estadounidense, Joe Biden, en un encuentro que calificó como “largo y fructífero”.
Según un comunicado difundido por la Casa Blanca tras el encuentro, Biden y González Urrutia afirmaron que "no hay nada más esencial para el éxito de la democracia que respetar la voluntad del pueblo" y el presidente estadounidense subrayó que "la victoria electoral de González Urrutia debe ser respetada mediante una transición pacífica hacia un Gobierno democrático".
El movimiento sin precedentes de González busca establecer lo que él llama como “la verdadera transición democrática de Venezuela”.
"Tuvimos una conversación larga, fructífera y cordial con el presidente Biden y su equipo (…) Nosotros, por supuesto, agradecemos al Gobierno de los Estados Unidos por el apoyo que nos ha brindado en esta lucha por la recuperación democrática en Venezuela", declaró González a la prensa local tras la reunión.
El espacio que compartieron ambos líderes en Washington marca un hito en la gira internacional de González, que comenzó el fin de semana con visitas a Argentina y Uruguay, y que busca movilizar apoyo en América y Europa.
El encuentro, además, se produce pocos días antes de la investidura presidencial en Venezuela, Maduro dice que asumirá formalmente un tercer mandato presidencial, respaldado por una Asamblea Nacional dominada por leales a su régimen. Mientras, González Urrutia afirma que él será investido, respaldado por los votos de las elecciones.
Según la oposición, las elecciones de julio estuvieron plagadas de irregularidades, incluyendo la falta de recuentos detallados y la manipulación del sistema electoral por parte del oficialismo.
Su coalición, la Plataforma Unitaria, ha presentado actas electorales que supuestamente demuestran que González obtuvo el doble de votos que Maduro, aunque las autoridades venezolanas, dominadas por el oficialismo, han rechazado estas cifras.
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Chavismo condena apoyo de Biden
En respuesta, el Gobierno de Venezuela condenó de forma "enérgica" el respaldo de Biden.
Resulta "grotesco que un Gobierno de salida, como el de Joe Biden, hundido en el descrédito político y marcado por un legado de fracasos domésticos e internacionales, insista en respaldar un proyecto violento que ya fue derrotado por el voto popular y la democracia revolucionaria del pueblo venezolano".
Para el Gobierno venezolano, el comunicado representa una "flagrante violación del derecho internacional y un intento burdo por perpetuar la injerencia imperialista en América Latina".
"La decrépita Administración de Biden, derrotada y en retirada, recurre nuevamente a las gastadas estrategias de intervención, tratando de inflar artificialmente figuras políticas insignificantes en Venezuela, mientras ignora la clara voluntad soberana de nuestro pueblo", expresó Caracas.
La oposición intensifica su campaña
Durante su estancia en la capital estadounidense, González también se dirigió a un grupo de venezolanos, instándolos a mantenerse activos en la lucha por la democracia en su país.
Mientras tanto, en Venezuela, Maduro recibió una invitación oficial para jurar como presidente el próximo viernes 10 de enero, lo que profundiza la polarización política.
Estados Unidos, junto con una mayoría de países europeos y varios latinoamericanos, ha rechazado los resultados oficiales de las elecciones venezolanas y reconoce a González como el legítimo ganador.
Sin embargo, la comunidad internacional enfrenta el desafío de coordinar acciones efectivas para presionar al régimen de Maduro sin agravar la crisis humanitaria que afecta al país, producto de los problemas económicos que sostiene el país caribeño.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha reiterado el compromiso de su Administración con la democracia venezolana, aunque hasta ahora no se han anunciado nuevas sanciones.
Por su parte, el equipo del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, también ha mantenido contacto con la campaña de González, lo que podría indicar, en cierta medida, una continuidad en el apoyo bipartidista hacia la oposición venezolana.
Con este panorama, el Ministerio de Defensa de Venezuela se pronunció en un comunicado sobre la reunión Biden-González:
“Con el cinismo que lo caracteriza, con palabras inapropiadas, y con aspecto circense, (Edmundo González) se refiere a la paz, bienestar y estabilidad de los venezolanos, cuando sistemáticamente ha solicitado la aplicación de sanciones económicas y toda clase de Medidas Coercitivas Unilaterales, que tanto daño han causado al pueblo venezolano”, se lee en el documento.
“Rechazamos categóricamente y con absoluta vehemencia este payasesco y bufo acto de politiquería despreciable, que no tendrá el más mínimo calado en la robusta conciencia patriótica”, continúa el texto, firmado por el ministro Vladimir Padrino López.
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Amenazas y persecución
Entretanto en Caracas, el clima político se ha tornado cada vez más hostil. El ministro del Interior, Diosdado Cabello, conocido por su lealtad incondicional a Maduro, desestimó las denuncias de fraude y atacó directamente a González, acusándolo de ser un agente de la CIA y de planear acciones desestabilizadoras desde el extranjero:
"El señor González sabe que en cuanto pise Venezuela será detenido", afirmó Cabello, quien también anunció una recompensa de 100.000 dólares por información que conduzca a su captura.
Además, Cabello informó sobre la detención de 125 personas de distintas nacionalidades, acusándolas de estar involucradas en supuestos planes terroristas dirigidos por sectores opositores.
Según el ministro, los detenidos recibieron financiamiento de "narcoparamilitares colombianos" vinculados supuestamente a figuras como los expresidentes Álvaro Uribe e Iván Duque, y afirmó que estas acciones buscan deslegitimar el Gobierno de Maduro.
Horas antes de conocerse esta información, el fiscal general de Venezuela, Tarek Saab, aseguró que 146 personas más, que fueron arrestadas después de las elecciones del 28 de julio de 2024, serán liberadas, elevando el número total de prisioneros liberados a 1.515, pocos días antes de la disputada investidura presidencial.
Maduro ha desplegado más de 1,200 efectivos militares en todo el país para garantizar la seguridad durante su toma de posesión, mientras que organismos de inteligencia como el Sebin y la DGCIM intensifican su vigilancia sobre líderes opositores y activistas.
La ciudadanía venezolana, golpeada por una crisis económica sin precedentes, observa con preocupación cómo la pugna política agrava aún más la incertidumbre. A pesar de las acciones oficialistas, sectores de la oposición continúan organizando protestas y denunciando abusos.
El desenlace de esta crisis podría definir el curso de la política venezolana en los próximos años. Si bien González cuenta con el respaldo de importantes actores internacionales, la capacidad del chavismo para mantener el control interno sigue siendo amplia.
Las elecciones del pasado julio, marcadas por denuncias de fraude, han dejado a Venezuela en un limbo político que podría derivar en mayores tensiones sociales y económicas.
El próximo viernes 10 de enero será un momento clave para medir la respuesta de la oposición y la comunidad internacional, mientras tanto, González continúa su campaña desde el exilio.
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Con AP, EFE y medios locales.