Pasada ya la ceremonia de premiación del arte más importante del país, El Soberano 2023, que premió lo mejor del arte y la comunicación de 2021 y 2022, queda la oleada de comentarios a favor y en contra, apoyando ganadores y apuntando lo que cada quien considera fallos del veredicto, polemizando sobre las situaciones que se dieron, sobre todo en la producción general del espectáculo.

El Premio Soberano, organizado con un trabajo que la gente no se imagina por la Asociación de Cronistas de Arte, con el respaldo de la Cervecería Nacional Dominicana, ha tenido su primer y más importante éxito, en el suceso de haber sido posible, Se ha recuperado un patrimonio de los artistas y de la gente. No hay que estar de acuerdo con todos sus veredictos sobre todo porque en materia de gustos, la libertad es total.

Una vez pasados los galardones es relativamente fácil comentar, condenar, alabar, reconocer, elogiar, denostar, de acuerdo con los criterios y gustos de cada quien.

Son muchas las interrogantes que surgen: ¿Fueron justos los veredictos? ¿Estuvo bien o mal la producción del ceremonial? ¿De quién es la responsabilidad del trago amargo llamado Julio Sabala?

Julio Sabala.

¿Por qué no se premió a artistas o comunicadores que obviamente eran los más indicados de entre los nominados?

¿Hubo alguna mano que dirigiera el sentido de la votación o los seleccionados lo fueron por la sumatoria de los votos? ¿Fue debidamente regulado y supervisado el proceso de votación? ¿Influyeron las relaciones públicas de aquellos cronistas contratados? ¿Se variaron los votos emitidos? ¿Se desarrollaron con apego a la democracia los debates en la asamblea para selección y nominaciones? La respuesta es no.

Respetar al proceso

Fui participante del proceso de nominaciones y votaciones en Cine y Área Clásica, y puedo decir (sin revelar detalles que por estatutos no se pueden dar a conocer) que el proceso de argumentación fue democrático y completamente regulado y supervisado, incluso por parte ejecutivos de Cervecería Nacional Dominicana – que no intervienen para nada en los debates- Y las nominaciones que se definieron, llegaron a día de votaciones sin alteración de ningún tipo.

Cuando se analiza quiénes deberían ganar y quienes no, está fuera de lugar hablar de injusticia, equivocaciones. O ventas de premios. Se trata del resultado de las votaciones, que guste o no, que sean ajustados a la realidad, es otro tema.

¿Quién gana, quién no?

El Chaval.

Los ganadores y ganadoras fueron resultado de la suma de los votos y puede que, en algún veredicto, no coincidieran con quienes serían los más adecuados merecedores.

Es el caso, en Bachatero, que no ganó quien debía ser: El Chaval de la Bachata. No obtuvo la estatuilla a Julio Clemente, como animador de televisión, 2022.

O Xiomara Fortuna, doble ganadora en música alternativa, cuando se tenía a La Marimba, al menos en 2022, como obvia ganadora.

¿Debía ganar dos veces Colombia Alcántara, en programa digital (Al Tanto) cuando es un área en que había contendientes con mucho mayor incidencia en términos de visitas e impacto? No es que no mereciera la estatuilla un ano…no. podría ser. Pero las dos, no

Y puede que se mantengan los cuestionamientos al éxito de Chiquito Tean Band, como agrupación salsera, pero es bueno recordar que los votos indicaron esos resultados, aceptados o no por toda la comunidad.

La producción

De haber sido yo el productor del ceremonial, respecto del cual ya antes hemos anotado sus aspectos más exitosos, habríamos:

· Evitado la situación terrible a partir de la libertad de acción que se le dio a Julio Sabala y que utilizó con un sentido que no fue el más acertado. Producción era responsable de todo lo que saldría en la transmisión.

· Le habríamos dedicado un segmento de homenaje especial a Patricia Ascuasiati, como la gran maestra de ballet, en lugar de poner su memoria a competir con actrices vivas, lo que restaba oportunidad de premiar una actuación y darle a ella el reconocimiento que merecía por su parte, Haberla incluido en el Memorial, no era suficiente. La maestra debió haberse despedido por lo alto. Fue una oportunidad perdida en las ondulaciones dramáticas de guion, como lo merecía. No era ni es una muerte más.

· No habíamos dado el oppening a un artista urbano, con letras inentendibles, desechando la elegancia y gracia a que nos tenían acostumbrados, aperturas anteriores que se mantienen frescas en el imaginario colectivo. Gravísimo error haber orientado la producción al nivel que se hizo,

· No habríamos reconocido a Arcángel, por razones que hemos expuesto. No es digno por lo que representa. Entran ahí la ética del cronista, los criterios corporativos y esa seducción por conquista de públicos incondicionales.

· Apostado a la música urbana con la lírica más inspiradora y sana posible.

· Tenido un productor que supervisara todo lo que saldría en escena, para prevenir gestos inesperados grotescos que hicieron deslucir un poco segmentos muy significativos.