"Cowboy Carter", la segunda entrega de su proyecto Renaissance, saldrá a la venta el viernes a medianoche (04H00 GMT).
Desde las armonías vocales de Destiny’s Child hasta su exitoso "Daddy Lessons", de 2016, Beyoncé lleva mucho tiempo rindiendo homenaje a su herencia sureña, incorporando influencias country a su música y su estilo visual.
Criada en Texas por una madre originaria de Luisiana y un padre de Alabama, la cantante -que suele dictar normas en materia de marketing musical- homenajea estas raíces en su nuevo proyecto.
Sus dos primeros sencillos, "Texas Hold 'Em" y "16 Carriages", lanzados durante el Super Bowl de febrero, han liderado las listas de éxitos.
Pero su popularidad e influencia -es la artista con más premios Grammy (32)- ha chocado de frente con las barreras de la música country, dominada principalmente por artistas blancos y hombres, que durante mucho tiempo han dictado los límites del género.
Y sea cual sea la reacción ante "Cowboy Carter", Beyoncé ha dejado claro que ella tendrá la última palabra.
Cuando interpretó junto a The Chicks la que hasta entonces era su canción más country, "Daddy Lessons", en los premios de la Asociación de Música Country de 2016, recibió comentarios racistas.
Pero eso no la frenó.
"Las críticas que recibí cuando incursioné en este género me llevaron a ir más allá de los límites que me impusieron", dijo recientemente en Instagram.
El nuevo álbum, Act II, "es el resultado de un desafío a mí misma y de tomarme mi tiempo para moldear y mezclar géneros para crear este trabajo".
Los artistas negros siempre han sido fundamentales para el country, pero los obstáculos son frecuentes.
Recientemente, Lil Nas X, que batió récords de popularidad con su tema "Old Town Road", una contagiosa melodía que combina notas de banjo con un bajo contundente, fue eliminado de la lista country de Billboard, suscitando críticas de que lo encasillan en el hip hop por ser negro.
"Cada vez que un artista negro saca una canción country, los juicios, comentarios y opiniones no se hacen esperar", dijo la ganadora de un Grammy Rhiannon Giddens, que participa en "Texas Hold 'Em" de Beyoncé, en una columna en el periódico The Guardian.
"Ya basta de fingir que la indignación que rodea a este último single se debe a otra cosa y no a un intento de proteger la nostalgia de las personas por una tradición blanca pura que nunca existió", afirmó Giddens.
"La última palabra"
Para el académico Charles Hughes, autor del libro "Country Soul: Making Music and Making Race in the American South", la incursión de Beyoncé en el country es "una reivindicación de su identidad musical y de su ciudad de origen".
Y sin embargo, "a los artistas negros y mestizos, la industria de la música y la música country dominada por una visión blanca les exige que prueben sus credenciales", afirmó.
"No tiene nada que ver con la música que hacen".
En los últimos 15 años, Beyoncé "ha abrazado y se ha comprometido realmente" con sus orígenes sureños, dice Hughes a la AFP. "A nadie que esté atento debería sorprenderle eso", agrega.
"Aún así, una vez más apareció gente diciendo 'Oh, ella no puede ser country'", sostiene.
Holly G, fundadora de la plataforma Black Opry para impulsar a artistas negros en el country, afirma que los aficionados del género "suelen considerarse tradicionalistas, lo cual es un poco irónico porque los negros inventaron la música country".
"Siempre hay ese rechazo ante algo nuevo o diferente", dice. "Lamentablemente para ellos, ella (Beyoncé) es mucho más poderosa".
En 2022, Beyoncé publicó Act I de Renaissance, que puso de relieve a los artistas y comunidades negros, queer y de clase trabajadora que moldearon la música electrónica y el house.
Hughes destaca sus esfuerzos por comprender esa historia y afirma que su elección de los colaboradores para Act II muestra una sensibilidad similar.
Y sea cual sea la reacción ante "Cowboy Carter", Beyoncé ha dejado claro que ella tendrá la última palabra.
"Este no es un álbum country", publicó recientemente la artista. "Este es un álbum de 'Beyoncé'". (Maggy DONALDSON)