El pasado 27 de abril, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de los Estados Americanos (OEA) puso en circulación en la ciudad de Washington, DC, EE.UU., su Informe Anual sobre la situación de los derechos humanos en las Américas correspondiente al 2016.     (http://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2017/053.asp).

El Informe consta de una introducción y seis capítulos. El Capítulo IV.B del Informe Anual incluye informes especiales de aquellos países donde la CIDH considera necesario resaltar la situación de los derechos humanos, la llamada lista negra. En esa lista, la Comisión incluyó a tres países: Cuba, República Dominicana y Venezuela. (http://www.oas.org/es/cidh/docs/anual/2016/indice.asp).

República Dominicana fue incluida en la lista negra del Capítulo IV.B del Informe, debido a que el gobierno dominicano ignoró las reiteradas solicitudes de información que la Comisión le formuló durante todo el año 2016 y parte del 2017, sobre el cumplimiento que les había dado a las recomendaciones contenidas en el Informe de la Comisión sobre República Dominicana de fecha 31 de diciembre de 2015, publicado el 27 de abril de 2016.

Vale la pena citar directamente lo que dice la Comisión en ese sentido:

“Durante el 2016, la CIDH solicitó al Estado dominicano información sobre

el cumplimiento de las recomendaciones contenidas en el Informe de País,

sin que se hubiera recibido respuesta.  Otros requerimientos formulados por

esta Comisión en el año en curso (2017) también fueron desatendidos por la

República Dominicana”. (Informe Anual 2016, Capítulo IV.B, República

Dominicana, párrafo 3, p. 610;  http://www.oas.org/es/cidh/docs/anual/2016/indice.asp).

Lo deplorable del caso es que el gobierno dominicano disponía de argumentos suficientes para responder debida y oportunamente a las recomendaciones de la Comisión, pero decidió -error garrafal- hacer caso omiso de los requerimientos de la CIDH, ya que, dentro de las normas de la Comisión, si un Estado no responde dentro de los plazos establecidos se presume su responsabilidad en relación a los hechos denunciados. (Reglamento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, artículo 38; http://www.oas.org/es/cidh/mandato/Basicos/reglamentoCIDH.asp).

Desde la publicación el pasado 27 de abril de la lista negra con la inclusión de República Dominicana, la actuación de la Cancillería ha sido flagrantemente desacertada y mendaz, obligando finalmente a la Comisión a aclarar la realidad de los hechos.

En un comunicado de prensa del pasado 10 de mayo, el Ministerio de Relaciones Exteriores (MIREX) afirmó, con motivo de una reunión entre el ministro Miguel Vargas Maldonado y el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, que ante el reclamo del Canciller por la injusticia de incluir a RD en el Capítulo IV.B, Almagro admitió que se había incurrido en un “gravísimo error” y que este “ordenó de inmediato que la CIDH se reúna el próximo jueves, para lo cual convocó al embajador dominicano ante ese organismo, Gedeón Santos, a fin de que participe en esa sesión extraordinaria”. (http://www.mirex.gob.do/medios/noticias/secretario-general-oea-admite-error-cidh-por-colocar-rd-en-lista-negra).

En primer lugar, hay que aclarar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos es un órgano autónomo de la OEA, integrado por 7 comisionados electos por todos los Estados Miembros, que no responde al Secretario General. En segundo lugar, dicha reunión entre el embajador Santos y la CIDH era imposible llevarse a cabo en Washington ya que el 162 Período Extraordinario de Sesiones de la Comisión estaba programado para celebrarse del 22 al 27 de mayo en Buenos Aires, Argentina. (http://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2017/070.asp).

Más recientemente, durante la 47 Asamblea General Ordinaria de la OEA, celebrada en Cancún, México, del 19 al 21 de junio, el Canciller Vargas se reunió con el presidente de la Comisión y otros miembros. Con motivo de esta reunión, el MIREX publicó un comunicado el pasado 22 de junio, en el cual informó que la CIDH visitará República Dominicana durante las próximas semanas.(http://www.mirex.gob.do/medios/noticias/cidh-valora-avances-alcanzados-por-la-republica-dominicana-en-politica-migratoria-y-derechos-humanos).

El referido comunicado añade que, “No se trata de una visita de fiscalización ni monitoreo si no para actualizar informes anteriores que provocaron el error de colocar a la República Dominicana en el capítulo IV.B junto a países de la región donde se violan los derechos humanos. Nos sentimos en el deber de corregir una situación que, sobre todo, afecta la imagen de su país, expresaron”, dando a entender que la cita era una afirmación de la Comisión.

Más adelante, el comunicado elabora y dice, “El pleno de la Comisión reiteró su admisión del error en que incurrió ese órgano de la OEA al colocar al país caribeño en su último informe del año pasado en la categoría 4-B recurriendo a despachos desactualizados que en algunos casos llevaban años de redactados”.

Es en este contexto que la Comisión ha respondido con su comunicado de este jueves 29 de junio, saludando la disposición del gobierno dominicano “de trabajar de forma conjunta a fin de superar las situaciones que afectan el disfrute pleno de los derechos humanos en ese país” y anunciando que había acordado con las autoridades “la realización de una visita de trabajo de la CIDH” al país.

Sin ambages, la Comisión dejó tajantemente clara la situación en relación a la inclusión de RD en la lista negra con esta afirmación: “En referencia a la nota emitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Republica Dominicana el 22 de junio, la CIDH ratifica su decisión de haber colocado a este país en el Capítulo IV.B del Informe Anual. En dicha decisión no hubo error alguno”.

(http://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2017/087.asp).

Ojalá la Cancillería haya aprendido de esta cara lección, que pudo ser evitada, que conviene establecer un diálogo permanente con la Comisión en aras de encontrar soluciones a los problemas de derechos humanos que enfrentamos, al igual que todas las naciones de las Américas, y en relación a los cuales se han realizado avances significativos.