La no realización de los Premios Soberano 2022 en las fechas más o menos acostumbradas, entre marzo y abril, dio lugar a especulaciones del más variado tipo, hasta que, en días recientes, se producen pronunciamientos de todo tipo. Se impone tocar el tema con la seriedad de una cuestión nacional que nos interesa a todos y todas, pero sin el matiz del mundillo de maledicencias, de enfrentamientos personales o grupales, o institucionales.
A todo el mundo le interesa, de alguna forma, lo referente a los Premios Soberano, dicho ello fuera de toda hipocresía.
Partamos de un hecho: Los premios Soberano son un patrimonio empresarial, (CND) o institucional (ACROARTE). Son los Soberano un premio del país a los artistas. Son el principal reconocimiento al talento estético nacional. Por definición nacen y se desarrollan desde Acroarte.
Un abundante torrente de palabras en todo sentido ha cursado al derecho a seleccionar nominados y ganadores de los Premios Soberano, de la Asociación de Cronistas de Arte de República Dominicana con el auspicio de la Cervecería Nacional Dominicana 2022, galardón que se encuentran en un momento crucial de redefinición, sin contar con los comentarios y posturas expresadas en privado, alrededor de un tema que como el reconocimiento nacional al talento artístico, clásico y popular.
El debate ha permitido airear, debatir y cuestionar en torno a la potestad o derecho a elegir quienes reciben el Premio Soberano y repensar su perfil: ¿son premios de los cronistas o debería variar el criterio en torno a quienes eligen?
¿Debe ser el público por vía digital o encuestas?
¿Deben ser los dueños de los proyectos de la industria los que elijan a sus ganadores?
Las posturas diversas, a partir del deseo expresado y admitido por la Cervecería Nacional Dominicana de ampliar esos criterios y facilitar la inclusión y la transparencia de los mecanismos, aun cuando no ha especificado en que consistiría esa modificación de perfiles y ha dicho (https://www.diariolibre.com/revista/cultura/2022/06/11/cerveceria-busca-hacer-premios-soberano-mas-transparentes/1883296O .
Ante lo cual la respuesta Acroarte respondió defendiendo el derecho de los cronistas a ser quienes elijan quienes ganan el preciado trofeo platinado ( https://listindiario.com/entretenimiento/2022/06/12/725393/acroarte-responde-a-cerveceria-no-podemos-aceptar-que-se-varie-la-esencia-de-premios-soberano).
También se han expresado destacados y destacados cronistas de Acroarte, como su primer presidente, el deferente y siempre apreciado Carlos T, Martínez (https://elnacional.com.do/mi-viaje-el-sueno-cumplido-de-rolf-sanchez/, opiniones divergentes expresadas por artistas como Wasson Brazobán, quien entiende que los cronistas no deben ser quienes eligen y que en cambio, deben ser los titulares de los negocios de la industria (Nota clave https://notaclave.com/wason-brazoban-arremete-contra-periodistas-de-espectaculos/), de cronistas fundacionales de Acroarte.
También se ha expresado el igualmente respetado culturólogo y editor de espectáculos de la plataforma de medios El Caribe, Alfonso Quiñones, alegando que la crisis se veía venir y que se trata de una situación explosiva y esperada: (https://www.elcaribe.com.do/gente/a-y-e/premios-soberano-lo-que-se-veia-venir/)
Una trayectoria
Los Casandra primero y los Soberano, luego has hecho justicia al arte y a los artistas desde el 15 de Abril de 1985, hace 37 años, periodo descrito con objetividad y justicia en el libro Tres décadas de Historia. Los Premios Soberano, compilado y editado por Máximo Jiménez, incluyendo a quienes salieron de la institución para formar ADOPAE.
Hay que establecer que sus veredictos no complacen a todo el mundo, dado que se premia una propuesta sobre muchas otras y establecer que se han cometido errores, algunos imperdonables cuando figuras obviamente mejor condicionadas para subir a buscar la estatuilla, se han quedado en el asiento aterciopelado para ver como se le entrega a una figura nueva, virtualmente desconocida.
Los premios Soberano no pueden ser determinados por votación popular. La gente puede votar por emotividad, popularidad y manipulación, no por el talento que encierran las propuestas.
En algunos renglones o categorías, es admisible dar espacio a la votación popular, pero hasta ahí. Sobre los criterios es mucho lo que se puede decir.
Los fallos
El Premio Soberano es un premio de cronistas que ha incurrido en fallos inentendibles, como la no elección de María Cristina Camilo al Gran Soberano en la edición 2021. Era un clamor nacional con todas las condiciones por su calidad y la tradición mas extensa de una artista de la palabra y la actuación.
El Soberano debe ser preservado en esa condición, al tiempo de pensar que se deben mejorar los mecanismos y procedimientos de selección, revisar a fondo (y tomar decisiones no superficiales) para evitar la influencia de los intereses, vía las relaciones públicas de cronistas a los artistas, los contratos de trabajo de promoción, la colocación de publicidad. Para ser mejores los criterios de elección del Soberano, sus perfiles deben ser reformulados de forma seria y radical, so pena de perder credibilidad y prestigio. El tema de las RP PP nadie quiere tocarlo como tal porque es transversal a la crónica de arte, con excepciones.
Acroarte debe establecer nuevos criterios para impedir que los compromisos de sus miembros con empresas y artistas, se expresen en las votaciones y veredictos, llegando más allá de la ingenuidad de que los contratados dejen la asamblea en el momento de determinar nominados o ganadores con los que hay compromisos. Eso no es suficiente ni efectivo porque hay formas, delegaciones y alianzas de lograr votos en determinados sentidos aun sin la presencia del titular de los intereses de quien se trate. Ese factor enfrentado debidamente, puede ayudar a elevar el prestigio de los veredictos.
¿Cómo es posible incluir entre nominados y premiados, a artistas que mediante sus canciones y contenidos, promueven la violencia de todo tipo, la delincuencia, y otros antivalores, con una pobreza textual que hace pensar que quienes premian eso, no saben leer y no cuidan los aspectos de su responsabilidad ética al galardonar basura con ropaje de ritmos urbanos, a los que no condenamos como género porque es un medio, sobre todo si hay una producción de música urbana (incluso cristiana) que merece estar por encima de la basura que se ha reconocido.
¿Quién premia a quién?
Los dueños de los proyectos (empresarios) del entretenimiento no deben premiarse a sí mismos, porque trasladaron los aspectos cuestionables y deficientes que pueda haber hoy en los medios de cronistas, a sus pasillos empresariales. En todo caso, pueden crear un premio artístico empresarial, si insisten.
Para valorar la labor de un artista no hay que estar de madrugada en sus conciertos. El arte clásico y popular se puede juzgar con otros parámetros. Para Wasson Brazobán, quien puede que sea el mejor de los vocalistas románticos del momento, pero no reflexionó cuanto dijo. Para sonar, sus criterios están muy bien y logran su objetivo: sonar. Pero plantear un premio debe implicar la disposición a montarlo y eso no es tan sencillo.
ADOPAE
La recién creada Academia Dominicana de Periodistas de Arte y Espectáculos (a la cual me honro en pertenecer) tiene la tremenda oportunidad de crear un premio académico, con perfiles nuevos, con base a sus características académicas, modesto, justo, efectivo, libre de intereses de trabajo o implicaciones empresariales, sin rechazar un patrocinio institucional que no intervenga en la parte evaluativa y de selección.
ADOPAE no puede incurrir en el error de tratar de competir con El Soberano. Un buen premio artístico puede darse a conocer hasta por Twitter, desde un salón modesto y adecuado. Sus criterios son otros, distintos, ni inferiores ni superiores a ningún otro premio.
El valor de un premio no lo da la ceremonia que lo enmarca, sino que lo otorga su sentido de justicia y sus criterios éticos y estéticos.
Wikipedia.
En conclusión
Ojalá pueda llegarse a un entendimiento respecto de los Premios Soberano, que incluya una revisión y formulación de nuevos criterios que garanticen una elección cada vez más transparente y justa.
Ojalá, los empresarios y titulares de proyectos de la industria del entretenimiento, emprendan la labor de hacer su propio premio y que sientan lo que se experimenta cuando se acepta una labor tan delicada compleja y responsable.
Ojalá ADOPAE presente, además de sus planes de capacitación y relacionamiento social, su propio premio artístico con vistas a 2023, a partir de un modelo nuevo, equilibrado y académico.
Y ojalá que el público de los artistas cumpla con su rol de respaldar sus figuras, sin involucrarse en evaluar lo que no está en capacidad de enjuiciar.
El autor pertenece a Acroarte y Adopae