El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió este viernes con una bajada del 0,3 %, hasta los 113,74 dólares el barril, tras cerrar ayer en cifras máximas en dos meses impulsado por la guerra en Ucrania, el levantamiento de las restricciones contra la COVID-19 en China y el aumento de la demanda en EE.UU. ante el arranque de la temporada de viajes.
A las 09.00 hora local de Nueva York (13.00 GMT), los contratos futuros del WTI para entrega en julio perdían 0,35 dólares con respecto al cierre de la jornada anterior.
La Administración de Información de Energía de Estados Unidos (EIA, según sus siglas en inglés) anunció esta semana que los inventarios de crudo en el país se redujeron en un millón de barriles la semana pasada, dado el aumento de la producción de las refinerías ante la llegada de la temporada veraniega, que se vincula con una mayor demanda de gasolina para viajes.
Asimismo, los inventarios de gasolina también se vieron reducidos en 500.000 barriles, aunque los de productos derivados subieron en 1,7 millones.
Los principales factores que mantienen a la baja el petróleo es el temor a una recesión de la economía, así como los obstáculos para que la Unión Europea alcance un acuerdo para vetar la importación de petróleo ruso.
El vicecanciller y ministro de Economía alemán, Robert Habeck, aseguró ayer que la inclusión del embargo al petróleo ruso en el sexto paquete de sanciones a ese país por la guerra en Ucrania complica un acuerdo al respecto en la cumbre europea de la semana próxima.
"Es importante que Europa se muestre unida y por eso todos los Estados tienen que hacer esfuerzos para reducir la dependencia del petróleo y eso también afecta a Hungría", dijo Habeck en alusión a la posición de Budapest, que se opone al paquete con el embargo al petróleo ruso por su elevada dependencia de este.