El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió este lunes con una caída del 5,1 % y se situaba en 108,09 dólares el barril en reacción al aumento de casos de COVID-19 en una de las ciudades más importantes y pobladas de China.

A las 8.56 hora local de Nueva York (12.56 GMT), los contratos futuros del WTI para entrega en mayo recortaban 5,81 dólares con respecto al cierre de la jornada del viernes.

El crudo estadounidense, que se revalorizó un 4 % la semana pasada por la guerra en Ucrania, bajaba ante el confinamiento ordenado por las autoridades en la ciudad de Shanghái (China), de 24 millones de habitantes, para atajar el peor rebrote de coronavirus en dos años.

Los analistas señalaban que esa medida, que se desarrollará en dos fases, ha desatado preocupación por sus repercusiones económicas y en este caso por su efecto sobre la demanda de petróleo, puesto que China es el mayor consumidor mundial de este combustible.

El crudo de Brent, de referencia en Europa, también comenzó la jornada con un descenso superior al 5 %.

Por otra parte, el mercado continúa pendiente de la invasión rusa de Ucrania, que comenzó hace más de un mes, y las ramificaciones del castigo económico impuesto por los países occidentales a Moscú, lo que en conjunto ha presionado los precios de la energía.

Los inversores estarán también atentos a la reunión mensual de los productores de la OPEP y sus aliados, el próximo jueves, para revisar su plan de aumento paulatino del suministro de crudo pactado el verano pasado.

Los expertos no esperan que el cártel abra más los grifos para frenar el encarecimiento del combustible, que ya ha llevado a los países integrados en la Agencia Internacional de la Energía (AIE) a plantearse una nueva liberación de parte de sus reservas estratégicas.