El año 2022 ha seguido con la misma tendencia con la que el 2021 concluyó: presiones inflacionarias catalizadas por tendencias alcistas en el mercado de los commodities que hemos venido cubriendo en los últimos meses, desde la cotización de los precios del petróleo por encima de los US$100; el carbón cuadruplicando su precio promedio del pasado año, hasta el gas natural alcanzando su mayor pico desde el 2008.
Sin embargo, debemos admitir que hemos pasado por alto el factor X: el resurgimiento de los precios del diésel que siguen en ascendencia, superando los del mes de abril, mientras las refinerías a nivel global enfrentan un potencial “cuello de botella” ante el inicio de la temporada alta, tanto del consumo del mismo como de la gasolina.
Ese aumento se produce ante la creciente demanda a medida en que las economías de todo el mundo vuelven a la normalidad, llevando los inventarios a mínimos históricos. En el caso concreto de los destilados del petróleo, en particular diésel y gasolina, el inventario en los EE. UU. (principal proveedor de petróleo a la RD) se encuentra ahora en el nivel más bajo en más de una de década.
Los motores diésel impulsan la mayoría de los equipos agrícolas de EE. UU. y de todo el mundo, necesarios para plantar, cultivar y cosechar los rubros agrícolas, al igual que es el combustible predominante para mantener el movimiento de camiones, tractores, trenes de cargas y fábricas.
Es bueno señalar que cuando calculamos el nivel de cotización del combustible diésel nos damos cuenta que se produce un aumento en su cotización, pues hoy un barril supera los US$200, contrario a alrededor de US$147 de uno de gasolina. La gasolina se ha disparado en un 47% de manera interanual, mientras el gasoil lo ha hecho en un 78%, ¿qué nos dice esto?
Históricamente la cotización de gasolina vs gasoil oscila entre 10-30 centavos a favor de uno o del otro; sin embargo, actualmente el diésel supera los 60 centavos a la gasolina, lo que incentiva a las refinerías a producir más gasoil que gasolina, debido al superior margen de ganancias.
La dinámica de los precios nos dice que el incentivo de refinar más diésel conllevará a un mercado más restringido de la gasolina, aumentando su cotización hasta el punto de equilibrio de ambos en el rango de un diferencial de 10-30 centavos por galón en el mercado spot.
Ese diferencial no es ajeno al resto del mundo, pues para Reino Unido esta semana los precios del diésel alcanzaron su cotización más alta en su historia, en razón a que se dispararon por encima de los del 2008, equivalente a los US$8.30 por galón, debido a la tasa de cambio e impuestos.
Mientras tanto, los precios del diésel continúan aumentando, lo que contribuye a las tendencias inflacionarias debido al papel vital del combustible en la economía mundial. Debemos resaltar que los motores diésel impulsan la mayoría de los equipos agrícolas de EE. UU. y de todo el mundo, necesarios para plantar, cultivar y cosechar los rubros agrícolas, al igual que es el combustible predominante para mantener el movimiento de camiones, tractores, trenes de cargas y fábricas.
Por el momento, estas nuevas proyecciones son excelentes noticias para las refinerías, pues aumentan sus márgenes de ganancias, aunque nada alentador se presenta para el consumo, que es uno de los principales componentes de la economía global, estimado en un 60% del PIB global. Lamentablemente el diferencial gasolina-diésel no es nada alentador.