El gobierno dominicano ya ha expresado que la suspensión de la ayuda de los Estados Unidos a la estabilidad en Haití es un golpe a la normalización de la vecina nación.

Marco Rubio, secretario de Estado de los Estados Unidos, ya se encuentra en República Dominicana desde anoche, y este jueves se reunirá con el presidente de la República, Luis Abinader.

Hay una agenda para la reunión entre Rubio y Abinader, pero solo se conocen algunos puntos de ella. El gobierno dominicano tiene como cuestión principal la realidad de Haití y sus efectos sobre República Dominicana.

Otros temas son los relacionados con la migración dominicana a Estados Unidos, y las deportaciones norteamericanas de indocumentados, que han estado ocurriendo en los gobiernos demócratas y republicanos. Ahora parece que hay un esfuerzo mayor para deportar una gran cantidad de personas, entre ellos dominicanos. De acuerdo con el gobierno ese no es un problema, aceptar, recibir y brindar apoyo a los dominicanos deportados, pero no habrá recepción ni se aceptarán deportados de otras naciones.

Hay asuntos relacionados con la OEA, y la próxima secretaría general, y otros relacionados con el comercio y el apoyo a la industria de microchips en nuestro país, además de las remesas dominicanas, zonas francas, exportaciones, aranceles, arroceros y la industria agrícola en general de nuestro país, que se relaciona y negocia con Estados Unidos.

No sabemos si esos temas cabrían en la agenda de esta reunión entre el presidente dominicano y su canciller Roberto Álvarez, con Rubio y su comitiva. Se sabrá del diálogo y los acuerdo este jueves a partir de las 2 de la tarde, cuando está convocada en el Palacio Nacional una rueda de prensa entre Abinader y su equipo y Rubio y sus acompañantes.

Lo que parece más urgente es la situación de Haití y sus efectos en República Dominicana. Las bandas están organizadas y empoderadas, con un control mayoritario del territorio haitiano. Dicen que se planifican para asaltar en estos días la zona de Petionville, que se ha resistido con fuerzas de autodefensa, y que las bandas no han podido penetrar.

En caso de que se produzca la toma de Petionville, es muy probable que el Consejo Presidencial de Transición y el gobierno precario de Haití dejen de operar completamente.

Ello implicaría que los jefes de las bandas tomarían el mando de Haití, y eso tendría consecuencias inmediatas para República Dominicana, y para toda la región del Caribe, y en particular para Estados Unidos.

No se descarta que la República Dominicana se vea obligada a tomar medidas más drásticas que las tomadas con las deportaciones de migrantes. Ya el presidente informó que se estudia la idea de cobrar a las parturientas haitianas en los hospitales dominicanos. La otra cuestión podría ser la exclusión de estudiantes haitianos en escuelas públicas del país. Otras medidas incluirían el cierre indefinido de la frontera comercial de Dajabón, Jimaní y AnsaPitre. Todo ello es altamente doloroso y crearía un escenario en que el gobierno dominicano tendría que resistir las embestidas de las bandas, que ya apoderadas del gobierno harían lo indecible para crear problemas.

Es por ello que el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, y el gobierno de Estados Unidos, están en el deber de poner atención a lo que plantea el gobierno dominicano, que ha sido coherente en apoyar muchas de las cuestiones planteadas por los norteamericanos en cuestiones multilaterales.

Si el gobierno norteamericano no lo entiende, el país estaría obligado a prepararse para una situación altamente riesgosa, que dañaría muchos sectores de la economía, y pondría en riesgo nuestra propia estabilidad, por la violencia que traería consigo que las bandas tomen el poder en Haití.